Lo más importante

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—Buen día, Jacqueline —Brittany me saludó con una enorme sonrisa acompañada de una dulce vocecita, cuando pasamos el umbral de su casa—. Es un gusto tenerte aquí hoy.

Oh, Dios. Se había tomado muy en serio eso de llevarse bien conmigo. O, mejor dicho, fingir hacerlo. Porque si esta chica hubiera sido actriz, se estaría muriendo de hambre. Su actuación era pésima.

—Gracias —le contesté, sin mucho entusiasmo. No estaba dispuesta a entrar en su tonto juego.

Ella miró a Ethan como buscando su aprobación. Él la rodeó con sus brazos.

—Por eso te amo tanto, primita —le dijo.

Rodé los ojos, disimuladamente.

Ella nos hizo pasar por el costado de la enorme edificación, a través de un camino de baldosas estilo barroco y arbustos cortados con formas decorativas. Llegamos al patio posterior, el cual me recordó a alguna película sobre la realeza. Estaba compuesto por diferentes niveles, unidos por anchas escaleras. Todo se veía tan increíblemente perfecto que me costó creer que una persona tan fría como Norman pudiera vivir allí.

Descendimos hasta donde estaba el resto de los presentes. Algunos se habían ubicado en una mesa larga, otros hablaban de pie. No eran muchos. Como diez personas nada más. Pero Ethan dijo un "hola" general, así que hice lo mismo. Norman se acercó a nosotros en ese momento.

—Buen día, sobrino —saludó a Ethan—. Jacqueline —me dijo, mostrando una especie de saludo, agachando levemente la cabeza.

Le sonreí, con la menor de las ganas.

—Entonces, ¿dónde está mi padre? —Le preguntó Ethan—. Jason me dijo que va a venir. ¿Alguna idea de a qué se debe?

Norman hizo una mueca de indiferencia.

—Como lo invitaste el domingo pasado, tal vez piensa que es bienvenido —se burló con maldad.

Ethan pensó un segundo.

—Debe haber algo más —expresó, pero fue interrumpido por Norman.

—Oh, vaya. Parece que hoy estamos libres de plagas —dijo, mirando sobre nuestros hombros. Ethan y yo volteamos, para encontrarnos con David acercándose. No vi a Evelyn por ningún lado. Estaba sólo.

—¿Habrán terminado? —preguntó Ethan, mostrando una sonrisa tímida, la primera desde que habláramos antes de salir de su casa.

—Tal vez tenemos suerte y pasó a mejor vida —agregó su tío, con sorna.

Lo miré mal. No podía creer que dijera algo tan desagradable. Ethan no reaccionó ante estas palabras, ni para bien ni para mal. Sólo se acercó a su padre y, sorpresivamente, lo abrazó con cariño.

—¿Vienes solo?

David le devolvió el abrazo.

—Sí —fue todo lo que contestó. Había algo oculto en su mirada.

A continuación saludó a su hermano, quien le devolvió un saludo no muy agradable, para no perder la costumbre.

Luego pasó a saludarme a mí, mientras Ethan y su tío se encaminaban hacia el resto de la gente.

—Me alegra mucho verte aquí, Jacqueline —me dijo con afecto—. Hoy es un día en el que necesito todo el apoyo que pueda tener.

Le sonreí, aunque sus palabras me hicieron cuestionarme si en verdad habían terminado. Pero no me animé a preguntárselo. Le hubiera escrito a ella, pero pensé que sería mejor esperar hasta saberlo con certeza.

Casa NO en venta (completa✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora