Capítulo 41.

92.6K 10K 15.8K
                                    

Ocho días después de la partida de Suga

El joven de cabello rosa pastel caminaba con bastante velocidad por el pasillo principal del ala oeste, observando cómo muchas personas abandonaban el lugar para no regresar jamás. R.M. había declarado un estado de emergencia en todo ese barrio de Daegu luego de recibir noticias sobre posibles intentos de ataque de parte de la organización J.M.P. Era una medida algo extrema, pero mejor prevenir antes de tener que cargar con las consecuencias. Aquel jovencito se notaba un poco enojado, de mal humor. Sus días no estaban siendo de los mejores ahora que su hyung no se encontraba a su lado, incluso había noches que se las pasaba sin dormir. Él no podía entender la magnitud con la que se había apegado a Suga en poco tiempo, al punto de no poder estar sin él, siquiera conseguía hacer las cosas bien. Se detuvo a pocos pasos de las escaleras, asomándose por el pasamanos de mármol para ver el vestíbulo y se subió al mismo. Se sentó allí sin miedo a caerse y balanceaba sus pies en el aire a tres metros del piso de abajo. Mantenía el teléfono móvil que su hyung le había dado entre sus manos, esperando paciente por su llamado. Ya había caído la noche y aún no había señales, necesitaba saber de él, pues el día anterior tampoco había recibido noticias suyas. Jimin estaba preocupado y el asunto de posibles ataques a Dragón Dorado solo le hacía ponerse peor.

—¡Oye, te vas a caer! —Gritó uno desde el vestíbulo, observando al jovencito.

—¡Piérdete!

—¡No te recomiendo hablarle mucho! —Otra voz se hizo presente.

Jimin volteó un poco su cabeza para observar a Jungkook, quien había gritado eso desde su lado, sorprendido por lo sano que se veía. Él rodeó su cintura para apresarlo entre sus brazos y apoyar su mentón sobre uno de sus hombros. Ambos estaban mirando hacia el piso de abajo, en donde iban y venían personas con bolsos, vaciando cada vez más el lugar. Jungkook escuchó a Jimin suspirar lleno de pesar y soltó una risita por la manera en la que había cambiado su humor desde que Suga se había ido. Sin embargo, una preocupación llenó su pecho cuando de repente pensó en cómo terminaría Jimin si llegaba a enterarse de toda la verdad. Si ahora se ponía así de mal por la simple ausencia de Suga por unos días, no quería ni imaginar cómo se pondría por semejante noticia. Tragó en seco, afianzando el abrazo que tenía en las caderas de Jimin y observando cómo este no tenía miedo de estar sentado en el pasamanos.

—Tranquilo, pronto va a llamar, deja de estar tan tenso... —susurró.

—Cállate, no estoy tenso —hizo un puchero—. ¿Ya te sientes mejor?

—Sabes que sí, creo que ya no necesito descansar —dijo, sonriendo mientras seguía con su mentón apoyado sobre el hombro ajeno.

—Ni te atrevas a dejar de hacer reposo. El que ahora puedas ir de aquí para allá sin problema no quiere decir que estés completamente bien, ¿bien? —Bufó.

—Pareces una madre.

—Un hermano suena mejor —sonrió, sintiendo la risita ajena sobre su oreja.

De repente, el ambiente alegre se vio interrumpido por la aparición Taehyung en el vestíbulo, quien parecía estar dando indicaciones de hacia dónde llevar algunas cosas, sin notar la presencia de los otros dos en las escaleras. Taehyung masajeó un poco el puente de su nariz, intentando recomponer su fuerza y suspirando para luego disponerse a ir hacia el piso de arriba. Sin embargo, se detuvo en la mitad de las escaleras al encontrarse con la mirada de aquellos ojos color café oscuro. Vaciló, abriendo y cerrando su boca como si intentara decir algo, haciendo una mueca de angustia increíble y terminando por ignorar la presencia de ambos, pasando por su lado sin dirigirles la mirada..., otra vez.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora