Capitulo 32; No tengo a donde ir

40K 2.3K 58
                                    

-Aun no entiendo que estamos haciendo aquí –León suspiro cansado

-¿La ves? –Néstor miraba a todos lados nervioso –Tiene que traerla

-¿Qué no ves que no quiere verte? –León miro a su amigo molesto -¿Cuántas veces has ido a verla? Y siempre rechaza tu visita

-Pero lo necesito –Néstor frunció el ceño al ver el coche patrulla, este se paro y dos agentes bajaron . Abrieron la puerta trasera y al fin bajo Dana, le quitaron las esposas y la escoltaron hasta el lugar en el que Giovanni estaba siendo enterrado –Ahí esta

Dana camino con la vista fija en el ataúd ante el que esperaba el cura, al otro lado pudo ver a Jordan, a Teresa, a Meredid, a algunos amigos de su padre.   Todos estaban ahí para despedirse de el.   Cuando al fin llego al lugar se paro ante el ataúd y no despego la vista de el.  Los policías se pararon a ambos lados de ella  

La ceremonia fue breve, apañas unas palabras del cura y comenzaron a bajar el ataúd.  

Dana no derramo ni una lagrima, simplemente observo como aquel pedazo de madera le demostraba que jamás volvería a ver a su padre.  Cuando levanto la vista vio a sus amigas, estas la miraban con lagrimas en los ojos.  No quiso seguir viendo mas, se giro y comenzó a caminar hacia el coche, los agentes la siguieron sorprendidos

-¡Esperad! –Néstor se dio prisa en alcanzarles –Quiero hablar con ella, a solas

-No podemos –El agente lo miro con el ceño fruncido

-Soy policía –Néstor mostró su placa

-Esta bien –asintió –Unos minutos

-Claro –Néstor se dio prisa en llegar junto a ella –Dana –pero ella no respondió, tenia la vista clavada en el suelo –Por favor –no hubo respuesta –Perdóname, yo no quería que esto acabara así.  Yo te quiero, lo que vivimos, lo que sentimos, lo que teníamos, todo era verdad  Te amo

-Eres un gran policía Néstor –Levanto la vista y le miro a los ojos –Has acabado tu misión –y miro a los agentes -¡Podemos irnos! –Extendió las manos con sus muñecas juntas

Ellos se acercaron y le pusieron las esposas, después la guiaron hasta el coche y cerraron la puerta.   Néstor observo como el coche se la llevaba y sus palabras se repitieron una y otra vez en su cabeza

Se repitieron como seguirían haciéndolo en los dos meses que transcurrieron hasta el juicio.   Dos meses en los que estuvo de baja y no salio del piso nada mas que para intentar volver a verla, pero ella siempre rechazaba sus visitas.  Solo le quedaba aquel día, la esperanza de verla en el juicio, porque necesitaba verla

-Pero mírate –León lo miro de arriba abajo –No puedes seguir así, tienes que olvidarla

-No puedo –Néstor apretó los puños

-Deberíamos irnos –León miro la puerta de la sala –No creo que te haga bien ver el juicio

Amor ilegalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora