Capítulo 32: Interrumpidos

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Ninguno de los dos controló sus labios ni sus movimientos. Christopher la tomó con fuerza haciendo que Dulce se separara del suelo por unos segundos.

No la estaba besando porque era una apuesta o porque habían vivido un momento de excitación juntos ¡Lo estaban haciendo porque el se le había lanzado! ¡Y era mil veces mejor que la vez anterior! Porque no había sido un casto beso o estaban rodeados de asquerosa basura. Era un beso hermoso y sensual.

Dulce acarició el pelo de Christopher con suavidad y lo apretó aún más contra si. Sus labios se acoplaban perfectos a los de ella. Sintió como hasta el más mínimo nervio de su cuerpo empezaba a cobrar vida y empezaba el sentimiento de querer mucho más...

-¡Dulce!- llamaron desde lejos.

No, no, no, no, no, ¡No! ¡NO!

-¡Raúl! -susurró Dulce separando casi con dolor sus labios de la boca de Christopher- Tengo que esconderme- dijo apoyándose en los hombros de él.

El la bajó sin decir ninguna palabra, pero no la separó de su cuerpo.

Dulce dio vueltas su cabeza buscando un lugar para esconderse.

¿Pero cómo se iba a esconder en una sala dónde solo habían fotografías colgadas en la pared?

-¿Qué? ¿Acaso te aburrió tú chico?- se rió Chris con voz ronca.

¡Que sexy! Dulce tenía tantas ganas de besarlo de nuevo y no dejar de besarlo nunca ¡Pero no podía! Necesitaba escapar de Raúl. Cuánto lo estaba despreciando esta noche.

-¡No inventes! No quería que viniera en primer lugar-.

-¡Dulce!- se escuchó más cerca.

-¡Mmm no!- negó con la cabeza y zapateando con sus tacones el suelo. Como en una rabieta.

-Ya calma. Escóndete detrás de la pared al lado de la puerta y yo le diré que te fuiste- la tranquilizó.

En menos de dos segundos Dulce se había puesto en la pared derecha y Christopher se apoyaba en el marco de la puerta mientras sacaba un cigarro de la cajetilla que guardaba en su pantalón.

-¡Dul... ¿Christopher has visto a Dulce?- preguntó Raúl cuando lo vio.

-¿Tú crees que se puede fumar acá adentro?- preguntó Christopher ignorando su pregunta.

-Te hice una pregunta-.

-Y yo también ¿Fumas?- le ofreció un cigarro.

-No, claro que no. Afecta mi rendimiento físico en el fútbol- explicó airoso.

-Ah mira tú -levantó las cejas- ¿Y cómo va tu rendimiento físico? Ya sabes... ahí abajo-.

-¿Dónde esta Dulce?- preguntó sin paciencia. Este tipo le caía de la patada.

-Se fue- y se puso el cigarro en la boca.

-¿Cómo?- preguntó incrédulo.

-Ya sabes. Uso sus dos piernas, salió de aquí y tomó un taxi. Ya no se encuentra en este recinto- dijo explicándole como a un niño de cinco años.

-¿A dónde?-.

-¿A dónde crees?- le preguntó burlón.

-¿A su casa?-.

-No claro que no. A la mía papa- le guiñó un ojo.

-¿Qué?-.

-Me dijo que me esperaría con unas velas y en la cama. Por eso estoy aquí esperando. Me iré como en quince minutos- dijo mirando su reloj.

¡No corras sin mí! (Street Art) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora