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Zayn's POV

-Oh, claro, claro... Todos te reconocen a ti, pero nadie puede fijarse en este pobre y miserable irlandés. ¡Increíble! -exclama Niall, fingiendo estar herido, imaginando probablemente que Ash era alguna de nuestras fans o algo así.

Por supuesto que la rubia no hace más que fruncir el ceño al no comprender el comentario.

-Disculpa, ¿Qué dices? -le pregunta ella.

-Eh... No, no, olvídalo, Ashley -digo rápidamente, poniéndome de pie, para acercarme a saludarla de un beso en la mejilla-. ¿Cómo estás?, ¡No tenía idea de que trabajabas aquí!

Estoy siendo sincero. Las casualidades de la vida me parecen más fascinantes que nunca.

-La verdad es que no tuvimos mucho tiempo para conocernos la otra tarde -me sonríe, de modo que ahora el confundido es Horan, quien obviamente no tiene idea de lo que sucede por lo que prefiere abstenerse de la conversación.

-Y francamente no imaginé que tendría la oportunidad de volver a hablar contigo -confieso. De hecho, ya me había acostumbrado a la idea de que no volvería a ver a la preciosa londinense por más que quisiera-. Por cierto, este es Niall Horan, un amigo. Niall, ella es Ashley -digo, presentándolos.

-Un gusto, Niall -le dice, estrechando su mano cordialmente, a pesar del estúpido comportamiento de mi compañero.

-Lo mismo digo, Ashley... Eh, y por favor, espero que ignores el primer comentario que hice -le dice, soltando una risa nerviosa.

-No te preocupes, olvidado -le dice ella, guiñándole el ojo-. Entonces... Eh... ¿Qué tal si les doy un poco de más tiempo para que decidan lo que van a pedir y me avisan cuando estén listos?

-De acuerdo -respondemos a coro, para luego observar a la rubia alejándose de nosotros, hasta que estuvo lo suficientemente lejos como para permitirme explicar a Nialler la situación.

-¿Y eso? -preguntó, con el ceño fruncido.

-Eh... ¿Recuerdas cuando llegué tarde al departamento de Liam y les expliqué que había chocado con una chica y la acompañé a su casa? -pregunto intentando refrescarle la memoria. Aquella tarde de semanas atrás les había contado una breve síntesis de mi historia, y por supuesto mis amados compañeros no hicieron más que molestarme sin creerse mis palabras.

-Ehm... Si te soy sincero, últimamente no soy capaz de recordar la cantidad de chicas con las que estás, tigre -bromea.

-No estuve con ella, idiota -le corregí-. Acuérdate cómo me estuvieron molestando por llegar tarde y porque mi excusa era "jodidamente patética" -agrego, imitando las comillas con mis dedos.

-¡Ah, sí, tienes razón! -exclama, llamando la atención de un par de miradas curiosas de los presentes en la cafetería. Le dedico una mirada de reproche como pidiéndole que baje la voz-. La chica de las bolsas, ¿No?

Joder, me he visto obligado a patearlo por debajo de la mesa para que deje de gritar.

-Lo siento -se disculpa y ruedo los ojos al descubrir que me encuentro con la persona menos disimulada de este planeta.

-Como sea, ella es -finalizo.

-Ah... Pues... Es bastante bonita, podrías invitarla a salir -me sugiere el irlandés-. Porque de seguro que si dejas un bombón así caminando por Londres, tarde o temprano terminará ganándotelo alguien como Harry -agrega, planteando la idea en mi cabeza.

Tiene razón. Ashley es hermosa y hasta donde sé una chica bastante simpática. Oh, y no solo eso, por si fuera poco, no sabe quién soy.

-¿Aquí?, ¿Ahora? -pregunto, nervioso, pasándome una de mis manos por el cuello. Él asiente- ¿Ahora? -insisto, recibiendo una mirada de reproche.