Capítulo 9.

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Un solitario joven de cabello rosa pastel se hallaba en el medio de un salón completamente vacío e iluminado hasta el más recóndito sector, paseaba de un lado al otro, una y otra vez. La longitud de aquel lugar era abismal, podía compararse con la mitad del largo de una calle. Había unas cuantas mesas rectangulares y largas, decoradas con miles de cosas, como si estuvieran preparadas para una pronta cena. De repente, ese chico se dispuso a sentarse en una de las bancas y tararear una canción mientras movía sus piernas al compás de su propia música, manteniendo sus manos sobre las rodillas y meciendo su cabeza de un lado al otro para variar. Una hermosa sonrisa se formaba en sus labios cada tanto, junto a un tierno sonrojo en sus mejillas. Parecía recordar algo lindo.

Sin embargo, toda la calma de su plena soledad se vio interrumpida por unos ruidos escandalosos de personas corriendo y riendo, parecía que se acercaban al lugar. Una de las puertas del salón se abrió e ingresaron por allí dos jóvenes altos que se correteaban entre sí. El precioso Jimin de cabello rosado se mantuvo atento a ambos, esbozando una linda sonrisa luego de reconocer sus rostros.

Allí estaban, Jungkook, de cabello azabache, y Taehyung, castaño con mechones verdes. El último mencionado perseguía al otro mientras se descosía de la risa y tensaba sus hilos de obsidiana como si estos fueran juguetes, como si no se diera cuenta de que podía llegar a matarlo si lo alcanzaba; mientras que Jungkook solamente mantenía una sonrisa divertida mientras huía, concentrándose más en regular su respiración.

Jimin frunció el ceño y exclamó: —¡Oigan!

Ambos detuvieron su paso, observando esa peculiar cabellera rosada resaltando en un sector del salón. Taehyung se echó a correr hacia él manteniendo sus hilos tensados, como si estuviera dispuesto a matarlo; intentaba que le siguiera el juego, pero Jimin ni siquiera se inmutó y permaneció quieto en su lugar, viéndolo con curiosidad. Al final se detuvo a cinco centímetros del cuello ajeno y le enseñó su linda sonrisa cuadrada como si se hubiese salido con la suya. Jungkook se acercaba lentamente, su expresión divertida había sido borrada por completo en cuanto vio a Park, como si le molestara.

—Casi te asesino —dijo Taehyung con diversión.

—No lo hiciste —respondió Jimin y le mostró su lengua, sonriéndole luego. Volteó su rostro hacia Jungkook y se puso serio—. Hola, señor.

Taehyung se arrojó al suelo y rodeó su abdomen con sus brazos mientras daba vueltas, descosiéndose de risa. Jungkook tragó saliva en seco, observando a su compañero revolcarse en el piso, y con disimulo posó su vista sobre Jimin, haciendo inmediata conexión con sus profundos ojos, notando su sonrisa ladina y su ceja levantada, como si buscara darle algún mensaje solo con su mirada. Tan solo movió sus manos con algo de inquietud y volvió a ver a Taehyung, quien ahora permanecía tranquilo, tendido sobre el frío suelo y observando el techo como si su vida pasara frente a él.

Y los ojos de Jungkook, tal como imanes siendo atraídos, regresaron su mirada a Jimin.

—Tae... —habló—. Vamos, debemos avisarle al jefe que terminamos la misión.

El mencionado refunfuñó y aplanó sus labios.

—Me quiero quedar con nuestro nuevo compañero un rato. Estuvimos cinco horas afuera, Jungkook.

—Haz lo que quieras entonces... —dijo cansado, sin apartar su vista de Jimin—. Iré a nuestra habitación luego de ver a R.M., ¿bien?

—Bien —respondió, algo curioso por las miradas que los otros dos se daban.

Los pasos de Jungkook hicieron eco, escuchándose cada vez menos, señal de que había comenzado a dirigirse a una de las puertas para retirarse. Mientras eso sucedía, Taehyung se levantó para sentarse en la banca junto a Jimin, quien sonreía bastante, como si recordara algo. Eso llamó su atención, así que rodeó a su compañero con su brazo, sorprendiéndolo y logrando que este girase un poco su rostro para verlo.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora