Capítulo 5.

149K 21.8K 19.9K
                                    

Ingresaron a una gran mansión que se veía vieja y desgastada por fuera, pero que por dentro estaba llena de objetos lujosos, luces ostentosas y muchas cosas dignas de una familia de la alta sociedad. Por allí caminaba gente de todo tipo, se podían ver tanto personas bien vestidas y con trajes, como personas extrañas con ropas rotas. Ese sitio estaba lleno, parecía un mercado público. Había gente que vivía allí y gente que andaba de paso.

Se veían algunas mujeres por alrededor, pero todas se notaban dispuestas a disparar en la frente a cualquiera que se atreviese a interrumpir en su tranquilidad o ponerles una mano encima. Claramente no eran personas con las que pudiera jugar, así que Jimin solo se dispuso a contemplar en silencio todo lo que sus ojitos veían. Estaba maravillado por cada rincón, cada detalle, caminando sin nada de preocupación a la par de Suga y V, quienes no dejaban de tener la guardia en alto por si se le ocurría hacer alguna locura. Ambos se habían impresionado mucho con lo sucedido en aquel parque y aún no sabían cómo Jimin había logrado hacer eso en un abrir y cerrar de ojos, cómo pudo deshacerse tan fácilmente de esos cinco pandilleros y cómo consiguió salir ileso de tantos disparos.

El tierno joven de cabello rosado caminaba con un ritmo algo infantil, saltando un poco a cada paso y moviendo sus piernas como un niño; parecía que avanzaba al compás de una música que solo él podía oír y eso extrañaba cada vez más a los chicos que iban a su lado. Suga observaba cada tanto el perfecto perfil que Jimin tenía, notando sus mejillas regordetas teñidas de carmesí, que le daban un aspecto de inocencia terrible. Algo de lo que realmente carecía en su totalidad.

—Suga hyung... —dijo, riendo un poco y viendo el suelo—. Me está mirando mucho y eso me pone nervioso.

—¿Nervioso tú? —alzó una ceja—. No parecías muy nerviosito cuando te fuiste contra esos tipos —respondió de mala gana.

—Eso es diferente.

Jimin hizo un puchero involuntario al instante después de decir eso.

—¿Por qué es diferente, niñito? No me digas que te avergüenzas con cositas tan tontas si sales a matar gente como si nada.

Jimin dirigió su vista hacia los felinos ojos de Suga, quien se sintió extraño ante la mirada ajena.

—Porque solo me pongo nervioso con gente que me gusta —dijo.

Suga hizo una expresión de desagrado y desconcierto al mismo tiempo, pues creyó haber entendido mal. Sin embargo, al instante se deshizo de cualquier tipo de pensamiento e ignoró las acciones de Jimin, sin darle más vueltas al asunto. El chico era raro y punto, no había más que discutir en su mente.

Suspiró y regresó su mirada hacia el frente, observando las grandes escaleras del salón principal que llevaban a las alas este y oeste, cubiertas en su totalidad por una alfombra roja. Se apresuró a avanzar, evitando cualquier tipo de contacto visual con quien estaba a su lado, pero unos gritos repentinos hicieron eco en el lugar, provocándole detenerse y toda la gente hizo silencio de inmediato. V también dejó de avanzar junto con Jimin. Unos ruidos de pisadas se oyeron a la lejanía, como si corrieran, haciéndose cada vez más fuertes.

—¡Ven aquí, amiguito!

El grito de alguien se escuchó no tan distante ya, por lo que Jimin se dio la media vuelta para observar de qué se trataba, divisando a una persona de cabello anaranjado saliendo por uno de los pasillos laterales a las escaleras, con una amplia sonrisa en su rostro y un par de cuchillas en sus manos, mientras perseguía a alguien.

—¡¿Qué estás haciendo?! —exclamó V, y se dispuso a avanzar como si nada para quedar justo en el medio del camino de esa persona, tensando sus hilos filosos mientras se mantenía silbando.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora