Capitulo 8: Todo un día juntas

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– Y no olviden traer para mañana un planisferio – La clase ya había acabado, la albina tomo sus cosas y salio del salón, ya habían pasado varios días desde su recuperación, ahora ya asistía a clases normalmente.

– ¡Puppet! – A lo lejos gritaba la rubia quien venia corriendo con sus cuadernos en mano.

La de pelo corto espero a que la otra estuviera mas cerca, cuando esta llego camino al lado de su compañera.

– Hola Chica – Saludo amablemente.

– Que bueno que te alcance – Dijo entre jadeos del cansancio.

– ¿A donde te diriges? – Preguntó.

– A clase de mate

– ¿En serio?

– Si ¿Por?

– Que bien, vamos en la misma clase – Sonrió.

La mas alta ya controlaba mas sus emociones frente a la rubia, ahora ya podía hablar mas fluido y sin nervios los cuales le molestaban tanto.

– ¿Nos sentamos juntas? Tengo muchas cosas que contarte – Dijo con emoción, últimamente las dos se juntaban mas seguido, la rubia siempre le contaba las cosas que pasaban con su banda o la veces que le salía algo mal.

– Claro – Dijo con una sonrisa.

Al llegar al salón como anteriormente dijeron se sentaron juntas y la mas baja le contó cada chisme que se sabia, la sonrisa en la cara de la albina no desaparecía, le gustaba ver como la contraria contaba las cosas con tanta emoción.

– ¿Alguien quiere pasar a hacer el problema? – El profesor otra vez hacia su típica pregunta que hacia sufrir a sus alumnos.

– Yo – La rubia alzo la mano.

– Adelante – Dicho eso esta paso al pizarrón y completo el problema muy rápido sorprendiendo a la de pelo corto.

– Muchas gracias señorita Chica – La recién nombrada agradeció y volvió a su asiento.

– Eres muy buena – Dijo la de pelo corto aun mirando la solución del problema.

– No es para tanto

– Lo digo en serio, hasta diría que me has superado – Ahora su mirada se centraba en la de ojos morados.

– No creo, nunca podre superar a la gran Puppet diosa de las matemáticas – Dijo en broma provocando un pequeña risa de la otra.

Una vez que el timbre sonó dando la salida a los alumnos las dos se dirigieron hacia el comedor pues era receso largo, como toda gente civilizada hicieron fila para obtener su almuerzo. Como siempre los temas de conversación no se acababan, siempre tenían de que hablar; una vez recibida la comida fueron a sentarse para disfrutar de esta.

– Puppet – La menor le llamo la atención.

– Dime –

– ¿Ves ese peli-turquesa? – Señalo.

– Eh... Si ¿Que hay con él? – Preguntó extrañada.

– ¿No te gusta? – Dijo con un poco de picardía.

– Pero que cosas dices – Rápidamente dirigió su mirada a su comida.

– Vamos, debe de gustarte alguien

– Y-Ya te dije que no me gusta nadie

– Debe de a ver alguien por lo menos que te atraiga – La de pelo corto nunca se dio cuenta como es que de un momento a otro la rubia llego al lado de ella.

– Dije que no hay nadie

La rubia acerco a la cara de la mas alta, esta trago grueso a la vez que un pequeño sonrojo aparecía pues era mucha la cercanía que hasta se tuvo que hacer para atrás.

– Tus ojos me dicen otra cosa

– ¿M-Mis ojos? – Dijo desviando la mirada para luego volver a mirarla.

– Si, están dilatados – Dijo separándose – Cuando a una persona le gusta alguien al momento de verla se le dilatan las pupilas

– ¿De dónde sacas tantas cosas?

– De internet, algunas son verdaderas otras falsas

– Pues lo que acabas de decir es falso – Se justificó.

– Claro que no, viste a ese que te enseñe y se te dilataron a mi no me engañas – Se cruzo de brazos.

La albina agarro su vaso que tenia poca agua y se la aventó a la cara a la rubia.

– Cuando digo que no, es por que no

La rubia se quedo con la boca abierta por la acción de la de pelo corto, esta agarro su vaso de agua y se lo aventó a la mas alta. Las dos se miraron y comenzaron a reír, los demás las veían un poco extrañados pero no les importaba.

– Ven, vamos a limpiarnos – Dijo la rubia entre risas.

Las dos se dirigieron al baño donde se secaron la cara, la mas alta fue la mas afectada pues le había lanzado el vaso completo.

– Creo que tengo que ir por una camisa – Dijo mirándose pues estaba toda empapada.

– Lo siento, creo que si me pase

– No hay problema, yo fui la que empecé

– Espera aquí, voy por algo – Dicho esto la rubia salio del baño.

Un largo suspiro se oyó, una enorme sonrisa se formo en su rostro, no cabe duda de que en verdad le gustaba la rubia.

– Que pasaría si te dijera que tu me gustas – Dijo en un susurro.

– Mira, encontré esta camisa – La rubia recién estaba llegando junto con lo antes mencionado.

– Gracias ¿De donde la sacaste?

– Era de una amigo pero nunca volvió por ella, ten – Esta se la entrego.

– Gracias – Dijo tomando la camisa.

La albina miro a la rubia esperando a que se saliera pero esta seguía en el mismo lugar, se puso un poco incomoda pues no quería correrla.

– ¿No te la vas a poner?

– Eh... Bueno yo...

– ¿Acaso te da pena? – El tono burlón se podía oír en esa pregunta.

– Se podría decir que un poco – Se excuso con eso.

– Vamos que no te de pena, somos mujeres ¿No? Tenemos lo mismo – La rubia se acerco a la de pelo corto.

– Eso ya lo se es solo que... No me gusta que me vean sin camisa – Su voz ya se oía nerviosa.

– Vamos, no tiene nada de malo – Esta le subió la camisa a la albina haciendo que esta jalara par abajo impidiendo qué se la quitara.

– Y-Yo puedo hacerlo sola – Sonrió con nervios, la otra dejo de insistir y se quedo observando.

"Alguien salveme" Pensó

La de pelo corto se quito la camisa dejando ver sola las vendas que traía al rededor de torso, la rubia observó atentamente sus vendas poniendo aun mas nerviosa a la contraria, esta de inmediato se puso la camisa.

– L-Listo, ahora ya podemos irnos

– Lindas vendas – Dijo la rubia haciendo sonrojar a la mas alta.

Así pasaron el resto del día, al parecer la suerte estuvo del lado de la de pelo corto pues casualmente todas las clases les tocaron juntas.





Continuará

Mi mejor error  [Puppica]  ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora