Capítulo 6.

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Todos se quedaron atónitos ante las palabras del joven de cabello rosado, quien no pareció dudad ni por un segundo de lo que decía. Suga, sobre todo, lo miraba con una gran impresión, sin entender el motivo por el cual diría semejante cosa, porque, según la información que se tenía sobre los Park, todos los hijos tenían una relación excelente con su padre; además, en la gran mayoría de los casos, nadie le haría algo así a un familiar tan directo incluso aunque lo odiase. Pensó que en verdad estaba loco o que no razonaba bien, pero el semblante serio y seguro de Jimin le hacía dudar de si eso era una broma o no. Y, si llegaba a serlo, R.M. no dudaría en asesinarlo.

—¿Por qué se quedaron todos callados? —preguntó Park, curioso.

—Debes estar loco, niño —se resignó el jefe y lo apuntó con su arma—. Tal vez debería secuestrarte, matarte solo me traería problemas ahora mismo.

Jimin hizo una mueca de indignación muy exagerada ante esas palabras.

—¡Pero si siempre han querido matar a mi padre! —se quejó, como si hiciera un berrinche de niño pequeño.

—¡Esto no es un juego, imbécil! —exclamó.

—Espere —dijo Suga, teniendo una corazonada—. Creo que J-Hope podrá decirle si eso es cierto o no, ¿qué opina?

R.M. observó a su súbdito, meditando sus palabras y dándose cuenta de que sí, podía saberlo de otra manera, porque si el chico hablaba en serio y de verdad les estaba ofreciendo la oportunidad de obtener la cabeza de Park Jung Hae, entonces tenía en sus manos una gran ofrenda caída del cielo. Así que el jefe le hizo señas al de cabello anaranjado para que hiciera lo que solo él sabe.

Hoseok, apodado J-Hope, se aproximó hacia Jimin, provocando que este se pusiera a la defensiva debido a su incertidumbre, porque, aunque la mirada ajena se percibía serena, también era bastante intimidante para cualquiera.

—Yo... —balbuceó, regresando a su semblante tierno de siempre.

—Tranquilo, niñito —le habló Suga, despistándolo—. No te pasará nada. Bueno, en caso de que digas la verdad...

En cuanto el joven de cabello anaranjado se acercó por completo a Jimin hasta estar a solo centímetros de distancia, le sonrió ampliamente, haciendo que toda preocupación en él se fuera. Llevó su mano derecha hacia el pecho ajeno, recibiendo un claro rechazo al inicio, pero terminando por obtener su total permiso al final.

—Hyung... —susurró, refiriéndose a Hoseok y asumiendo que era mayor que él—, ¿qué está haciendo...?

—Cállate, Park —le interrumpió el jefe—. J-Hope me dirá si dices o no la verdad. Ahora repite lo que dijiste antes.

—Oh... —observó con inocencia a R.M., asintiendo, y luego al joven de cabello naranja de nuevo—. "Hyung, ¿qué está haciendo?"

Un disparo al aire resonó en todo el lugar, cosa que espantó a Jimin y le hizo voltear su mirada hacia el jefe otra vez, quien mantenía el ceño fruncido por el enojo, junto a unas claras ganas de estallarle la cabeza a tiros si no dejaba de bromear. Se escuchó una suave risa proveniente de Hoseok a su lado y Jimin volvió a prestarle atención, no sin antes posar sus ojos en Suga, quien mantenía una expresión de desaprobación absoluta frente a su actitud.

—¿Por qué se enojó el líder? —preguntó.

Hoseok negó con su cabeza ante las ocurrencias de aquel chico, pues en verdad parecía inocente ante lo obvio de la situación.

—Se refiere a que digas otra vez lo que nos darás a cambio de ser miembro del Dragón Dorado —respondió, tratando de mantenerse serio.

Jimin soltó un tierno "ah..." en señal de comprensión e hizo un puchero, abultando sus carnosos labios, demostrando su incomodidad por haberse confundido.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora