Mi mejor error [Puppica] ~Terminada~

Capitulo 6: Problemas

La albina se encontraba cojeando por los pasillos de la escuela, su dirección era la enfermería. Una vez llegado a su destino la enfermera la recibió con una mirada triste, pues era muy común verla ahí.

– ¿Otra vez te han golpeado?

– Si, esta vez fueron 5 – Dijo la de pelo corto sentándose en la camilla haciendo una mueca de dolor.

– ¿Cuántas veces mas te dejaras? – La enfermera fue por las cosas necesarias para curar a la albina.

– Mack, no seré como ellos y solucionaré las cosas a golpes

– Un día de estos en verdad te pasara algo malo, no quiero eso para ti

– Estamos en la escuela, no me podrán hacer nada mas que golpearme

– Hay Puppet – Esta negó con su cabeza.

Con delicadeza puso un algodón con alcohol en una herida de la cara haciendo que reaccionara alejándose un poco.

– ¿Me vas a poner alcohol?

– Esta enfermería es con lo único que cuenta por el momento, no han traído mas material, así que te aguantas – Dicho esto puso nuevamente el algodón en la herida.

Una vez curadas las heridas la de pelo corto decidió quedarse un poco ahí, no quería que su hermana la viera, lo mas seguro era que recibiera un regaño de parte de esta.

Se fue a una de las pocas camas con las que contaba la escuela y se acostó, este era el punto en el que se ponía a pensar sobre su vida ¿Estaba satisfecha con ella? ¿De verdad quería seguir así?

Unas cuantas voces la sacaron de su pensamiento, reconocía esa voz perfectamente.

– Lo siento – Dijo la enfermera apenada pues el director estaba presente.

Con rapidez se levanto de la cama, esta vez si se iba a meter en serios problemas.

– ¿Podrías explicar el motivo de por que estas aquí?

– Yo no tengo la culpa – Dijo rápidamente.

– Esa es la excusa que siempre me pones, ya he hablado contigo muchas veces, te he escuchado y pasado muchas cosas, esta vez si tendré que llamar a tus padres – Esas palabras hicieron que la albina se alertara.

– Por favor, no lo haga, yo no soy la que busca pelea, siempre son ellos, no se como le hacen pero hacen parecer que yo lo hago, crea en lo que le digo – Esta trato de moverse un poco pero era imposible, en su cuerpo sentía una gran dolor.

– Lo siento, la decisión se  tomo, citaré a tus padres mañana a las 2 de la tarde – Dijo comenzado a caminar fuera del lugar.

– ¡Espere! – Aun con dolor, se paro con todas sus fuerzas y siguió al director.

– Tu no te vas – Dijo la enfermera volviendo a acostar a esta en la cama junto con unos quejidos de dolor que había soltado.

– Necesito detenerlo – Dijo preocupada.

– Tu espera aquí, yo haré lo posible para que no los llame – Con rapidez salió dejando a la albina sola.

– Esto no puede estar pasandome – De verdad le preocupaba, si le llamaban a sus padres la situación se le saldría de las manos.

– ¿Puppet? – La de pelo corto cerro los ojos ¿Hoy era el día de reunirse con todos?

– Ch-Chica que haces aquí – Dijo nerviosa parándose como podía.

– Vine a dejar unas cosas que me lleve de aquí ¿Qué te ha pasado? Mira como estas – En un par de segundos ya tenia a la rubia al lado de ella viendo cada herida que tenía.

– Solo... Me caí – Mintió.

– Esos no son golpes de una caída

– Fue en las escaleras – No quería contarle lo que le pasaba.

Sin previo aviso la rubia le acaricio una de sus heridas.

– Te golpearon fuerte –Dijo analizando la cara de la albina.

– ¿Como sabes que me golpearon? –

– No soy tonta, esos tipos siempre hacen lo mismo, dañan a la gente solo por diversión – Esta miro fijamente a la albina quien de inmediato desvío la mirada. Dio un suspiro y abrazo a la de pelo corto quien no sabia como reaccionar.

– No quiero que me mientas... Me preocupas – El corazón de la albina comenzó a latir mas rápido de lo normal.

– Yo... – Las palabras se habían salido de su boca, se sentía paralizada como si de una estatua se tratase.

– ¿Ya le has dicho al director? – Dijo terminando el abrazo.

– Acaba de venir, dijo que le hablaría a mis padres

– Eso es algo malo

– Muy malo – Dijo con la mirada perdida.

– Por el momento no pienses en eso, despeja tu mente

– ¿Despejarla? No creo poder hacerlo con todo lo que esta pasando

– Si puedes, acuéstate – Ordeno.

– Así estoy bien

La rubia sin importar lo que le dijo la albina la empujo a la cama haciéndola acostarse como ella quería.

– Au... – Esa acción de la contraria no se la esperaba, si que le había dolido.

– Lo siento – Dijo apenada.

– No hay... Problema – Sonrió la albina con dolor.

– Bien, ahora has un espacio en la cama

– ¿Para qué? – Preguntó extrañada.

– Para acostarme contigo – Al escuchar eso la de pelo corto se sonrojo.

– Eh... E-Esta bien – Con trabajos se hizo a un lado dejando el espacio solicitado por la mas baja.

Esta sonrió y se acostó al lado de la albina quien en estos momentos ni quería ver a la rubia por miedo a que se sonrojara mas de lo que ya estaba.

– Mira al techo y dime que es lo que vez

– N-Nada

– Exacto, en eso piensa, salte del mundo por un momento y no pienses en nada

– Lo intentaré

Las dos se quedaron viendo el blanco techo del lugar, ninguna de las dos hablaba, solo se dedicaban a mirar. La mas alta sentía miles de emociones en ese momento que al parecer ella misma no quería aceptar.

Tiempo después esos pensamientos se fueron y se concentro en el techo, se había perdido, era como si su cerebro hubiera dejado de funcionar.

– Creo que tenias razón

– Te lo dije, eso siempre me funciona a mí – Dijo sonriendo

– Gracias...

– ¿Gracias por que?

– Por hacerme olvidar por un momento de mis problemas – Dijo mirando a la rubia.

– Para eso estamos las amigas – Sonrió.

Solo se limito a devolverle la sonrisa y siguió mirando el techo. En un intento de querer mover un poco sus brazos su mano había chocado con la de ojos morados.

– Lo siento – Dijo apenada.

– Tus manos están muy frías – Dijo tomando la mano de la albina.

Esta solo se quedo observando el agarre el cual le trasmitía calor, miro a los ojos a la contraria quien sonreía provocando una sensación extraña en su estómago.

Ese fue el momento en el que se dio cuenta que sentía algo mas que amistad.

Continuará