Aprender a quererte...

Parte 2 El chico de cuadros.

A Natalia ya se le había pasado un poco las copas, después de un rato la vi correr al baño, salí inmediatamente detrás de ella, porque Karina estaba bailando con un chico del bar, al entrar efectivamente estaba vomitando, como buena amiga le sostenía el cabello, al ver en el estado que estaba salí a conseguirle un poco de agua, no me fije, ni siquiera estaba viendo mis pasos, en verdad estaba preocupada, cuando de pronto sentí como un líquido escurría por mi vestido, para ser exacta una cerveza fría, voltee con algo de enojo pero a la vez serenidad porque también era mi culpa.

Chico: -En verdad discúlpame, venía grabando algo de...

(Lo interrumpí) -También venía distraída.  (Ni siquiera me fijo en el chico solo me volteo, pido el agua y me voy).

Al entrar al baño Natalia la veo bastante bien y me dice:

Natalia: -Podemos salir de aquí y sentarnos en algún lugar, necesito sentarme. 

Yo le respondo asertiva mente con la cabeza, la ayudo a salir agarrada del hombro, y al salir del baño veo la camisa cuadrada del chico que me había derramado cerveza, el voltea y por un instante nos quedamos viendo de nuevo, él se percata que tengo problemas en cargar a Natalia y se acerca.

Chico: -Qué te parece chama, si te ayudo y arreglo un poco el derramarte tequila. (Me regala una gran y amplia sonrisa, la cual correspondo y siento que soy un tomate por lo sonrojada que me puse, apenas lo conozco y ya siento una gran atracción hacía a él).

No les puedo explicar que paso pero esa sonrisa no sabía que me estaba provocando algo.

-Creo que es el mejor trato. 

Rápidamente la cargamos y le indicó donde estábamos sentadas.

Chico: -Pues bueno ya está, quedamos a mano... (lo veo algo apenado pero finalmente me pregunta) ¿cómo te llamas?.

-Soy Valentina, y sí... quedamos a mano...

Chico: -Villa...mejor Juan Pablo... sí como Juan Pablo segundo.

Me reí y observo como se va a su mesa, mientras Natalia se recupera y me dice:

Natalia: -Nada mal... he nada mal el chico.  (Con una sonrisa pícara).

Yo solo me sonrojo y lo tomo como cualquier día más, después de una hora empieza el karaoke y estamos las tres pero todas sabemos que amo cantar y Natalia empieza animarme a cantar, me armo de valor y le digo al chico del karaoke que cantaré Cámara Lenta de Zoé.

Me paro y empiezo a cantar, hasta que de nuevo veo al chico, el cual me mira y sonríe de una forma tan linda hacía a mí,  me ve de reojo y observo como le habla al oído a uno de los chicos con los que viene y se ríe picara mente, me pone algo nerviosa, termino de cantar y varios aplauden de aprobación.

Él se acercó y me dice:

Villamil: -¿Eres cantante?- 

-No para nada, uno de los hobbies ocultos en el baúl. 

Villamil: –Pues entonces felicidades, en verdad lo haces bastante bien. 

–Y tú cantarás. 

 Veo una cara de confusión y de sacado de onda

-No, por esta noche este bien así.   

Y sin más me observa a los ojos y se retira, no entiendo muy bien que ha pasado, en verdad pensé que había algo, pero no le doy importancia.  Después de un rato y de vernos clandestinamente aunque cada rato es más obvio el de nuevo se acerca algo apenado y me pregunta:

Villamil: -¿Quieres bailar conmigo?  (Respondo inmediatamente que sí).

Al estar bailando, nos ponemos a platicar, sobre muchas cosas el me cuenta que es de Colombia, que después o en otro momento me dirá en que trabajaba, eso me da algo de desconfianza pero a la vez siento una cierta seguridad, al sentarnos nos ponemos a platicar sobre política, música, arte, costumbres y palabras de Colombia y de México, ha pasado casi un año que no sentía eso...más bien creo que no lo he sentido con nadie, al ver mi reloj me doy cuenta que ya casi son las 4 de la mañana hemos estado platicando por más de dos horas, puedo sentir su mirada, esa mirada penetrante, misteriosa y hermosa a la vez y después le digo aunque en verdad no quiero:

-Pablo...me tengo que ir ya es algo tarde (Siento que algo va a pasar, tal vez sea un beso, él se va acercando, tocando mi mano, cuando...)

Villamil: -Lo siento...esto no está bien, mejor me voy.

Veo cómo se va agarrando la cabeza, como cuando te arrepientes horriblemente de algo, pero antes de cruzar el me voltea a verme como una despedida agría y amarga, me quedo paralizada y observo como se acerca a su grupo de amigos y voltean nada disimulados a ver dónde me encuentro, llaman al mesero y pagan rápidamente como si les fuesen a robar algo, antes de que se fueran Juan voltea a verme por última vez, muy apenado y confundido cuando ya no veo rastro de ellos, empiezo a reaccionar y siento una lagrima en mi mejilla; odio llorar pero me siento demasiada avergonzada y un poco humillada, me limpio la lagrima, me levanto y mis amigas me dicen:

Natalia y Karina: -Y el chico guapo, ¿A dónde fue?

-Podemos dejar ese tema, en verdad no lo quiero recordar. 

Natalia y Karina: –Está bien. (Responden algo confundidas y nos vamos del lugar, claro yo con un mal sabor de boca).