Capítulo 33

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Capítulo 33



Abrí mis ojos temprano. El sol a penas daba suficiente iluminación para poder diferenciar la silueta de los muebles de la habitación y perfilar vagamente el rostro de Álex. No podía permanecer más tiempo acostada allí, estaba intranquila e inquieta, y para no perturbar el sueño tan pacífico que Álex parecía estar llevando, decidí ir a la cocina por algo de comer para luego salir a dar un paseo, lejos de todos.

Pero cuando llegué a la cocina me encontré con la sorpresa de que esta no se encontraba sola, como supuse que estaría. Sentado en una esquina de un enorme mesón, se encontraba Leo, sujetando una taza de café humeante entre sus manos, el que miraba fijamente hasta levantar su vista hacia mí. Me sonrió. Y no fue una sonrisa forzada, parecía genuina, como si él en realidad se alegraba de tenerme allí.

-- Que temprano te despiertas -- Él me dijo, sin cambiar de expresión -- ¿Me acompañas en el desayuno?

-- Claro -- Respondí. Fui hasta el hervidor para preparare un té con limón y de un gabinete saqué un recipiente y una caja de cereal. Una vez con mi comida en mi poder, me senté frente al chico --- Lamento que haya tenido que ser de esta forma el volver a reunirnos.

-- Eres valiente, Karma. Te debo dar crédito por eso. No creo conocer a muchas personas capaces de intentar envenenar la comida de alguien con tanto poder. Espero que entiendas si no te dejo acercarte a mi almuerzo, ¿Verdad? -- Comentó, riendo un poco, pero de pronto su expresión cambió haciéndolo parecer alguien mayor, más serio y con más cosas por las cuales preocuparse -- Estuvo muy buen que salieran de aquella manada ese día, ¿Sabían lo que sucedería en la noche?

-- ¿Pasó algo anoche?

-- ¿No lo sabían?

-- Una chica de aquella manada, con la que conseguí la ayuda para conseguir el antídoto, me dijo que debía salir antes del miércoles. No quise poner a pruebas sus palabras y por eso fue anoche que decidí hacer lo que hice.  Pero no sé que pasó dentro de la manada.

-- La información es confidencial, todavía. Los tíos de Álex no han querido compartirla con las demás manadas, pero como supongo que descubriste ya, yo tengo mis maneras de estar informado de lo que sucede en todo el país. Supongo que  comprenderás si te pido que no la compartas -- Asentí -- Aproximadamente a las cuatro de la mañana de un noche, un grupo de unos treinta a cuarenta personas -lobos, en su mayoría- irrumpió en la manada hostilmente. Ellos tenían la intención de asesinar a los líderes, pero al parecer no estaban demasiado organizados ni sabían que hacer a continuación. El problema fue que después de lo pasó con su cena, la manada estaba mucho más alerta que de costumbre, había un gran grupo de personas patrullando alrededor. No pasaron más de unos minutos de batalla para que la manada ganara. Algunos de los atacantes lograron salir de las fronteras antes de ser atrapados, otros murieron, y un puñado más fueron tomados como prisioneros y llevados a las numerosas cárceles.

-- ¿Fallaron por lo que hice?

-- No lo creo. Si ellos habían tomado el antídoto antes, quería decir que sabían que estaban en peligro. Y por lo que Álex decía, llevaban un tiempo actuando sospechosamente, por lo que podría apostar que alguien llevaba el rumor de que serían pronto atacados.

Pensé en Dodie.

-- La chica que me dijo que saliera de la manada se lo dijo también a un montón más de personas, a las familias con niños pequeños que no querrían luchar.

-- Si un montón de gente comienza a abandonar una manada, se nota. Probablemente esa fue suficiente advertencia para los alphas de que algo sucedía. Si a mi me pasara, no demoraría en capturar uno de los que escapó para conseguir que me dijera que pasaba, y eso fue probablemente lo que ellos hicieron. 

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