Capítulo 17 | Conmigo y para mí

4.5K 342 18
                                    

Si algo caracteriza a Kwon Jiyong es lo idealista que puede llegar a ser.  Quiere que las cosas salgan tan perfectas como él las imagina, por lo tanto, cuando algo no sale como está planeado simplemente se abandona a la frustración.

Esta característica tan particular no sólo aplica a su música y relaciones amorosas, sino a todos los aspectos de su vida.

Por eso cuando despertamos horas después y se ofrece a hacer algo de cenar mientras me doy una ducha, no puedo evitar mirarlo desde el otro lado de la barra reprimiendo una sonrisa mientras él observa con un puchero lo que deberían ser dos pilas de panqueques perfectamente circulares. En vez de eso, frente a mí tengo dos torres de masa deforme, en algunas partes tan negra como el carbón.

— Aish... —se queja molesto mientras sigue examinando su producto final—. Seguí las instrucciones de la caja al pie de la letra. Parece que están mal. Hacer panqueques no debería ser tan difícil...

—No lo es, Ji —respondo con una sonrisa mientras rodeo la barra para entrar a la cocina y unirme a él—. Solamente eres muy malo cocinando —declaro finalmente con una sonrisa en el rostro.

Su expresión de desilusión es tan tierna que cuando voltea a verme no puedo evitar ponerme de puntillas, tomar su rostro con mis manos y apretar sus mejillas, haciendo sobresalir sus labios. Le planto tal beso en la boca que me mira confundido cuando me aparto de él.

—Creo que necesitaremos pedir algo —sugiero divertida mientras abandono la cocina y me acerco al teléfono, aún con los ojos de Jiyong clavados en mi espalda.

Horas después, tenemos los estómagos llenos y yo no podría estar más feliz de pasar un día entero con mi mejor amigo después de meses sin verlo. Sin embargo, pronto tengo que ponerme a trabajar en un caso muy importante, por lo que me encuentro en la posición en la que estoy ahora.

Tengo un marca textos amarillo entre los dientes mientras leo cuidadosamente los papeles que tengo en la mano, todo esto mientras estoy sentada en un extremo del sofá con mis piernas sobre las de Jiyong. Había intentando detenerme para que volviera a prestar mi completa atención a él, pero pronto tuvo que rendirse, por lo que ahora está concentrado en su celular mientras lo veo de reojo.

—¿Sabes? Cuando me dijiste que tenías que trabajar un rato, nunca me imaginé que fuera por una hora entera —dice derrotado, dejando su celular a un lado y posando sus manos en mis rodillas.

—Ya casi acabo, Jiyong-ah —respondo subrayando una última línea del texto—. Dame un minuto.

Comienza a tamborilear sus dedos sobre mis piernas, por lo que una corriente eléctrica recorre mi cuerpo distrayéndome por unos momentos. Justo cuando estoy a punto de pedirle que pare, mi celular suena en señal de que he recibido un mensaje.

—¿Podrías decirme qué es lo que dice? —digo entregándole mi teléfono sin despegar la mirada del papel. A estas horas de la noche, generalmente es un mensaje de alguno de mis clientes o tal vez un nuevo caso.

—Es Seo Inguk —en cuanto el nombre termina de salir de sus labios, dejo caer las hojas de mis manos y las pongo en mi regazo de manera repentina—. Pregunta... más bien, ordena, que te pongas algo lindo para mañana en la noche porque te llevará "a un lugar especial".

Cuando termina de leer, la sorpresa aún no se va de mi cuerpo. Estoy completamente muda y él parece estar entre enojado y divertido con la situación.

—Yo... —comienzo a decir, pero nada sale de mi boca.

—¿Qué deberíamos contestar? —pregunta revolviéndose en su asiento.

El tamborileo de sus dedos se vuelve cada vez más suave y no me permite concentrar en nada más que en sus manos.

—Tú contesta —digo finalmente retirando mi piernas de las suyas, doblándolas hacia mi cuerpo.

—Está bien —acepta con una sonrisa en el rostro mientras comienza a escribir—. Le diré que ya tienes planes y que ese atuendo lindo ya lo tienes reservado para otra persona.

—¿En serio? ¿Y con quién y para quién exactamente? —pregunto mientras me acerco a él y le quito el teléfono de la manos antes de que presione el botón de enviar.

—Conmigo y para mí, por supuesto —contesta tomándome de la mano y guiándome hacia su regazo.

—¿De verdad? ¿Y cuándo acepté? —digo con una sonrisa mientras acaricia mis brazos de arriba abajo.

Una de sus manos se detiene en mi hombro derecho y con su pulgar comienza a acariciar la curva de mi cuello. Su mano tan caliente contra mi piel me causa tanta satisfacción que internamente deseo que nunca deje de tocarme.

—Ahora mismo —responde acercando sus labios a los míos—. Quiero llevarte "a un lugar especial" mañana por la noche —cuando se burla del contenido del mensaje de Inguk no puedo reprimir una risita—. ¿Qué dices?

No me da oportunidad de responder porque sus labios ya están sobre los míos. Logro decir el "sí" sobre su boca y eso provoca que me estruje más contra su cuerpo. Me siento en las nubes y no puedo pensar claro, por eso cuando Jiyong comienza a ganar terreno mientras me recuesta sobre el sofá no puedo hacer más que permitir que su cuerpo se amolde al mío.

—Jiyong-ah... —suspiro cuando sus labios bajan a mis clavículas y sus manos comienzan a explorar debajo de mi playera para delinear mi tatuaje.

—Te lo dije aquella vez, preciosa. Me gusta tu tatuaje.

Sus dedos son tan delicados que mi corazón quiere explotar. Aún con sus labios descendiendo cada vez más, no deja de tratarme con delicadeza, como si fuera a esfumarme en el momento en el que decidiera ser un poco más rudo con sus movimientos.

—Hubiera querido ser el único en besarlo —se dice a sí mismo mientras recorre mi abdomen con sus labios.

—No te hagas esto, Ji. Por favor —pido acariciando su cabello con mis manos.

Atraigo su rostro hasta el mío y lo beso de nuevo, tratando de decirle que esperaba que de ahora en adelante el fuera el único en seguir explorando mi cuerpo de esta manera.

—Gracias por no rendirte conmigo —susurra sobre mis labios sonrojándose—. Fui el más grande idiota durante años.

—Lo fuiste —reconozco, haciendo que sonría avergonzado—. Pero vale la pena.

—Oh, Meg, claro que vale la pena —dice mientras comienza a atacarme con besos por todo el rostro.

¿Cuántos días así nos esperan?

Espero que sean muchos.

No me olvides | G-DragonWo Geschichten leben. Entdecke jetzt