• Preguntas •

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Alexandra permaneció encerrada en aquel maletero durante horas. Estaba en posición fetal, con las muñecas y los tobillos atados, y una nueva tira de cinta aislante que aquel pálido hombre le había colocado en la boca antes de cerrar la puerta.
Podía escuchar el motor del coche y unos extraños cánticos que venían de delante. Aquel chico tenía puesta la emisora de música religiosa en la radio.
Alexandra aprovechó aquel momento para pensar en todo lo que había ocurrido en apenas una hora.
Su madre ya no estaba con ella, y no iba a volver a estar nunca más. Su nuevo padrastro tampoco, aunque eso le importó menos. Unas frías lágrimas recorrieron el rostro de la joven. Estaba completamente sola en el mundo.
Luego, su mente se centró en el alto espectro que había destrozado su vida. Su cara era dulce y delicada, como la de una estatua de mármol, sus ojos eran rojos y blancos, algo que nunca antes había visto. El hombre, de unos treinta años, vestía un hábito oscuro, ropa típico de monjes y de personas religiosas. A simple vista también se podía apreciar que era un hombre fuerte y fanático de la religión cristiana.
¿Por qué iba alguien así a cometer tal atrocidad como es el arrebatar la vida a alguien inocente? ¿Qué razones tenía?
Cuando estaba en la sala de estar, ya atada a una silla, pudo oír cómo el chico hablaba con un hombre, al que llamaba maestro y al que presentaba todos el respeto del mundo. Pero, ¿quien era ese "maestro"? ¿Fue este el que mandó a aquel asesino a hacer el trabajo sucio?
Eran preguntas cuyas respuestas se veían tan lejanas como el horizonte, pero era lo único en lo que podía pensar Alexandra en aquel momento.
La cinta le iba tapando poco a poco la nariz durante el trayecto, haciéndole cada más difícil el poder respirar.
Cuando ya sentía que se iba a desmayar, la puerta se abrió y apareció aquel asesino de rostro angelical y cabellos blancos.
Este se dio cuenta de lo que le ocurría, así que le quitó la cinta de un tirón.
Lo último que sintió Alex fue que le dolían los labios. Después, todo se convirtió en silencio y oscuridad.

Ghost.Where stories live. Discover now