CAPITULO 35 - El Reencuentro

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Se encontraban tan cerca el uno del otro, cada uno con rumbos distintos, con heridas y tristezas profundas en el alma pero cada una de ellas contaba una historia.

Unidos por ese hilo transparente del destino que mecía sus vidas a su merced, dos corazones atados por el Amor más puro y sincero y un vientre que albergaba el fruto de una inmensa pasión.

Samuel seguía caminando perdido con la mirada en todos lados, imaginando llegar y tumbarse en su habitación deseando no despertar nunca más y Andrea iba en busca de Paz, una paz que aseguraba le daría aquel nuevo lugar en donde junto a su bebé construiría un hogar.

Si no tomaba algo en el camino se dormiría, habían sido horas largas de vuelo y entre un vuelo y otro no pudo descanzar. Al fin se decidió y Caminó hacia un Starbucks para pedir un café para el viaje por carretera que faltaba.
Mientras esperaba por su llamado, recostó su cabeza sobre la mesa cerrando los ojos y perdiendo la noción del tiempo por unos instantes.

Andrea que esperaba por su vuelo estaba sentada en una de las mesas esperando su Té como acostumbraba, volar era una de esas cosas que le alegraba la vida pero definitivamente muy en el fondo se su corazón le asustaba estar tan alto y no tener el control.

Tener el control de cada situación le caracterizaba, por eso odiaba la posición en la que se encontraba; cuando tomaba las riendas del rancho cada trabajador dependía de sus decisiones y acataban sus ordenes.

Pero se encontraba con una situación diferente en dónde una mala decisión le costaría el bienestar y la vida de su bebé.

Andrea
-Dijo en voz alta la chica del café-

Ella se levantó rápidamente por su pedido.

Samuel
-Gritó a su vez otra joven-

Pero Samuel se había quedado dormido sobre la mesa.

SAMUEL
-Dijo por segunda vez-

Se ha quedado dormido -Dijo una-
Debe estar muy cansado, acaso viste sus ojos, es guapísimo -Comentó la otra-
No se poqué Diosito no me manda un hombre así -Sonrieron las dos-

Andrea se encontraba frente a las chicas y ambas habían olvidado su presencia, mientras ella las miraba divertida.

Señorita me puede hacer un pequeño favor.       -Dijo al fin una de las chicas a Andrea-

ANDREA: Si está a mi alcance, claro que sí, no tengo problemas. Mi vuelo aún demora un poco.

CHICA: El chico guapísimo que tiene su cabeza sobre la mesa pidió este café pero se ha quedado dormido, Se lo podría entregar?

Pobre, ha de haber tenido un vuelo agotador.

ANDREA: Claro, enseguida se lo llevo. A lo mejor lleva horas de viaje.

Gracias -Manisfestó la chica con una sonrisa de agradecimiento en el rostro-.

Andrea siguiendo el pedido de la joven se dirigió hacia la mesa donde Samuel se encontraba con un café en la mano y en la otra su té. El sueño de aquel desconocido era envidiable, suspiraba tan profundo.

Tomó una silla, la corrió para tomar  asiento y puso sobre la mesa el pedido mientras cuidaba sin saber e inconsiente el sueño del padre del fruto de su vientre.
Se quedó admirandolo por unos segundos, embobada.
Estaba allí frente a él mientras una sensación desconocida recorría por sus venas, estiró su brazo y tocó con suavidad la mano de Samuel mientras que al instante aquel roce, ese de piel con piel le provocó una corriente fugaz por todo su cuerpo.

Dos Caminos, Un solo Destino.Where stories live. Discover now