Capitulo 4

8 1 0
                                    

Hoy es sábado y un día más estoy sola en mi casa. Siempre es lo mismo, mi padre está trabajando y mi madre y Lottie están vete a saber dónde, nunca me dicen a dónde van.

Ahora mismo me encuentro en el jardín de casa, tumbada en la hierba y mirando el cielo mientras escucho música. Parecerá aburrido pero realmente entretiene más de lo que parece. Cuando no sé que hacer, simplemente intento identificar formas en las nubes mientras escucho música hasta que me entran ganas de bailar o hacer cualquier otra cosa.

De repente me sobresalto al escuchar mi móvil sonar, es mi hermana...

—¡Hola Beth! Llamaba para decirte que en un rato pasará un amigo por casa para coger una cosa. Si no estoy en casa, dale el sobre que hay encima de mi escritorio— Siempre igual, solo se comunica conmigo si necesita algo de mí.

—¿Cuánto crees que tardará más o menos? Había pensado en ir a casa de Lindy— Siempre estoy allí.

—No creo que tarde mucho, estará a punto de llegar— A ver si es verdad...

—Vale, hasta luego. Y me debes un favor por esto eh—Siempre acabo igual, haciendo lo que Lottie pide.

—¡Gracias Beth! Adiós—Que dramática es. ¿Como puede alegrarse tanto por un simple favor? Es única.

Mientras espero al amigo de mi hermana, estoy con los pies metidos en la piscina y no puedo escuchar música porque tengo que estar atenta por si llega. Parecerá aburrido estar moviendo el agua pudiendo hacer cualquier otra cosa, pero para mí, todo puede entretener si te fijas en los detalles que nadie más ve.

Unos diez minutos después por fin suena el timbre. Sin pensarlo dos veces salgo corriendo de la piscina y atravieso, no sin resbalarme unas cuantas veces antes gracias al agua, toda la casa hasta llegar a la puerta. Cuando abro me encuentro con un chico bastante atractivo. No sé de qué, pero me suena de algo.

—Hola soy Nathan. Vengo a por un sobre de Lottie.- No puede ser, es él. Es el que me salvó ayer por la noche. No puedo pensar con claridad ahora mismo.

—Supongo que eres el amigo que me ha comentado, espera aquí, enseguida te lo bajo— Mi cara debe ser un poema... Ojos abiertos y palabras balbuceadas. Antes de hacer un ridículo mayor decido irme. ¿De qué se conocerán?

Me giro y empiezo a correr por las escaleras que están a un metro y a la derecha de la puerta. La habitación de Lottie está al final del pasillo. Entro, cojo rápidamente el sobre y vuelvo a correr por el pasillo. Cuando llego a las escaleras veo a Nathan en la parte baja de estas. Pensaba que le había dicho que se quedara donde estaba... Olvidando esa parte sigo mi camino bajando las escaleras con un poco de prisa.

Algún día aprenderé a no bajar por las escaleras rápidamente. Cuando iba por la mitad, gracias al agua de mi querida piscina, resbalo y mi cuerpo se inclina hacia delante. Cierro los ojos para no ver el impacto contra el suelo, pero pasados unos segundo los abro, ¿cómo es que no había notado ningún golpe?

Al abrirlos consigo descubrir el porqué. Los brazos de Nathan me están aguantando por la cintura y yo inconscientemente me he apoyado con las manos en sus hombros para no caer. Déjà vu... Al levantar la vista nos quedamos mirando durante unos segundo, bastante incómodos para mí. Dos veces ha evitado ya que me estampe contra el suelo. Así que aquí estoy, perdida en la mirada de alguien que ni conozco y sin ganas de que este momento acabe. Pero él de golpe se aparta, lo que provoca que me tambalee un poco hasta lograr mantener el equilibrio y se acerca a la puerta.

—Tengo un poco de prisa, ¿tienes el sobre?— De repente vuelve a ser seco conmigo.

En ese momento me doy cuenta de lo ridícula que estoy pareciendo y me pongo a su lado bajando los últimos escalones.

—Sí, perdona. Aquí tienes, y gracias por ser tan encantador— ¿De verdad acabas de decir eso?— Quiero decir... Por ayudarme...— No intentes arreglarlo, es demasiado tarde.

Maldita conciencia, ¿por qué tiene que fastidiarme recalcando todo lo que hago mal? Aunque sea verdad. Me estoy muriendo de vergüenza, ¿cuántas veces he hecho ya el ridículo delante de él? Con suerte no volveré a verlo.

—De nada. Bueno, tengo que irme, gracias por el sobre. Adiós.

—Adiós—Más que decirlo lo susurro, ya se ha ido. Cierro la puerta poco después de ver cómo se va y voy a mi habitación.

Sin darme cuenta me quedé dormida, pero cómo no, cuando llegó mi hermana tuvo que despertarme y ahora estoy sentada en mi cama con ella a mi lado.

—Gracias por el favor de antes, Beth. Te ha caído bien Nathan?— ¿Nunca quitará ese entusiasmo?

—De nada y no es que me haya caído mal pero es un poco frío, es decir, no expresó nada en ningún momento ni sonrió.

—Bueno, ten en cuenta que es la primera vez que os veis pero cuando os conozcáis un poco más, seguro que te caerá mejor.

En realidad es la segunda, pero no pienso contarle lo de ayer. Un segundo...

—¿Cuando nos conozcamos mejor? ¿Es que acaso nos vamos a volver a ver?— Esto no me gusta.

—Si no quieres verlo más puedes cerrar los ojos cuando venga, él y yo estamos haciendo un proyecto juntos y seguramente vendrá más veces por aquí.

—Pero si es por un proyecto, solo tendré que verlo de vez en cuando, ¿no?

-¡Claro! No vamos a estar con él todos los días— Se levanta para irse, pero parece pensar en algo y se gira.— Por cierto, mañana iremos a cenar a su casa, mamá y papá también vendrán—Pues suerte que no íbamos a estar todos los días con él...—Bueno Beth, me voy ya a mi habitación, nos vemos mañana, adeu.

—Espera un momento— Me levanto y me pongo delante de ella.— ¿Cómo que iremos a su casa a cenar? Acabas de decir que no tendría que verlo mucho.

—Ya te lo he dicho, estamos haciendo un proyecto juntos. Y he dicho que no estaremos con él cada día, pero no he especificado ninguna cantidad concreta.

—O sea que tendré que verlo mucho más...— Siempre consigue engañarme de alguna manera.

— Exacto— Aunque parezca imposible, su felicidad va aumentando.

— Pero no entiendo por qué tengo que ir yo si no tiene nada que ver conmigo.

—Tiene que ver con la familia, ya te explicó mamá que cuando cumplas 18 te lo explicará todo. Hasta entonces, deja de preguntarme, no puedo decirte nada.

—Espera... Es tu novio o algo así?

— ¡¿Qué?! ¿Pero qué dices? Solo somos amigos, nada más— Vaya, ahora si que ha aumentado su felicidad, tanto que hasta se ríe de mí...

— Ya bueno, no hacía falta reírte, era una opción. 

—Creeme, Beth, sería más probable que tú salieras con él— Su risa no cesa.

— Ya, claro. Eso no pasaría ni en un millón de años— Doy por acabada la conversación y vuelvo a la cama. Lottie va a la puerta y antes de irse me mira.

— Nada es imposible. Torres más altas han caído—Esto último lo ha dicho sin pizca de humor.

Genial, en conclusión, mañana voy a tener que volver a verlo. En realidad no me molesta, simplemente me incomoda después de lo que ha pasado antes y lo de ayer. Creo que estoy exagerando demasiado con esto, simplemente estaba a punto de caerme y él me ayudó, no es para tanto. Sólo espero no hacer más el ridículo mañana cuando vuelva a estar cara a cara con él. Al parecer no podré olvidar lo que pasó. Nathan es amigo de mi hermana y Luke, ¿de verdad puede haber tantas casualidades?

Siete GemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora