Luna

836 116 60
                                    

Invierno

Capítulo

Luna

Caminando sin rumbo fijo, llegó hasta el lago congelado. En medio de él se desplomó llorando. La habían decepcionado tanto esta vez.

Gritó tan fuerte, tan alto, que su grito hizo eco en la cima de la montaña,y una pequeña avalancha se desprendió.

Amethys contempló las toneladas de nieve que se deslizaban cuesta a bajo,en su dirección. No le importó, tal vez era lo mejor que podía pasarle en la vida,quedar sepultada bajo el frío polvo de diamantes, ó eso pensó hasta que Diamante apareció junto a ella y detuvo el deslave.

Se arrodilló a su lado y secó sus lágrimas con suma ternura. Amethy no comprendía como alguien tan frío podía tener tanta sensibilidad en una acción tan pequeña como secar sus lágrimas.

Por mero impulso, Amethys se arrojó a sus brazos e intentó besarlo.

Diamante la rechazó para su total desconcierto.

—¡Besame! — le exigió.

—No,señorita Lord, yo no soy tu premio de consolación — dijo él con toda la frialdad que llevaba por dentro.

Se puso de pie y deambuló dando vueltas a su alrededor.

—¿Quién te crees que soy? ¿Acaso piensas que porqué la magia de un demonio corre por mis venas yo no tengo corazón...?  Yo no tengo sentimientos, ¿es eso lo que piensas? — la encaró frustrado por su comportamiento.

La joven no dijo nada, dejo que se desahogara.

—Sí,efectivamente, soy un demonio, pero nací humano,y no estoy exento a sentir dolor. Lloro y río como cualquiera de ustedes. Tengo sentimientos por montón, y también me duele que me rompan el corazón. ¡Oh sí señorita Lord,se cómo te sientes! Yo también me enamoré... Y no funcionó.

—¡¿Enamorarte?! ¡¿Tú?! ¡Por favor! No te puedes enamorar en un solo día...

—¿... Un día? ¿Quie5n dijo que fue un sólo día?

El señor del invierno y su joven prisionera continuaban discutiendo,ajenos a la sombra codiciosa, ahíta de maldad que los observaba oculta entre la penumbra de los árboles cubiertos de escarcha.

—¡Tú me mostraste ese sueño! — le reclamó la muchacha una vez puesta en pie.

—Solo lo resumí de esa manera — confesó avergonzado al recordar como Arthemys la hermana de esta,se burló de él.

Desdé aquél primer encuentro en la linde del bosque del otoño. Arthemys volvió a la montaña al siguiente día, fingiendo ser su hermana.

Fueron quince majestuosos días en los que la atrevida pelirroja lo engatusó. Hablándole de su falso amor,llenándole la cabeza con mentiras y el cuerpo de caricias que le derretían el corazón.

—¿Cómo crees que me sentí, cuando  mire a la mujer que supuestamente me amaba,parada frente al altar a punto de desposarse con un simple mortal? Cuando yo le ofrecí todo y no me refiero a mis riquezas o magia,hablo de mi corazón, de mi amor incondicional para la que sería mi compañera. Y lo peor fue cuando mire aquella pobre imitación arrojándose a los brazos de aquel hombre,intentando protegerlo de mí.

Diamante recordó con dolor aquel momento en la capilla del pueblo,cuando Arthemys intervino al ver a Narcissus caer al suelo con un golpe seco:

inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora