Capítulo 40.

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Ya era un nuevo día. Un paño húmedo con agua tibia recorría lentamente la frente del joven de cabello azabache que se encontraba dormitando y recostado en la cama. De repente, la presión ejercida sobre su piel aumentó e inevitablemente eso llamó su atención, así que entreabrió sus ojos con pesar. Había desayunado algo liviano, pero igual sentía su estómago lleno, los puntos de su herida tironeaban un poco. Pestañó varias veces y observó a aquel joven de cabello rubio concentrado, percibió un cosquilleo empezando a invadir su pecho en cuanto él comenzó a hacer mimos en su mejilla izquierda. Un nudo se presentó en su garganta y se hacía más grande ante el tacto ajeno, era igual que una caricia en el alma, pero dolía más que una herida física. Quería decirle, gritarle lo mucho que eso lo destrozaba, pero no podía hacerlo, porque, a pesar del sofocante sufrimiento, también era lo que más deseaba en el mundo.

—Kook... —susurró—. ¿Cómo te sientes?

—Bien —sonrió—. Tú te ves mal. ¿No has dormido acaso?

—Muy poco —se apenó—, pero eso no interesa.

—Claro que interesa, Taehyung —soltó como si lo estuviera regañando—. Vete a dormir.

Ambos se rieron al instante, sintiendo el ambiente relajado. Se regalaron unas sonrisas preciosas, observándose sin decir nada. Sin embargo, Taehyung cambió su expresión de un momento a otro y se puso serio, frunció el ceño demostrando tristeza, cosa que llamó la atención de Jungkook, quien se llenó de preguntas mientras veía al otro secar su frente y arreglar algunas cosas para hacerse el distraído. Estuvo a punto de hablar, de no ser porque las palabras ajenas se escucharon primero.

—¿Sabes...? Chim me lo contó todo —le observó con atención.

—Con "todo" te refieres a... —se detuvo, comprendiendo la mirada ajena—. ¿Por qué no me delataste aún?

—Odio que actúes así... —lo miró con dolor.

—¿Qué?

—Que detesto, con todo el corazón, que hagas de cuenta que nada te está pasando, que nada te afecta. ¿Tanto temes que los demás noten tus sentimientos? —habló de corrido, sin darse un respiro.

—No tienes pensado delatarme... —concluyó y se quedó en silencio.

—No te entiendo... —tomó su mano—. ¿Tenías que esperar a casi morir para decir...?

En ese instante, el joven de cabello azabache recordó las últimas palabras que habían salido de su boca antes de perder la consciencia por completo aquel día. No creyó que en verdad lo había dicho, pensó que se trataba de un sueño; al parecer no era así. Se negó a ceder ante sus sentimientos y alejó su mano de Taehyung, quien frunció el ceño y lo observó lleno de dolor, herido por sus acciones. Jungkook evitó cruzar miradas con él, conteniendo el nudo en su garganta, no deseaba verse débil, no más..., sentía que, si dejaba ver su lado más vulnerable, acabaría destruido.

—Jungkook, yo...

La puerta se abrió lentamente y calló sus palabras, llamando la atención de ambos.

El joven de cabello rosa pastel se asomó por allí y Taehyung sonrió ante la tierna mirada que él le daba a Jungkook; se dispuso a ponerse de pie para ir hacia el armario de la esquina, tomar un poco de ropa y se fue al baño para darse una ducha.

Jimin avanzó hacia la cama en donde estaba Jungkook y se sentó en el borde, sin quitarle la mirada de encima. El otro sonrió, sintiendo que ya no podría aguantar más las lágrimas si Jimin seguía viéndolo de esa forma... Se sintió tan querido de repente. Todo ese tiempo luchando solo, tal vez una batalla que jamás podría ganar, y de pronto había un hombro en donde podía apoyarse, una persona en quien confiar, alguien para abrazar, con quien llorar, con quien podría superar todos los obstáculos. Jimin estaba ahí para él, para que la calma por fin llegara a su vida.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora