Robin's One Shots ❤

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Título: Es una persona.
Personaje: Tim

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— Lleva aquí treinta días y doce horas, su comportamiento es igual, sigue encerrada en la esquina izquierda de la habitación abrazando sus extremidades y mirando a los guardias fijamente — Murmuró el científico mirando unos papales.

La chica de cabello blanco y ojos azules permanecía inerte,tanto, que parecía que no respiraba.

— ¿Es peligrosa? — Cuestionó Bruce Wayne cruzándose de brazos y dándole una ligera mirada a la muchacha. Todos sus "hijos" se encontraban frente a la inmensa puerta de vidrio observando cada movimiento de la chica, aunque estos fueran nulos.

— Muchísimo — asintió y sus lentes se resbalaron un poco — su ADN está combinado con el de varios súper héroes y es el único sujeto que lo ha resistido.

Tim escuchaba atento la conversación de los mayores y la que mantenía con sus hermanos, estaba pasando a segundo plano. Sus ojos azules chocaron contra los de la chica y sintió su corazón acelerarse una vez más.

— ¿Creen que la tipa esa esté allí porque saben cómo contenerla? — Preguntó el chico de cabellos largos, pegando su rostro en el espejo y haciendo que se le formara una nariz de cerdito — porque si es tan peligrosa como dicen y si tiene ADN de la mayoría de nuestros amigos, ella debería poder salir sin problemas.

— Esa es una buena teoría Timmy — murmuró Jason posando su dedo índice entre los labios —, pero olvidas que casi todos tienen una debilidad y si le están dando poderes, también tendrían que ponerle debilidades menores para controlarla.

Todos asintieron y cuando volvieron a fijar su vista, dieron un pequeño brinco hacia atrás al ver a la chica con los labios semi abiertos, literalmente junto a la puerta de vidrio, observando fijamente a Tim.

— Ay weeey... — Dijo el mercenario haciendo sus manos unos puños — pinche tele transportación chingona.

Dos pares de ojos azules como el cielo se veían fijamente, entrando en una especia de trance en el cuál, todos desaparecieron y solo quedaron ellos dos.

— Que extraño — murmuró el científico dejando los papeles de lado e ignorando al multimillonario, como si la reacción de la chica fuera completamente extraña, aparte de su comportamiento habitual —, ¿Laila? ¿Ocurre algo querida?

La chica fijó la mirada en el señor rubio, al quién consideraba su padre.

Asintió.

— ¿Ellos me van a cuidar? — La voz sonó como una melodía en los oídos de Red Robín.

Jacob, el hombre, asintió con un deje de tristeza en la mirada.

— Si todo sale de acuerdo a lo planeado, por fin tendrás una familia, ¿por qué?

— Lo quiero a él, quiero que él sea quién me cuide en mi nueva familia — Lo dijo con tanta naturalidad, que Tim temió por un momento.

— ¿Quieres conocerlo? — Cuestionó dándole una mirada disimulada a Bruce, pidiéndole permiso, él asintió y ahora a quién vio fue al muchacho, éste, dudando, también asintió y sin que al menos cinco segundos pasaran las frías puertas transparentes se abrieron de par en par por obra de la chica.

Todos se sorprendieron y Dick soltó un grito de chica aterrorizada.

— ¿P-Podia abrir las puertas cuando quisiera? — Preguntó el menor de todos.

— Sí, y también matarlos — contestó el rubio para después continuar hablando tranquilamente con el murciélago.

Drake abrió los ojos y sonrió nervioso, tragó en seco y un sudor frío apareció salvaje mente  en su frente, su corazón se aceleró sin haber movido un solo músculo y simplemente cruzó ambas puertas. Sabia que sus hermanos lo verían, sabia que la tenían controlada y que debían tener un as bajo la manga pero el sentimiento del temor solo aumentaba y más cuando llegaron a un colchón pequeño, gris y bastante cómodo.