036.

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Las siguientes horas fueron un verdadero caos para Jungkook porque a pesar de que deseaba consolar a Jimin no tenía ni idea de cómo hacerlo. Tan solo se limitó a abrazarlo mientras  le susurraba al oído la promesa de que no lo dejaría en ningún momento y que podía contar con que estaría a su lado sin importar nada. A pesar de que el chico le sonreía agradecido por sus palabras en el fondo sabía que no era suficiente, se ponía en el lugar de Jimin y notaba que por más que intentase que no le afectará lo que sucedía, era casi imposible sacarlo del trance en el que ahora se encontraba.

Su padre. ¿Ese hombre era su padre?

Habían hablado una vez de ello y nada bueno. A Jimin le afectaba demasiado tocar el tema así como le pasaba a el mismo cuando se mencionaban los recuerdos de su madre, por lo que era de esperarse que el chico ahora estuviese casi catatonico rogando que llamase a a la señora Park para contarle lo que había sucedido. Jungkook asintió pero antes dejó a Jimin recostado sobre el sofá cubierto con una manta y a punto de dormirse gracias al cansancio, luego con cuidado se dirige a la habitación donde estuvo hablando con la madre del peli-rosa al menos media hora tratando de explicar lo poco y nada que entendía de la situación. Fue ese el momento exacto en que Jungkook se sintió bastante inservible para estar con Jimin.

Después de la llamada Jungkook se frotó la cara con fuerza y bajo las escaleras para ir hasta el sofá donde se encontró a un Jimin despierto mirando directamente a un punto hacia la nada. Jamás le había visto de esa forma, tan retraída y sin emoción. Normalmente el peli-rosa era el tipo de persona que sonreía sin importar la situación y era quizá por eso que Jungkook lograba encontrar algo de consuelo en su aura cada vez que las cosas le sobrepasaban, pero ahora estaba jodidamente asustado porque aquello había desaparecido.

— Estuve casi diez años sin el —susurró Jimin perdido y Jungkook se acercó de inmediato hacia el—. Diez años preguntándome que hubiese pasado si tan solo fuese un chico normal, sin mis manías femeninas.... ¿Estaría orgulloso de mi? ¿Me hubiese enseñado a jugar beisbol? ¿Me habría dicho que soy lo mejor de su vida? —Un sollozo escapa de su garganta y Jungkook toma su mano entrelazando los dedos de ambos con fuerza, comportándose algo así como un soporte para su chico— Yo había dejado eso atrás porque tengo a mamá a mi lado y ella nunca me juzgó... Él no tiene derecho a aparecer de nuevo, no tiene derecho a volver a mi vida con tan solo llamar a la puerta... ¡Yo no lo quiero aquí!

Y las lágrimas de Jimin vuelven a rodar por sus mejillas cuales cascadas mientras Jungkook solo es capaz de abrazarlo dejando claro que no se no movería de allí hasta que todo mejorase. Ver a Jimin en ese estado era la peor tortura que alguna vez le dieron, porque simplemente no podía hacer nada para quitarle aquel dolor que venía desde el interior del chico y que amenazaba en forma de susurros destruirlo por completo.

Al día siguiente Park Youngmin llegó a casa temprano por la mañana encontrándose a los dos chicos acurrucados en el sofá como si fueran dos animalitos indefensos que esperaban la llegada de algún protector. Dormían profundamente y no quiso despertarlos, solo se limitó a dejar un beso en la frente de su hijo y luego subió las escaleras a dejar su maleta en orden intentando aligerar dentro de su mente los pensamientos explosivos que le carcomían desde que recibió la llamada de Jungkook el día anterior.

No podía creerlo. Después de tantos años una vez más volvía a sentir miedo del padre de su hijo. Durante estos últimos años Jimin había sido su única preocupación por lo que casi no recordaba el asunto sobre el abandono de su ex marido. No tenía tiempo para preocuparse de esas cosas, se decía a sí misma. Su misión era cumplir con el deber de cuidar de su hijo así que no podía dejarse llevar por el dolor que le había causado la separación a pesar de que sí se casó enamorada y no era de piedra. Su propio bienestar pasaba a segundo plano cuando se hablaba de Jimin, pero jamás se arrepentiría de ello porque después de mucho tiempo su hijo volvió a ser feliz, cosa que por un momento pensó que jamás volvería a ver...

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora