❅ | 34 | ❅

58K 5.2K 1.2K
                                    

Giselle.


Cuando llego a mi habitación, me tiro boca abajo sobre la cama y hundo mi cabeza entre las almohadas.

Un grito frustrado se me escapa de los labios, pero no me preocupo demasiado, sé que nadie puede escucharme. El sonido es amortigua gracias a las almohadas, y grito lo más que puedo, tratando de drenar toda esta frustración.

Cuando ya me siento un poco mejor – solo un poco – saco mi cabeza de mi escondite y bufo.

Maldita locura en la que se ha convertido mi vida.

Cuando vine a Hemsworth ni imaginaba lo que me esperaba; ni en un millón de años pensé que iba a pasar por algo así.

Siempre, desde pequeña, soñaba con vivir una historia de amor tan fantástica y llena de magia como la que leía en los libros, pero vaya que la realidad ha superado la ficción.

Esto es peligroso, lo sé, pero debo enfrentarlo, porque este es el precioso que tengo pagar por estar con Chase.

« Ay, mi Chase »

Hay tantas cosas que desconozco entorno a todo lo que está pasando. Pero de alguna forma me aterra saber la verdad, me asusta saber por qué Seam quiere dañarlo; saber qué cosa fue lo que le hizo Chase al hechicero para causar todo este caos.

Mientras más pienso, más preguntas aparecen en mi cabeza, y un dolor se dispara en mi sienes. La presión que siento a ambos lados de mi cabeza es intenso, y me las masajeo un poco mientras cierro los ojos y doy varias inspiraciones profundas.

No sé cuanto tiempo pasa hasta que me coloco de pie y agarro la mochila que he tirado sobre el suelo para dejarla con descuido en la silla de mi pequeño escritorio.

Cuando salgo de mi habitación y voy por el pasillo, me detengo frente a la habitación de Hannah.

La puerta está abierta, y eso me permite ver el interior.

Mi hermanastra está ahí, dándome la espalda. Va descalza y viste una pijama rosa de adorables perritos. Su cabello está atado en un moño alto y descuidado, mientras mueve sus caderas al ritmo de «Buscando amor» de Selena Gomez.

Cuando se da la vuelta, no puedo evitar soltar una pequeña risa cuando veo que en su cara tiene una mascarilla verde. Se ve extraña con esa cosa.


— Hola, Selly. ¿Tienes mucho tiempo que llegaste? — Pregunta, yendo a su reproductor para bajarle volumen a la música.

Niego con la cabeza y, cuando me hace una seña, me adentro a la habitación.

— No. Acabo de llegar. Te ves muy graciosa con esa cosa verde en la cara — me rio.

Hannah sonríe.

— ¿Quieres que te aplique un poco de mascarilla? Es para lo puntos negros.

— Está bien.

— Genial. Mientras, sigamos escuchando a la diosa Selena — me guiña un ojo y luego se da la vuelta para ir de vuelta a su reproductor.

El resto de lo que queda del día la paso metida en su habitación. Nos pintamos las uñas mientras hablamos sobre Gael y lo emocionado que está por el partido de Hockey de mañana. También cantamos y bailamos al ritmo de Harry Styles y Ariana Grande.

Dulce Debilidad © Libro 1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora