030.

152K 16.4K 5.9K
                                    

Jungkook estaba sentado a un costado del sillón alto sosteniendo la mano de Jimin quien ya estaba apretando sus dedos con fuerza aunque la aguja aún ni siquiera se le acercaba a la piel. Desde la perspectiva que tenía el chico parecía un hámster asustado ahora que estaba con la camisa abierta dejando el lado derecho de su pecho expuesto al aire (cosa que sucedió porque sobre la clavícula que estaba allí ubicada iría el nuevo tatuaje). En ese minuto Jungkook sabía que debería estar calmando a Jimin para que toda la sesión no se volviese una horrible tortura, pero parecía estar demasiado distraído mirando la piel blanquecina del peli-rosa que ahora estaba expuesta ante el.

¿Por qué debía ser tan bello?

— Deja de babear y colocale la venda de una vez, Kook.

Soltó un gruñido hacía las palabras de Namjoon, quien estaba a punto de encender la maquina de tatuajes y seguía molestándolo por su cercanía con el chico. La verdad era que se estaba controlando bastante solo porque Jimin estaba allí presente y ya había actuado demasiado como un energúmeno ante el como para que siguiese aguantando su mal humor por cosas estupidas. Así que por eso se había mantenido en silencio durante todas las bromas de su amigo, pero apenas Jimin ya no estuviese con ellos Namjoon se ganaría una buena paliza.

— Ya, mariposa. Es hora de ponerte la venda.

Jimin asiente y es que ese era el acuerdo en el que habían quedado para que no viese qué tatuaje le estaban haciendo durante la sesión. Quizá le ponía algo nervioso pero Jungkook le había prometido que no se movería de su lado para que estuviese tranquilo y al menos eso ayudaría un poco a sobrellevar el dolor que pudiese provocarle la sesión.

— Esto es tan raro —susurra Jimin mientras el castaño amarra un pedazo de tela en sus ojos dejándolo totalmente imposibilitado para ver cualquier cosa a su alrededor.

— Tranquilo, será pequeño así que Namjoon no se demorará mucho.

Jimin asintió pero por más que Jungkook tratase de quitarle los nervios de encima el no soltó la mano de este último en ningún momento. Al menos así se aseguraría de que el chico no lo dejase solo ni siquiera para ir al baño.

— ¿Ya están listos? —Esa pregunta viene por parte de Namjoon y Jimin asiente con cuidado— Pues comencemos.

Cuando la maquina para tatuar se encendió el sonido característico de esta lleno el lugar de una vez, como el zumbido de un enorme pañal de abejas. Jimin se tenso un poco por eso, Jungkook lo notó y de inmediato se acercó al chico un poco más moviendo el banco de madera más cerca de la camilla para que notase su cuerpo aunque estuviese con los ojos vendados. A el no le gustaba ver a Jimin así, le recordaba un poco al chico indefenso que veía caminando a través de los pasillos de la escuela mientras todos se burlaban de el... Pero si el peli-rosa deseaba hacerlo el simplemente se quedaría a su lado y haría todo lo que estuviese a su alcance para calmar el miedo que traía consigo el primer tatuaje de este.

— Bien, aquí viene el primer pinchazo —anuncia Namjoon tomando la máquina entre sus dedos—. Necesito que estés relajado y no te muevas, lleva tu mente a otro lado si es necesario.

Jimin asiente y luego respira varias veces antes de sentir aquel ardor latente bajo la clavícula derecha. Le dolía y por un segundo quiso saltar pero se mantuvo quieto como las indicaciones de Namjoon habían dicho. Jungkook ya le había advertido que los lugares cercanos a huesos podían ser más dolorosos gracias a que la piel de estos sectores cuenta con capas más delgadas, no como en la zona de los muslos o brazos donde estas son mucho más densas y ayudan a combatir un poco el dolor de la aguja. Siguió respirando varias veces pensando que eso le ayudaría aunque no mucho cambió mientras la maquina se enterraba varias veces más en su cuerpo. Por inercia apretó con fuerza la mano de Jungkook quien no había dejado de mirar su reacción en ningún segundo desde que la sesión había iniciado.

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora