Capítulo tres.

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Como cada tarde, Louis acudió al trabajo en la cafetería, donde su compañero Liam Payne, un guapo ojimiel ya estaba sirviendo a los clientes desde hacía un buen rato.

...—Hey, hola Lou, ¿qué tal te ha ido hoy en el Instituto?, por tu cara veo que nada bueno.

—No he ido.

—Pero... ¿el castigo no era que terminaba hoy?.

—Si pero no tenía ganas de verle la cara al pesado ese de Jones, ni tampoco a los niñatos esos.

—Tus compañeros no tienen la culpa de que seas dos años mayor, es normal que sean más jóvenes.

El ojiazul chasqueó la lengua con fastidio pues a su mente vino la imagen de Harry, el cual aún recordaba por sus bonitos ojos verdes y sus sonrojadas mejillas. 

—¿Y tú qué tal?

—Yo como siempre, de maravilla...Mi Universidad es muy divertida y mis profesores son geniales.

Louis hizo una mueca de desagrado.

—Odio que seas tan optimista, Liam...La escuela es una mierda aquí y en la China, si por mi fuera, no existiría.

El ojimiel le dio una palmada en el hombro.

—No puedes seguir pensando de ese modo, pronto serás padre y tienes que poner tus pies en la tierra.

—Ya...ya lo sé pero es que no aguanto a los padres de Danielle, si por mi fuese lo mandaría todo al demonio.

—Chicos, menos charla—les apuró James Harris, su jefe—... hay clientes esperando venga, venga.

Louis y Liam se pusieron entonces manos a la obra y así café tras café, llegó la hora de cerrar y entonces se fueron a casa, donde el ojiazul cenó algo de pizza que había sobrado y se acostó.

Este estaba reventado y rápidamente se quedó dormido profundamente, así que cuando su móvil sonó, ni lo escuchó, por lo que su hermana Lottie lo despertó.

Este lo cogió y vio que era Danielle, entonces descolgó y esta entre jadeos y lloros le dijo que estaba en el hospital pues ya venía el bebé.

Como un rayo, Louis se levantó, se cambió de ropa y cogió un taxi, era más caro pero no podía esperar a que llegase el autobús, ya que quería estar presente cuando su hijo llegase al mundo.

De camino llamó a su madre, la cual dijo que iría en cuanto terminase el turno, mientras en la casa Lottie se ocupó de sus hermanos más pequeños una vez más.

Cuando Louis llegó al hospital, Danielle ya estaba en la sala de partos, su madre estaba con ella pero el pidió entrar, así que a regañadientes Gloria tuvo que salir.

Danielle estaba muy débil y muy asustada pues todavía no era tiempo y apretaba la mano del ojiazul con las fuerzas, entre contracción y contracción.

Después de vente minutos intentando parir de forma natural, no pudo lograrlo, así que decidieron hacerle una cesárea de urgencia pues ya no podían demorar más por el bien de ella y del niño.

Al quirófano ya no lo dejaron pasar, así que Louis esperó en la sala de espera junto a los Campbell, los cuales lo miraban de reojo pues tenían muy claro que si su hija sufría algún tipo de daño, lo haría responsable.

El ojiazul solo podía pensar en que todo saliese bien, que su novia y su bebé estuviesen bien, William Tomlinson Campbell, así era como querían que se llamara pues ya lo habían decidido meses atrás.

Después de unos difíciles minutos, William nació, pesando apenas 2,200Kg, tenía los ojos azules de su padre y la boca de su madre, era hermoso.

Danielle quedó exhausta por lo que no pudieron verla hasta pasadas varias horas y el bebé lo pusieron en el nido junto con los demás bebés nacidos pues estaba perfecto.

Louis lloró como un niño en cuanto lo vio, a lo que se sumó Johanna en cuanto llegó, mientras que los otros abuelos lo observaron con desdén tras del cristal.

...—Muchas felicidades hijo, ya eres papá—susurró su madre besándolo.

Johanna se quedó poco tiempo pues tenía a sus hijas solas y además venía de hacer turno doble en el otro hospital, así que se despidió de su hijo, de su precioso nieto y de los Campbell para luego irse a descansar.

Los padres de Danielle se mantuvieron serios y no dijeron una sola palabra en toda la noche pues estaban preocupados por su hija a la cual aún siguieron sin poder ver.

Desesperados pues nadie les había dicho nada sobre Danielle, finalmente bien entrada la mañana, recibieron la noticia de que la habían metido en una habitación.

Sin embargo, el médico no tenía buenas noticias pues la chica había perdido mucha sangre y su corazón estaba descompensado por el esfuerzo.

Desde pequeña, Danielle padecía una afección cardíaca por lo que tendría que estar ingresada un tiempo hasta que se recuperase y evitar complicaciones.

William tendría que quedarse con su madre también en el hospital, ya que necesitaba del calor de su madre y su aroma, ya que intentarían que le diese el pecho pues era mucho mejor para él.

Louis maldijo una vez más su suerte pues a pesar de que no había buscado tener un hijo, ni una novia enferma, estos habían llegado a su vida sin más, aunque el destino al parecer se estaba empeñando en mantenerlos separados y hacerlos sufrir.

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10. El chico nuevo-Larry Stylinson  (Terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora