Prólogo

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Hola, soy Nash. Soy rubio de ojos heterocromáticos, uno es chocolate mientras que el otro es como pistacho. Tengo dieciséis años. Mi madre desapareció hace un tiempo, nunca conocí a mi padre.

¿Podría ser que estoy solo?

El mapa me ha traído aquí.

A Magnolia, a las puertas de un lugar llamado Fairy Tail.

¿Serán ellos mi salvación?

—Hola jovencito, ¿sucede algo?

Una voz gruesa me saca de mis pensamientos. Me doy media vuelta para ver al hombre. Es alto, de cabello azabache y tez blanca.

Su aura es fría...

—Sí, estoy buscando a alguien.

Él me estudia con la mirada. ¿Quizás haya reconocido mi parecido con ella?

—Dime su nombre, quizás pueda ayudarte.

—Es Levy, Levy McGarden.

El hombre sonríe. Su sonrisa es cálida, haciendo contraste con su aura.

—Venga, vamos a entrar, ella ya habrá llegado.

Me agarra la muñeca y abre la puerta de una patada provocando un estruendoso ruido. A pesar de aquella acción, son pocos los que se percatan de nuestra llegada. Cuando me doy cuenta el azabache ya no está a mi lado, analizo el lugar con la mirada y lo encuentro sentado junto a una mujer peliazul, sosteniendo un bebé entre sus brazos, desnudo.

Qué hombre tan extraño.

Tras unos minutos sigo de pie en medio del lugar. Veo a lo lejos que una mujer albina me hace señas para que me acerque. Me siento en la barra del bar, como me indica, y ella me ofrece una bebida. Así, como si me conociera de toda la vida. Su aura es cálida, al igual que su imagen, sin embargo hay algo en ella... Que me hace sentir como si fuera un demonio, ¿que podrá ser?

—Disculpe, ¿me podría decir quién es Levy McGarden?

La mujer sonríe y llama con señas –como lo hizo conmigo– a una mujer peliazul que guía entre la gente a un joven azabache. El chico es más o menos de mi edad y parece desorientado.

—¿Qué sucede, Mira-chan?

La tal Mira sonríe y acaricia el cabello del chico. Entonces me doy cuenta, él es ciego.

—Este jovencito está buscándote. ¿Lo conoces? Se parece mucho a...

Deja la frase en el aire y pone una mueca de tristeza. ¿Estarán hablando de mi madre? Me pongo de pie llamando su atención. El aura de la mujer es colorido, ella está llena de sabiduría. El chico es algo más frío, como el hierro. McGarden me mira levemente sorprendida.

—Vaya, ¿nos conocemos? ¿En qué puedo ayudarte?

Veo que el chico está concentrado en mi, se acerca un poco para oírme mejor.

—Sí, bueno, usted no me conoce pero yo sé quién es. Era amiga de mi madre, ¿verdad?

Entonces las dos adultas me miran sorprendidas. Supongo que ya se habrán dado cuenta, si me parezco tanto a ella y mi madre es su amiga...

—Eh... —tartamudea un poco mientras elige cómo responder— ¿Podemos sentarnos? Creo que deberíamos hablar. Puedes tutearme.

Asiento mientras vuelvo a mi sitio. El chico se queda de pie. Mira y Levy me invitan a presentarme.

—Bien... —bajo un poco la voz, pues mi tío siempre me prohibió decir mi nombre en voz alta— Soy Nash, Nash Heartfilia y estoy buscando a mi madre Lucy.

Sus auras cambian. El de la albina es más frío, el de la peliazul más triste.

—No puede ser...

Algunas lágrimas empiezan a asomarse por los ojos de Levy y el chico se altera.

—Mamá, ¿qué te pasa?

Tiene buen oído, su madre solo tenía la voz levemente cortada... Y él ya sabía que estaba llorando. La mujer acaricia su cabeza y niega.

—Tranquilo, estoy bien.

Un aura fría como la del chico se acerca. Aparece junto a Levy y le acaricia la mejilla.

—¿Qué te pasa?

Probablemente sea su marido.

—Gajeel... Es Lu-chan.

De nuevo vuelvo a comprobar que el nombre de mi madre es capaz de alterarlos. El hombre se asombra y se percata de mi presencia.

—Tú... ¿La coneja?

—¿Eh? —pestañeo confuso— ¿C...Coneja?

Su esposa ríe aliviando al menor y se dirige a mí de nuevo.

—Nacchan, ¿dónde está tu madre...? ¿Ella está bien?

Suspiro. Supuse que no sabría dónde estaba.

—No sé dónde está, es por eso que vine, necesito vuestra ayuda para encontrarla. En cuanto a si está bien... Supongo que sí, aún puedo sentir su... Aura.

—¿Buscarla? ¿Cómo es que no sabes dónde está la coneja?

Mira y el tal Gajeel también están metidos en la conversación, muy preocupados por mi madre. Me alivia saber que ella es tan importante.

—Bueno, estábamos bien viviendo en un pueblecito en los límites del reino cuando... Magos nos atacaron, creo que eran un gremio oscuro, realmente no sé mucho sobre ese tema. Arrasaron la ciudad y se la llevaron. Yo conseguí escapar, no estaban interesados en mí, aunque sí en otras personas a parte de ella. Sé que está bien, siento su aura. Además...

Busco en mi bolsillo hasta encontrar una llave dorada.

—¡Una llave celestial! ¡Es aries!

—Ella a veces consigue salir por su cuenta, yo no puedo invocarla. Dice que mamá está a salvo, aunque no puede encontrar su paradero.

Las dos mujeres se miran y asienten.

—Te ayudaremos, Nacchan. Antes que nada deberíamos de hablar con el maestro.

Asiento y me sigo a la albina esquivando el caos que, tal y como mi madre contaba, caracteriza este lugar.

Un gremio de magos.

De hadas.

Fairy Tail.

Bienvenidos nakamas! Esta es mi primera historia, la escribo junto a la gran amano_hikaru y espero que les guste. No sean muy críticos, si hay algún error será mio seguro.

Nota de Hikaru: ¡Hola chicos! Es mi primera historia en este fandom así que encantada 😊 Espero que os guste, realmente me anima mucho Lau-chan, no esperaba que escribiera tan bien!! No olvidéis votar y sobre todo comentar 😉

Hola, soy NashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora