Capítulo 10.

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Capítulo 10.

Mi hermano me está esperando en la puerta de la urbanización para entrar. El golf de Marcos se aleja despacito al tiempo que Dani reduce la velocidad para parar y dejarme allí.

Lo miro y le sonrío, abriendo la puerta. Aunque no hayamos vuelto a cruzar palabra porque no parece dispuesto a hablar mucho, que me haya dicho que sí que me echaba de menos me ha hecho ilusión.

—Adiós, Dani— Canturreo.

Y en el último segundo le doy un beso rápido en la mejilla, pillándole desprevenido y saliendo del coche en seguida.

—Lo has dejado gilipollas para todo el día— Ríe mi hermano en cuanto me acerco a él y me doy cuenta de que ha visto perfectamente la escena desde donde está.

—Si ha sido en la mejilla... — Respondo haciéndome la tonta.

—Sabes bien a que me refiero, retrasada. —Bromea David.

Saco las llaves de mi bolso, pues tenía guardadas también las de David, y sonrío para mí misma.

—No lo vas a tener fácil— Me advierte David.

Aunque yo ya lo sabía, escucharlo de boca de mi hermano me duele un poco.

—Han sido dos años, Ele. No va a volver corriendo a quererte como siempre. Lo de antes era incondicional.

—Él no es perfecto —Susurro— Te recuerdo que él...

David me hace callar con un gesto, sabiendo por donde va el tema.

—Vámonos a dormir, anda.

—Ya sé que va a ser difícil— Le digo, tanto para mí misma como para él— Pero sabes de sobra que es posible y que lo voy a intentar. Lo voy a intentar con todas mis fuerzas. Porque estos dos años no he dejado de pensar en él.

Mi hermano asiente, pensativo.

—Sois iguales. Y lo sabes.

—Es algo que siempre tengo presente— Río, recordando— Tranquilo.

*Flashback 2015*

— ¡Ah, entonces estás celoso de esa mierda! —Grito.

—¿Y tú? —Me pregunta alzando también el tono de voz— Me negarás que no te has cabreado antes solo porque Elisabeth me ha preguntado por los exámenes del año pasado de física y todo el mundo sabe que los tengo yo.

—¡Como si te lo hubiese preguntado por que de verdad le interesa! —Chillo ya como loca.

Es que no sé si no se entera de nada o si lo hace por joderme.

—¡Si ni siquiera va a física! ¿Le ves pinta a la retrasada de estudiar algo para empezar? ¡Que habrá llegado al último curso del instituto haciendo favores, porque otra cosa!

Dani pone los ojos en blanco.

—¿Y Javi qué?

—¿Qué le pasa a Javi?

—¿Tú estás ciega o lo haces por joderme? ¿No te das cuenta? —Me suelta.

Abro mucho los ojos al darme cuenta de que me ha leído el pensamiento.

—¿Qué...? —Consigo farfullar a duras penas.

Siempre me pasa algo así cuando discuto con él. Parece que él tiene los pensamientos sobre mí que yo sobre él y viceversa.

No fue justo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora