Capitulo XXVII

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"Los celos cuando son furiosos, producen más crímenes que el interés y la ambición."

-Voltaire

Capitulo XXVII

Al ver a ese chico a unos cuantos paso de mí, mi cabeza palpitó con dolor, un leve recuerdo revelándose en mi mente.

Estaba cargando una caja hacia la cocina, no podía creer que aun tuviéramos cajas después de dos semanas de habernos mudado, bueno, parte de la culpa era de la compañía de envíos, en vez de tener todas nuestras cosas en un solo envío, llegaban por partes.

Puse la caja encima de la mesa de la cocina, dejando salir un largo suspiro. Las cuatro estaciones de Vivaldi hacían eco por toda la casa, mis padres eran fanáticos de la música clásica.

El timbre sonó sorprendiéndome. Nunca habíamos tenido visita a excepción por envíos y esos generalmente eran por las mañanas y ya casi era el atardecer.

Salí a la sala para encontrar a mis padres con la misma expresión extrañada que yo probablemente tenia. El timbre sonó de nuevo, y todos caminamos a la puerta, mi padre se asomó por las vidrios transparentes a un lado de la misma.

Él abrió la puerta, revelando a tres personas envueltas en abrigos, gorros y guantes, una señora mayor nos sonrió, —Hola, somos sus vecinos más cercanos, solo queríamos darles la bienvenida.

—Oh, que amable.— mi padre le devolvió la sonrisa, —Pasen, se deben estar congelando ahí afuera.

Una vez que los señores pasaron, fue que pude ver al chico detrás de ellos. Mi corazón comenzó a palpitar como loco, incluso con toda es ropa cubriéndolo, podía ver su hermoso rostro claramente, nunca había visto a alguien que me pareciera tan atractivo en mi vida.

Como si sintiendo mi mirada, sus ojos encontraron los míos y bajé la cabeza sonrojándome.

Ya en la sala, después de presentarnos todos, mi madre les ofreció una bebida caliente, y la señora le dio una bandeja, —Les trajimos lasagna, es mi especialidad, o bueno eso me hacen creer estos dos.— señaló a su marido y a su hijo.

El chico no había pronunciado palabra desde que entró, solo nos había dado sonrisas amables. Mi madre lucia tan contenta de tener visita, ella siempre había sido una persona de muchos amigos y muy buena socializando, —Oh, Dios, no tomé sus abrigos, permítanme.

Los esposos pasaron sus abrigos, y el chico también, revelando una camisa blanca con los primeros botones desabrochados, se veía que tenia brazos bien definidos. Cuando se quitó el gorro y su cabello desordenado quedó a la luz, me sentí desvanecer, era demasiado hermoso para ser cierto, ¿Estaba soñando?

Sus ojos volvieron a encontrar los míos, y me sonrojé de nuevo, ah, me volvió a pillar mirándolo como una boba.

—¿Fleur?— la voz de mi madre me sacó de mis pensamientos.

—¿Si?

—Te dije que fueras por un vaso de agua para el señor,— mamá me reprochó, —Estas tan distraída.

—Lo siento, ya vuelvo.

Necesito calmarme, no es la primera vez que veo a un hombre atractivo, bueno, en realidad, si a uno tan atractivo. Igualmente, necesito lucir calmada y tranquila.

Estaba tan concentrada lavando el vaso que no escuché los pasos detrás de mi, hasta que sentí una respiración caliente sobre la parte de atrás de mi cuello.

Fleur: Mi desesperada decisión ✔️[Darks #0] ¡Ya en librerías!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora