— Karlheinz.. — Murmuré. Una sensación cálida invadió mi pecho.
Estaba realmente impresionada por sobre como era su aspecto ahora, sus largos y albinos cabellos ondulados caían con elegancia por sus hombros y espalda, su vestimenta digna del mismo rey de los vampiros que hacia resaltar mas su elegancia, y sus ojos.. Esos ojos en carmín que me habian hipnotizado desde la primera vez en que lo vi..
— ¡¡Alejate!! — el grito de advertencia que tomoe lanzo hizo que despertara de aquel transe — ¡¡Retirate este es un templo sagrado!!
— Tomoe.. — Lo llame firmemente. El albino se giro hacia mi con el ceño ligeramente fruncido — No pasa nada, Es solamente.. Un viejo conocido.. — tomoe simplemente suspiro.
— No me agrada mucho.. — murmuro antes de irse.
— Lo siento es un poco protector a su corta edad — Karlheinz sonrió en respuesta. — Han pasado años...
— Así es.. — afirmó. — Es un gran placer verte de nuevo kido..
— Supongo que pienso lo mismo.. — El albino tomó asiento junto a mi lado — ¡Ah P-Pero que torpe soy!.. Perdona mis modales.. ¿Deseas un poco de té?
— Siempre tan servicial ¿no? — Solto una gran carcajada lo cual hizo que me sonrojara levemente y desviara mi mirada hacia un lado. — Vaya que has cambiado un montón Kido..
— Tu no te quedas atrás Karlheinz — Sonreí e inconscientemente acaricie levemente su cabeza pero al percatarme de lo que estaba haciendo retire mi mano. — Lo siento..
— Me agrada.. — murmuro.
— T-traje t-té — Dijo tomoe detrás de nosotros. En sus manos Tenia una bandeja con la tetera y tazas en ella y con torpeza lo colocó a un lado de nosotros en el engawa.
— ¡Ah! Cariño no tenias porque...
— lamento haber reaccionado bruscamente kido.. E-estare dentro.. Con su p-permiso...—
— Tomoe..
— Kido.. ¿Quien es el niño? — Tome la tetera entre mis manos y con cuidado serví el te..
— Se llama Tomoe — respondí.
— E-El.. ¿Es t-tu hijo..? — me gire para verlo, tenia un ligero sonrojo en sus palidas mejillas y su mirada permanecía clavada en el suelo..
— Lo quiero como a uno.. Es lo mejor que me pudo haber pasado — conteste firme — Desde que lo encontré en aquella noche.. Lo que le hicieron.. Me fue imposible abandonarlo de esa manera y sobre todo en ese estado..
— ¿A-a que te refieres con "Lo que le hicieron"? —
— fue siglos atrás... El era solo un pequeño Cachorro moribundo de tan solo unas semanas de nacido... Que buscaba Calor y protección en el frío cuerpo de su madre.. Fallecida.. Unos cazadores encontraron la madriguera de la zorra.. Esta era buscada debido a que había asesinado algunas de las gallinas de la granja del pueblo.. Fue hallada mientras amamantaba sus cachorros.. Esos hombres Asesinaron primero a todos los cachorros de la camada y a ella.. La degollaron vida.. Todo fue a sangre fría.. Solo el mas pequeño de la camada, el que tenia bajas posibilidades de vivir... logro sobrevivir... Como te imaginarás, el pequeño murió de hambre; pero afortunada mente el alma de este se separó de su cuerpo terrestre y "reencarnó" como un Zenko..
— lo siento mucho kido.. ¿Pero que ocurrió con los hombres?— Sonreí.
— Fue maravilloso escuchar sus suplicas.. Rogando y pidiendo piedad por que los dejara con vida.. Lastima que no fue así.. Tuve que dar mis condolencias a los familiares de estos..
— ¿Los.. Asesinaste? — No respondí.
— ¿Que hay de tu matrimonio con la señorita Cordelia? — Pregunte cambiando rápidamente del tema. Karlheinz tomo un trago al té y sonrió.
— Tengo tres esposas.. — ese dolor.. Esa sensación.. No de nuevo.. — Quiero que los conoscas..
¿Conozcas? Espera.. Ah no puede ser...
— ¡Marry! — Al gritar el nombre una joven de cabellos rubio y orbes marrones vestida con un traje de mucama oscuro apareció.. Y al parecer no venia sola..
— Ellos son mis hijos.. Shu y Reiji.. Sakamaki..
Hijos..
Hijos...
Hijos...
“Algo que jamas conseguiste ni conseguirás con el..”
— No puede ser.. — dije cubrindo me la boca debido a la impresión — ¡Adorables! ¡Que tiernos Karlheinz! — Exclame emocionada al verlos.
No mentiré era demasiado adorables, un pequeño con cabellera rubia y hermosos y expresivos orbes azules.. Y el otro de cabellera Oscura y hermosos ojitos magneta casi rojizos como a los de su padre que miraban con curiosidad todo a su al rededor.
— Estos son mis apreciados bebés.. Mis hijos.. Mis primogénitos.. Mi sangre — Hablo con orgullo mientras tomaba a ambos y los acunaba en brazos.. Les sonreía con cariño y ternura.
— Reiji..
— Así es.. Tu misma me hablaste sobre nombres e incluso me hiciste jurarte que..
— "A tu segundo hijo le pondrías Reiji" — respondí viendo con atención al ojimagneta — Reiji: Niño educado...
— ¿Quieres tomarlo?
— ¡N-no podría! Es decir hace mucho tiempo que no tengo a una criatura a si de pequeña en mis brazos!
— Dramática — en albino tomo mis brazos y depósito con cuidado al pequeño Shu
— Hola pequeño shu! — dije con una voz muy aguda — Soy kido! Tu Tía kido! Je~ eres tan tierno.. Y tan pequeño.. Pareces un adorable osito dormilón... Mi pequeño Shu-Shu~ — el pequeño rubio soltó una risita mientras intentaba alcanzar mis orejas .
Sonreí tontamente.