Persecución

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Dante...

Las llantas del auto rechinaban cada vez que derrapaba por aquellas curvas, comenzaba a salir el sol, el amanecer daba su mejor cara. Debía darme prisa en llegar, no solo eso, debía deshacerme de los faroles que alumbraban mi retrovisor.

Un, dos, tres, cañonazos producidos por el sonido de un arma, me hicieron acelerar a punto muerto el auto, los árboles pasaban volando frente a mi vista a medida que el Hennesy Venom mantenía su marcha, mis nudillos estaban blancos a consecuencia de la agresividad que mantenía el volante en mi poder, una curva cerrada...

Mi oportunidad. De nuevo uno tras otro disparo, maniobre al lado izquierdo el volante, ninguna bala toco al auto, eran disparos al aire señal de advertencia pero no me detendría ahora menos que debía llegar antes que Arcadia despertara y no me encontrara a su lado, eso sería catastrófico. No encontraría una buena excusa que decirle. Mi pecho subía y bajaba algo acelerado, pero manteniéndome consciente y sin dejar que los nervios se apoderaran de mi. Toda una vida bajo presión daba sus frutos.

Curva cerrada. Acelere y al entrar en esta pise freno tirando del volante a un lado, el auto siguió su curso pero frenando apenas mientras derrapaba las llantas y este producía un sonido estruendoso, haciendo que chillaran los frenos, pero logrando tomarla con éxito, escuche un fuerte ruido tras de mí, al mirar por el retrovisor aquellos dos autos que perseguían mi curso, estaban inmovilizados uno estampado contra un árbol, el otro con el parabrisas detrás del primero, sonreí satisfecho mientras aceleraba y entraba en la autopista principal, algunas gotas pegaban del parabrisas, iba directo a casa...

La oscuridad rodeaba mi alrededor, mientras el silencio era interrumpido suavemente por su respiración plácida tranquila cuando llegue, por la suave brisa siendo azotada por algún clima nublado, mientras algunos rayos de luz proveniente de la calle reflejaba su hermoso rostro, la lluvia golpeaba y empañaba las ventanas cerradas, pase una de mis manos por mi cabello húmedo a consecuencia de haber sido víctima del aguacero que me atrapo fuera de casa, en una de mis escapadas a media noche sin que Arcadia se diera cuenta, odiaba mentirle, me odiaba por esto. Pero habían cosas que eran difíciles de sacar a la luz y el temor de perderla me volvía loco, ya lo había vivido una vez y una segunda vez no era opción, explicarle cosas de las cuales eran difíciles de contar, me exasperaba. Voltee nuevamente mi rostro sentando en la cama en uno de los orifico para verla hacer gestos aun dormida, ¿Qué estaría soñado?, era hermoso verla dormir perdida en su propio mundo, alrededor de sus fantasías mas escondidas, sabiendo que entre sus sueños, estaban aquellas maravillosas historias que plasmaba en sus libros, de inmediato sentí algún extraño sentimiento oprimirme el corazón...

Semanas atrás estaba más enérgica, más hiperactiva, ya esta semana estaba más delgada, pasiva, tranquila ¿Qué seguiría?, ella sufría por el cáncer, pero yo sufría aun más al verla y no poder ayudarla. ¿Cómo animarla cuando yo mismo me sentía miserable, inútil?, me sentía temeroso de que empeorara en cualquier momento, sus pechos subían y bajaban al son de su respiración, de sus alientos, mire por la ventana, la lluvia había cesado baje mi vista al material de metal que tenía en una de mis manos, aquella arma era de un reluciente color plata, pesada, la mire unos segundos, estaba muy acostumbrado a ella como para tener que despegarme repentinamente y vivir pasivamente, estaba demasiado sumido en aquel mundo, demasiado atrapado en mi pasado, y aunque intentara alejarme, nadie se salía de este negocio con las manos limpias.

El pasado siempre está allí para asechar nuestros pasos, por ende quería vivir el presente, junto a ella, por ella. Tita no podía conocer quién era en realidad, temería. Yo mismo temo de mi, de este monstruo en que me he convertido, ella solo había conocido mi lado bueno, mi lado amable, mi lado travieso dejar que echara un vistazo al otro lado de la moneda era como echarme la soga al cuello, tome el pañuelo en el piso y enrolle el arma en el, resguardándola, escondiéndola como un preciado premio, me levante con sumo cuidado de no despertarla y la metí debajo de aquel estante que ella jamás revisa, ve o se percata de su presencia, me erguí con brusquedad al oír su voz, volteándome con rapidez, pero al verla aun seguía dormida mascullando algunas palabras sin sentido, entre en las sabanas a su lado, atrayéndola hacia mi adormecida, esta coloco su cabeza en mi cuello, escondiéndose en el, brindándome de su calor mientras la enrollaba en mis brazos, y ella hacia esposas con sus piernas en las mías.

- Bastardo... Dante-. Mascullo adormecida haciendo que mi corazón resoplara contra mi pecho mandando una corriente eléctrica por el mismo haciendo que se me erizaba la piel, era imposible que una sonrisa no apareciera en mi rostro, bese su cabeza con suavidad.

- Yo también te amo Arcadia...- susurre en un intento desesperado de que no se me hiciera un nudo en la garganta, cerrando mis ojos abandonándome en el silencio de sus latidos, de su olor.

El lado Oscuro de Dante (COMPLETA) (Trilogia II : Las letras del deseo) Where stories live. Discover now