Decepción

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Invierno

Capítulo

Decepción

Amethys llegó justo a la hora del banquete. Un grupo bailaba al son de las flautas y los violines, en una improvisada pista de baile. Todos los rituales usuales de una boda en Endless ya se habían llevado a cabo esa tarde.

Arthemys no estaba, se había escapado de su propia fiesta. La pelirroja no se sorprendió, de hecho ya nada le sorprendía.

La joven buscó a su padre con la mirada,le echaba de menos,lo encontró solo en la mesa de los novios con una sombra de melancolía en la mirada.

—¡Padre! — no pudo evitar su emoción y se postró a sus píes.

—¡Mí niña! ¡Haz vuelto! — ella pensó que no la reconocería, pero al corazón de los padres no se les engaña tan fácil. La alegría de reencontrar a la hija que creía pérdida iluminó su cara — ¡Estás tan hermosa! Mirate,cubierta de oro y diamantes — dijo su padre al ver los adornos con que la señora White había adornado sus cabellos.

—Nada de eso importa — le contestó Amethys,ella nunca fue interesada.

—¡Por supuesto que no mi niña!— le dijo,mientras que con manos cansadas y tiernas le acariciaba las mejillas — ¿Eres feliz en ese lugar?

—¡Oh padre...! —No podía ser más desdichada, pero eso no se lo podía decir,destrozaría su corazón si se enterara de que pasó todo un año encerrada en una fría prisión.

Se abrazo a él con fuerza,no podía contarle la verdad de su desdicha, ya era un anciano y le haría mal. Estar entre sus amorosos brazos la reconfortaba.

—¡Amor mío! Con qué aquí estas. ¿Y ese abrigo? ¿Te ha dado frío? ¿Por qué te cambiaste? — la voz de Narcissus los interrumpió.

El corazón de Amethys se sacudió al oír su voz. Lentamente se puso de pie y la ternura que había en sus ojos tan solo un momento antes se volvió pura frialdad.

Nada la preparó para ese momento.

Se giró despacio hacia su ex prometido y le respondió:

—Ahora sé... Que yo no soy tu amor... Y que nunca lo fui — le dijo con una voz cargada de resentimiento. La traición de la que fue objeto la hizo armarse con una coraza de frialdad.

El sorprendido novio retrocedió unos pasos. Era obvio que verla ahí era lo que menos se esperaba.

—¡Amethys, haz vuelto! — exclamó sorprendido y con ojos ávidos, nunca antes le pareció tan hermosa como en ese momento.

—Solo por hoy,mañana volveré a la montaña — admitió.

Todos los invitados hicieron una pausa y contemplaban a la inesperada visita.

Pero Amethys solo tenía ojos para Narcissus, por un segundo le pareció ver en él, aquella mirada llena e amor que le regalaba cada vez que se encontraban.

Ahora sabía que todo había sido una farsa,que él nunca la amo y no dudo en sacrificarla. La pregunta era, ¿por qué razón? ¿Qué ganaron ellos con esa farsa? Ella habría entendido si le hubieran explicado que se amaban, ¿por qué entregarla en sacrificio al demonio que habita en la montaña? No tenía ninguna sentido.

—¿Regresaras mañana? ¡No! ¿Por qué? — la voz de su padre la regresó al presente.

—Querido padre... Ya no pertenezco aquí... — ahora lo entendía — Mi príncipe me espera, él me ama — mintió y al hacerlo miró a los ojos de Narcissus buscando en su rostro alguna señal  de desacuerdo  — Y lo amo yo — agregó para provocar en el ahora, su cuñado,algún tipo de reacción.

inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora