Empezamos a ahogarnos

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Lauren's POV

Después de ver la película, no volví a saber nada de Camila por tres días. Tres eternos días. Culpé a sus deberes en la facultad de lenguas y literatura. Era la época de exámenes finales, y en el punto que estaba Camila, las cosas en su carrera empezaban a ponerse difíciles. Lo que me había parecido extraño era que Dinah difícilmente le daba el saludo a mi novia. Era muy raro ya que ambas vivan en la misma casa. Tampoco nos desgastamos pensando en eso. Pensamos que tal vez, solo quería un poco de espacio.

— Amor, ¿Quieres salir hoy? — Fui yo quien llamó. Tenía la esperanza de verla antes de ir a Miami.

Estaba a una semana de ir a la ciudad y acabar con todo de una buena vez. Solo siete días me separaban de mi ansiada libertad. Teníamos casi todo preparado; las armas, el transporte, el personal, entre otros. Jack me había llamado esa mañana porque requerían mi presencia en Miami al día siguiente. Debíamos repasar el plan una última vez y de paso ensayar las armas. Yo había aceptado ir. Estaba completamente comprometida con la causa.

— No me siento bien. — Se excusó mi novia desde el otro lado de la línea.

— Esta bien. — Dije resignada. — Solo quería verte antes de irme a Miami.

— ¿Miami? — El interés de Camila se había despertado. — ¿Cuándo te iras?

— Mañana.

— ¿A qué hora sale tu vuelo? — Volvió a preguntar.

— Creo que en la mañana.

— ¿Y cuándo regresas? — Cuestionó la morena.

— Mañana mismo.

— ¿Tan pronto?

— Sí. Solo tengo que ir a una pequeña reunión de negocios. — Mentí. — No es nada importante. Hubiera preferido hacer una video llamada, pero los ejecutivos de Rise Records me querían en persona.

Idiota. Rise records queda en Oregón — Pensé inmediatamente.

— ¿Tu amiga Kass también estará? — Fruncí el ceño. No esperaba que Camila me preguntara aquello. Por un momento me preocupé de que Camila empezase a sospechar, pero confiaba en la lealtad de mis amigas. Sabía que ninguna de ellas le había contado a Camila que estaba pasando, y no me equivocaba. También, confiaba en la poca lógica de la latina.

— Sí. — Le dije. — y Estará su prometido, Jack. ¿Lo recuerdas?

— Esta bien. — No noté expresión alguna en las palabras de la morena. — Te llamaré luego.

— Vale, Camz. — Dije — Te quiero, hermosa... ¿Camz? ¿Hola?

Ella había cortado la llamada.

Aquello me tomó por sorpresa pues no era una actitud típica de Camila. Culpé los típicos cambios de humor femeninos.


Mi vuelo se retrasó. Llegué al punto de encuentro a la 1:45 PM. Acordamos encontrarnos en una de las enormes fábricas abandonadas de las afueras de la ciudad (Creo que era una fábrica de papel o cartón) Puedo apostar que no había un alma en kilómetros. Solo pude ver un vagabundo, pero no puedo asegurar que estuviera respirando. Era el lugar perfecto para ensayar casi cualquier tipo de arma. El sitio divinamente podía ser un pueblo fantasma digno de la más escalofriante película de terror. Perfecta para cualquier clase de ritual satánico. Diría que me helaba la sangre, pero no. Puesto que había visto cosas muchísimo peores a lo largo de mis escasos veintiún años de vida.

Fugitiva | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora