3. Un poco avergonzado

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Capítulo 3

Taylor

La inauguración de la cafetería había sido todo un éxito y no podría estar más orgulloso. Mi padre había puesto todo su esfuerzo en ella, por no mencionar una gran cantidad de dinero, y todo parece ir viento en popa.

A pesar de que hubo casa llena, todos los clientes fueron muy amables y los trabajadores eficaces, porque no se presentó casi ningún percance. La mejor parte de ser hijo del dueño, es que puedes elegir tu área de trabajo, lo que hace este empleo uno ideal.

Esto era una gran oportunidad para muchos adolescentes, pagaban muy bien y los ayudaba en sus estudios con buenos horarios. Mi padre era un gran hombre tanto fuera como dentro de lo laboral, lo que había que admirar. Me atrevo a decir que cualquiera que conozca al señor Dunbar, se lleva un agradable recuerdo.

Hoy mi padre haría una dinámica para todo el equipo de Granos de Café; el propósito era simplemente tener un ambiente de trabajo más ameno, para que la convivencia que se veía con los trabajadores pudiese ser transmitida a los clientes, y estos se sintieran más a gusto en la cafetería.

A mí no me parece la mejor idea.

No me gusta socializar en absoluto, esa es la razón por la cual tengo sólo dos amigos y los conozco de toda la vida; somos de esa clase de prácticamente obligados, nuestros padres fueron amigos de toda la vida, y ellos pensaron que nosotros lo seriamos igual, lo cual no fue una idea errónea al final.

La gente no es muy de mi agrado, siempre termino hartándome de las personas por una tontería u otra. Rápidamente todos nos organizamos en la parte superior, donde está el auditorio. Es el lugar más privado y con mejor acústica del lugar, lo que supone un buen sitio para una pequeña reunión.

El señor Dunbar sube a la tarima y nos indica a todos que nos sentemos, por supuesto, todos lo hacen. Yo me siento con mi mejor amigo Michael, en una de las mesas más alejadas del escenario. Papá comienza a contar a todos y hace una mueca al percatarse de que falta gente.

En ese instante, una pelirroja llega corriendo desde la parte baja, pone sus manos en sus rodillas para recuperar un poco de aire por la carrera, impidiéndome ver su cara y no poder identificarla. Se disculpa un par de veces y mi padre prosigue con su discurso.

La chica busca un lugar para sentarse, pero todos están ocupados. Se resigna y va a sentarse en una mesa sola, pero mi amigo hace una seña para que se siente con nosotros.

Ella sonríe agradecida y camina sigilosamente hasta la mesa, agradeciéndonos con la mirada. Se sienta a mi lado y me dispongo a escuchar el discurso de mi padre.

‒Quiero darles las gracias por formar parte de este equipo y ayudar a cumplir mi sueño. Son muy importantes para mí, por lo que cualquier conflicto, problema o irregularidad háganmelo saber.

»Pero por lo que realmente los he reunido aquí, es para que todos se conozcan. Los mejores trabajos son aquellos en los que te llevas bien con tus compañeros. Queremos que Granos de Café sea un ambiente agradable, tanto para los clientes como para todos ustedes. Tengan una linda noche y disfruten de la comida.

Baja seguido de una serie de aplausos a buscar a Lily, su novia, para preparar los cafés de todos.

Michael se aclara la garganta para llamar la atención de la chica y la mía.

‒Bueno, oyeron al señor Dunbar, yo soy Michael, me puedes decir Michael, odio los apodos, tengo 19, estudio en la facultad de Medicina, y tengo la novia más hermosa del universo, por lo que este increíble atractivo sólo es propiedad de ella.

Mi amigo se presenta y la chica y yo comenzamos a reír. Tiene un gran sentido del humor este pequeño bicho. Michael hace una señal con sus manos indicando que es mi turno.

‒Taylor Dunbar, 17, estoy en último semestre de preparatoria. ‒Ante mi presentación no hay reacciones, solamente una hermosa sonrisa por parte de la chica.

Dios.

Suspiro mentalmente porque no se haya inmutado si quiera al percatarse que soy el hijo de su jefe, lo que me alegra bastante.

Su sonrisa. No la había visto directamente, pero me doy cuenta de que es encantadora. Sus ojos son preciosos, tienen un color café claro que aunque es común, en ella resalta más de la cuenta.

‒Me llamo Amelia Clare, pero pueden decirme Ames, tengo 17, también estoy en último semestre de preparatoria. ‒Mi amigo y yo asentimos. Platicamos de cosas sin sentido unos cuantos minutos antes de que Lily me llame para que los ayude a subir las cosas.

Amelia se ofrece a ayudarme pero me niego. Mis padres están abajo con un millón de comentarios que probablemente me avergonzarán y quiero conocer a esta chica antes de arruinar por completo mi imagen ante ella.

Y Lily de verdad que es buena avergonzado gente, especialmente a mí.

Ni siquiera conozco tu nombre (Coffee Shop #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora