Capítulo ocho

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El timbre que indicaba la hora del almuerzo sonó en toda la institución; los profesores abandonaron las aulas, algunos alumnos juntaban sus mesas para servirse sus almuerzos, mientras que otros salían para comer en el patio.

—Terasaka no vino hoy, así que quedémonos aquí a comer.— dijo la rubia su amigo en lo que juntaba su mesa con la de él.

—Mnh. Claro.— Karma sacó su almuerzo.

—Es bastante poco. ¿No quedas con hambre por el resto del día?— interrogó ella.

—No, por algo es que traigo sólo esto. No como mucho.— respondió con simpleza y se dispuso a comer de su ligera merienda.

—¡Isogai, ven a comer con nosotros!— una chica de cabello corto invitó al mencionado.

El chico de cabellos negros la vio unos segundos y le sonrió apenado.

—Gracias, pero tengo que llevar unos papeles a la oficina del consejo estudiantil. Quizás otro día.— dijo amablemente.

Una vez la chica se volteó, él comenzó a sacar varios documentos de su mochila y los ordenó. Cuando metió su mano por última vez en la mochila, sintió algo duro en ella; sacó dicho objeto y se percató de que era el envase en el que siempre traía su almuerzo –aunque ese día estuviera más liviano que de costumbre–.

—Uf~ olvidé sacarlo ayer.— murmuró para sí, algo desanimado. Dejó el envase en su mesa y salió del salón con los papeles en mano; sin percatarse de la mirada de cierta persona en él.

Llevó los papeles a la oficina del consejo estudiantil y volvió a revisarlos meticulosamente, tomándose su tiempo; una vez terminó, fue al banco, luego se dio una vuelta por los pasillos y saludó a algunos amigos con los que se cruzaba. Cuando finalmente no halló qué más hacer, volvió a su salón, aunque aún faltaba para que terminara el receso.

Se sentó en su puesto y tomó el envase que había dejado en la mesa, dispuesto a guardarlo. Mas se sorprendió al notar que éste se sentía un poco más pesado que antes; lo abrió por curiosidad y vio en su interior algo que le donó atónito: la mitad de un sándwich y una fresa.

Miró hacia todos lados para ver si era una clase de broma, pero al notar que nadie le prestaba atención, supo que no era el caso. Le prestó mayor atención al fruto rojo y pensó en que había alguien que siempre traía fresas para comer.

Una pequeña sonrisa se formó en su rostro y murmuró para sí mismo:

—Gracias por la comida.

...

—Vaya, no sabía que fueses tan atento, Karma. En serio me sorprendiste.— habló Nakamura en un claro tono de burla.

—Ya cállate.— bramó molesto. Trataba de demostrar indiferencia a las burlas de su amiga, pero cuando empezaba a ser constante con ellas le era difícil hacerlo.

— No te enojes, te estoy elogiando.— dijo con gracia.— En verdad fue un lindo gesto.

—Como sea, ya me voy.— el pelirrojo caminó más rápido para alejarse de Rio.

—Espera, ¿No irás a casa?— preguntó extrañada al ver que el aludido cambiaba de dirección.— Ah, no me digas. ¿Irás a ver a tu niñero, verdad?

—Ex-niñero. Y eso no te incumbe.— respondió reacio.

—Bueno, bueno. Espero que te vaya bien, adiós.— dicho eso, la rubia siguió con su camino.

Karma le había dicho a su madre que regresaría temprano hoy, pero realmente quería ver a Nagisa; así que esperaría a que saliera de la universidad y así ambos se irían juntos a casa. Aunque sabía que aún faltaban varias horas para ello, así que de seguro vagaría por allí en espera de la hora de salida de Shiota.

En una de las paradas, se encontró con otro chico de su escuela, y no era cualquiera en realidad; sino que se trataba del representante de su clase.

—Oh, Akabane-kun.— el de cabellos azabache se acercó a paso rápido a él en cuanto notó su presencia.— Es la primera vez que te veo por aquí.

—Ah, sí. Es que iba hacia otro lado.— dijo con simpleza.

—Sí, bueno.— Isogai hizo una pequeña pausa a sus palabras.— Me alegra que nos hayamos topado. Quería darte las gracias.

Akabane le miró confundido, esperando a que le aclarara la razón de su agradecimiento.

—Ya sabes, por lo de la hora del almuerzo; la comida.

—Y... ¿Qué te hace pensar que fui yo?— desvió la mirada.

—Eres el único de la clase que lleva fresas todos los días.— respondió con una sonrisa.

— Buen punto.— le devolvió la sonrisa.— Pero no es nada; no sería bueno que nuestro representante de desmayara en medio de la clase por falta de alimento.— se mantuvieron unos segundos en silencio.— Y, ¿Nunca traes almuerzo, o...?

—Ah, no, no es eso.— excusó nervioso.— Es sólo que... No, nada. Bueno, tengo que irme.

—Sí, yo también.

—Me alegró poder hablar contigo.— desvió la mirada hacia el suelo.— Espero que podamos hablar más seguido.

—Eh, claro.— Isogai se despidió con la mano y una sonrisa, para luego seguir con su camino.

Karma quedó algo sorprendido ante la actitud tan relajada del pelinegro, ya que nunca habían hablado en lo que iba del semestre. Aunque era un persona muy amigable, así que tampoco era de extrañar.

Volvió a seguir con su camino hacia el gran edificio que era la universidad en la que Shiota estudiaba. Esperaba que no saliera acompañado o con la intención de ir a otra parte; pues hacía todo esto única y exclusivamente para verlo.

•••

Mmm... Aquí la aparición de otro personaje que se quedará por un buen rato 7u7 ❤

Jskdfbdkfb esta vez no me demoré tanto en actualizar. Yuju❤✨

Espero que les esté gustando la historia, bye~

De aquí a unos años más ||Karmagisa||Where stories live. Discover now