𝗧𝗛𝗘 𝗟𝗔𝗦𝗧 𝗦𝗨𝗠𝗠𝗘𝗥┃RIVERDALE.

O5; ❛ PERFECT MELODY. ❜

CAPÍTULO CINCO;
❛ MELODÍA PERFECTA. ❜

━━━━━━━━━━━━━━━

Jughead sonrió en cuánto su mirada cansada dividizó a su grupo de amigos más cercanos subiendo hasta su posición por las escaleras que daban al palco en el que se ocultarían del padre del pelirrojo. El cuál le había prohibido asistir a la jordana festiva. Estaba colmado por una cantidad considerable de personas, en su mayoría, empresarios y comerciantes que sólo buscaban sacarle el jugo al pequeño e insignificante pueblo cómo lo era Riverdale.

La dupla se aproximó hasta su amistad de característico gorro de lana gris, posicionándose de rodillas ante el espacio de reducido. Madison dejó sus brazos cruzados sobre el muro frente a ellos, dejando su mentón en el mismo mientras sus ojos verdes contemplaban el recinto. Hasta que su vista colmó con una imagen más interesante que el escenario, dónde las Pussy Cats se preparaban. Ahora viajando hasta un costado de la sala. Cambiando su entusiasmo por curiosidad, encontró a su madre junto su padre en una conversación con el matrimonio Blossom. La misma, pronto se tornó tensa, incluso agresiva en el instante en el que la palma de Penelope impactó el pómulo de la mujer de cabellos rubios, causando un estruendo que hizo eco entre las paredes de la habitación. Los chillidos de llanto que la mayor pelirroja soltaba, al ser retenida por su marido en buscar acabar con lo que inició, llamó la atención del público. Pronto, todos los ojos estuvieron en el círculo problemático, conforme el murmullo se mezclaba con los sollozos.

Evitando que un desastre acabase con la velada de su madre, Josie cogió el micrófono mientras las luces de colores se encendían sobre la banda; ⏤¡Hola, Riverdale! Somos Josie y las Pussy Cats, así que vamos a rockear.⏤

⏤¿Valió la pena haber huido de tu castigo para escuchar a una banda local?⏤ Jughead interrogó, alzando una ceja hacía el pelirrojo en modo curioso.

⏤La compusimos, juntos.⏤
A pesar de que la respuesta había sido para el moreno, la vista castaña del adolescente viajó hasta la muchacha rubia a su lado. La misma que había sido su compañera de noches enteras sin descansar para componer una melodía, gastando las cuerdas de la guitarra entre notas, al igual que sus voces, pero todo había valido la pena. La felicidad momentánea que llenaba el alma de Madison, antes de regresar a jugar a la familia unida, valía la pena.

Antes de que la rubia pudiera contestar, el aposento se repleto de la melodiosa voz de la cabecilla de las Pussy Cats, haciendo que los tres se mantengan en silencio.
Madison se mantuvo con la vista en el escenario, perdida en la letra compuesta con su ayuda, y ella no era la única en tal estado, Archie la secundaba. Sin embargo, él no parecía interesado en la canción, lo que era confuso pues había huido de su penitencia por la misma.