16.Un día para olvidar o quizás no...

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(Dafne)

Esto no podía estar pasando. Esto debía ser una pesadilla, una horrible pesadilla que luego le contaría a Ann como anécdota. Suspiró con tristeza al pensar en su amiga, ¿cómo estaría Ann? La información que Triz le había dado había sido realmente penosa por lo que aparte de saber que estaban en el hospital no sabía nada más. ¡No sabía si su hermana estaba bien o muerta! Y eso iba a matarla.

Sintió como le apretaban la mano con fuerza y miró hacia su derecha donde Damián estaba sentado con la mandíbula apretada y la mirada fija en el taxímetro. Realmente no lo recordaba, pero en algún momento la había tomado de la mano y había parado un taxi al que le exigió a gritos que los llevasen al hospital.

―¿Cómo se enteró Triz?―preguntó Damián mirándola, ella intentó hablar pero se encontró sin voz por lo que carraspeó.

―Matt la llamó mientras estaba en la ambulancia y le dijo que nos avisase a todos.―contestó finalmente.

La verdad era que Matt había hecho lo mejor, llamar a Triz era la forma más rápida de avisar a sus padres; ella tenía los números de teléfonos de todo el mundo, era como una maldita guía telefónica y seguramente la que tenía más tacto para transmitir este tipo de noticias.

Respiró hondo y sintió un escalofrío cuando vio a lo lejos el hospital, estrujó la mano de Damián pero no protestó, seguramente estaba tan impaciente como ella por llegar; Nora era casi una hermana para él y a pesar de sus diferencias, sabía que apreciaba mucho a Ann y a los chicos.

Se bajaron sin despedirse y sin molestarse en recuperar el cambio corrieron hacia el hospital llegando a recepción.

―¡Dafne!―al escuchar su nombre volteó hacia la zona de espera dónde encontró a su padre dando grande zancadas hacia ella, soltó a Damián de la mano y se fundieron en un abrazo.―¿Estás bien?

―Si, ¿sabes algo de Nora o de los demás?―su padre negó con la cabeza y antes de que pudiese volver a hablar escuchó gritos al fondo.

―Llamen a mi madre, es médico aquí.―miró hacia recepción y se encontró a Jose acompañado de su padre y de Evan discutiendo con la recepcionista.

―Ahora vengo.―dijo su padre separándose de ella y yendo a hablar con el padre de Jose.

―¿Dafne por qué no te sientas?―sugirió Ricardo Duarte con amabilidad señalándole el asiento que estaba a su lado, ella negó con la cabeza; prefería seguir de pie, porque si se sentaba tenía la sensación de que el mundo se le vendría abajo.

―¿Cómo es que llegasteis primero?―indagó Damián colocándose a su lado pasándole el brazo por la cintura como para asegurarse de que no iba a caerse.

―La furgoneta que chocó contra ellos estaba en plena huida de la policía, al parecer habían tenido un intercambio de disparos con la policía resultando heridos varios civiles y policías, entre ellos Francesco Mancini...

¡Oh dios mío Sonia! No sólo Dan estaba herido sino también su hermano, a la pelirroja le daría un patatus cuando se enterase.

―El caso es que la policía llegó antes que las ambulancias así que Nora le indicó a los agentes quién era su padre, por eso fuimos los primeros en enterarnos. Pero una vez que llegamos no conseguimos averiguar nada, pedimos que llamaran a la madre de Jose que trabaja aquí pero está en el quirófano y por desgracia los demás médicos están colapsados con tanto herido.―explicó Ricardo sin apartar la mirada de ambos, ella asintió intentando tranquilizarse.

Si Nora había hablado con la policía y les había contado quién era su padre quería decir que no estaba tan grave, ¿no? Pero ese pensamiento no la hizo feliz, conocía a su hermana, aunque estuviese gravemente herida miraría antes por el bien común que por el suyo y eso ahora mismo la horrorizaba. Nora tenía que aprender a ser egoísta, maldita sea.

Cállate y Bésame (TQST Libro #2)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora