Capítulo 4

339 25 0
                                    

*Remplazar el corazón por la razón*

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


*Remplazar el corazón por la razón*

Hanny

Era extraño. Sentirme tan a gusto y tranquila en un hospital que, para muchos es sinónimo de tragedia. Así de mal debía estar.

Tenía ya una semana internada y aunque aún me sentía bastante débil y dolorida me moría por comenzar de nuevo, buscar donde viviría y dejar todo ese amargo episodio atrás. Todos estos días bastaron para hacerme pensar en que todo lo que había pasado quizá era lo mejor, era la manera que la vida tenía de mostrarme el error en el que había estado.

Andy seguía fielmente pegado a mí, la atención medica de él y las enfermeras era muy buena e incluso me trataban más  como una amiga, tenía entendido que así trataban a las pacientes maltratadas, pero lo que más valoraba eran las visitas que me hacía Andy fuera de sus horas de trabajo. Sabía perfectamente que estaba haciendo más de lo que su trabajo ameritaba, pero agradecía que lo hiciera, porque la sensación de soledad que me invadía en las noches era abrumadora y solo él era capaz de llenarla distrayéndome de los pensamientos intrusivos que tenía lugar en la oscuridad de la noche.

Supe por una de las enfermeras que Fernando estaba aquí y no había salido del hospital ni había parado de preguntar por mí. Andy había dado órdenes de que no lo dejarán pasar, pero yo necesitaba hacerle frente, necesitaba hablar con él y dejarle claro lo que había decidido. Necesitaba escucharme decirle que nunca más iba a tener control sobre mí y que no me dejaría amedrentar por él. Debía creerme que iba a dejar todo atrás.

—Andy por favor — le rogué por millonésima vez — necesito esto, necesito sentir que estoy siendo libre– suspiré cuando vi que seguía sin convencerlo — Si quieres quédate presente, pero de verdad estaré bien, no se atreverá a hacerme nada aquí.

—Está bien Hanny — sonreí — te daré tu espacio, estaré afuera mientras hablan, sabes que si necesitas algo sólo llámame y aquí estaré enseguida — asentí. Me toco la mejilla de manera delicada haciéndome sonreír aun más —estaré pegado en la puerta, ante cualquier señal que perciba como peligro entraré.

—Gracias — le dije sonriendo aún más y apretando su mano.

—Te ves muy hermosa sonriendo ¿ya te lo dije? — sentí que algo en mi crecía y no pude evitar hacer un contraste entre las palabras de Andy y las que había recibido los últimos meses de mi supuesta pareja.

No dije nada. Andy salió algo tenso de la habitación y unos minutos después sentí que se me erizan los vellos de la nuca al ver a Fernando parado en la habitación haciéndome recordar lo que pasó. Se veía tan tranquilo, como si no estuviera mirando los horribles golpes que me adornaban de manera desagradablemente la cara.

— ¿Cómo estas Hanny? — vi lo que pareció tristeza en sus ojos.

—Llena de golpes, como puedes ver —dije sarcástica.

Sin Temor a NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora