Capítulo 16.

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No. No, en serio, no. No podía... No lograba conciliar el sueño y tampoco conseguiría hacerlo por más que se tomara veinte pastillas para dormir. Bueno, tal vez exageraba un poco.

Daba vueltas en su cama, quejándose, haciendo pucheros mientras intentaba imaginar cosas lindas. Se colocó boca arriba para comenzar a contar ovejas, jugando con sus manos, como si pudiese agarrar lo que su mente imaginaba. Sonreía algo tímido, llevando la cuenta lentamente y en silencio. Sin embargo, cuando llegó al número cincuenta, una hermosa melodía irrumpió en sus oídos. Se levantó de inmediato, concentrado en la bella música de piano que se oía a la lejanía, se percató de que la cama de Suga se mantenía vacía y que J-Hope dormía casi a punto de caerse hacia un costado. Sonrió por un momento, pero ese sonido volvió a invadir todo su cuerpo.

«Parece como si alguien estuviera triste...», pensó, sintiendo le esencia de la melodía. Quería saber quién era la persona que tocaba el piano tan hermosamente; deseaba conocer, era curioso. Por lo tanto, sin meditar mucho su decisión, se dispuso a salir de su cama para recorrer la habitación con tan solo sus medias en los pies. Le daba igual tener frío luego, pero prefería ser sigiloso y caminar en silencio. Le echó un último vistazo a Hoseok antes de salir y comenzó a correr por los pasillos en busca de esa melodía, con cuidado de no forzar su pierna lastimada.

Notó que, cuanto más se adentraba, más fuerte se volvía el sonido. Llegó hacia el ángulo del corredor, donde nunca había estado, y observó que, al final del pasillo conectado a ese, había una gran puerta de plata, la cual se hallaba entreabierta. La música parecía venir desde allí, por lo que se mantuvo con la guardia en alto para aproximarse hacia el lugar. Con algo de temor, posó su espalda sobre una de las puertas de aquella habitación y se detuvo a escuchar la melodía antes de asomar su cabellera rosada por allí. Cerró los ojos un instante, disfrutando de las notas musicales y sonriendo levemente, pero dispuesto a observar hacia adentro.

Con sigilo, posó una de sus manos sobre la orilla de la puerta, sintiendo lo fría de esta y asomó al fin su cabeza. Un gran piano de cola negro se posaba en el medio de toda esa habitación, la cual estaba casi en su totalidad vacía. Solo se hallaba ese instrumento musical, una banca frente al mismo y un gran cuadro viejo polvoriento en una de las paredes. Sobre aquel asiento se ubicaba una silueta masculina, con cabellera platinada; sus expresiones, su forma de tocar cada tecla, su manera de transmitir el sentimiento, todo era increíble. Allí estaba Suga, exponiendo su perfecta melodía y provocando estragos en él; solo verlo sacudió hasta su más pequeña fibra.

Con algo de duda, Jimin se dispuso a ingresar a la habitación y avanzar a paso lento hacia donde su hyung se hallaba sentado. Suga no parecía prestar atención al ambiente, se notaba inmerso en sus movimientos y en la música, cosa que le fascinó. Jamás se había imaginado que esa persona, que se mostraba tan fría, lograría inducir un caos emocional dentro suyo hasta tal punto de no poder pensar con claridad.

Se detuvo.

—No sabía que tocaba el piano, hyung... —susurró y, aun así, su voz retumbó en toda la habitación.

Suga volteó a verlo, sorprendido, pero con una expresión serena.

—¿Qué haces aquí, pulga? Te dijimos que no salieras de tu cuarto.

El mencionado rio un poco, apenado.

—No pude evitarlo, su melodía me cautivó —concluyó, manteniendo en su rostro una sonrisa sincera que le hacía cerrar sus ojos.

El joven de cabello platinado, quien se hallaba algo cansado, se mantuvo observando a Jimin durante un largo rato. Él se veía tierno, pero no de la manera exagerada con la que siempre se mostraba. Solo tierno. Parecía ser alguien diferente al estar ellos dos únicamente allí. Jimin se veía normal..., pero más hermoso que nunca. Su sonrisa tímida y amable provocó cosas en Suga que jamás creyó sentir. No estaba fingiendo ser lo que no era, estaba siendo auténtico. Tal vez ese era el verdadero Jimin, nunca lo sabría, pero sí había algo que tenía muy claro ahora: quería verlo así por mucho más tiempo.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora