Capítulo 7: La reina y la payasita

176K 18.5K 7.7K
                                    

Nota del autor:
Bueno, hasta el capítulo 6 había subido editados... y ya mucha gente los había leído. A partir de este serán SUPER NUEVOS y a partir de aquí se ven muchos nuevos detalles y más profundidad de los personajes. Espero que disfruten, gracias por leer.

***Lyra***

El peso de mi cabeza contra mi cuello me despierta lentamente. Estoy muy tensa... abro los ojos, intentando enfocar a mis alrededores. La jaqueca punzante consume mi mente, no me puedo concentrar. Me arden los ojos, me duele la nariz gracias al golpe de Gabriel... Me tortura el golpe que ha sufrido mi cabeza al pegar contra el suelo luego del impacto.

Estoy en una silla. Intento moverme, pero estoy incapacitada. Las toscas cuerdas me raspan la piel, y no tengo capacidad de reacción. En el sótano hay un solo bombillo viejo, suspendido por un cable. Se mueve lentamente con las brisas fantasmales del frío y decaído lugar en el que me encuentro.

Quinn se encuentra a mi derecha. Está dormida, amarrada igual que yo. El olor sigue en el lugar, y un malestar posee mi cuerpo constantemente.

—Quinn... —pronuncio. Mi garganta está terriblemente seca.

Ella todavía tiene la cinta adhesiva en su boca. Tiene rastros de vómito en su vestimenta, y saliva seca a los alrededores de su boca y cinta. Los moretones adornan fríamente su cuerpo. Sus manos, brazos, piernas... ha sido molida a golpes.

Despierto un poco más al pasar los segundos. Doblo mi cuello, investigando los alrededores. Hay una vitrina empolvada con extraños instrumentos metálicos en ella. También están las cajas que le habíamos ayudado a traer a mi vecino. No puedo ver a mis espaldas, ni tengo la valentía o energía para hacerlo en este momento.

Diagonalmente hacia la derecha se encuentran las escaleras que dan hacia la cocina de la casa, en donde sucedieron los hechos del... ¿día anterior? No tengo idea de cuánto tiempo he estado aquí, inconsciente. La luz del bombillo me marea. Tengo sed, hambre... Mi madre debe de estar muy preocupada por mí. Empiezo a mover la silla hacia Quinn, dando pequeños saltitos hacia ella. Las fuerzas me dan. Voy a paso lento, pero seguro.

De un pronto a otro, la puerta del sótano se abre. Abro los ojos, siento mi corazón palpitar, las venas de mi cabeza lo hacen también. No sé qué hacer. No sé si hacerme la dormida, no sé si intentar gritar... ¿Qué se supone que haga en una situación así?

•—Empezar Música—•

Escucho sus pasos. Está bajando por las viejas escaleras. No puedo hacer nada... estoy a la deriva del destino, mi vida está en sus manos. Duke se acerca a nosotras. Quinn despierta, simplemente observa. Está muy decaída. Su rubio cabello rizo está despeinado y deteriorado.

—Buenas. —Duke se acerca a nosotros. Camina detrás de mí, toma una silla más, la arrastra. El sonido metálico de la silla contra el suelo me perturba.

—¿Por... qué? —cuestiono con angustia. Los sollozos empiezan involuntariamente. ¿Qué nos sucederá?

—Te explicaré poco a poco del "por qué", Lyra. De eso no te preocupes... primero lo primero. —Se puso cómodo en la silla.

—¡Ayuda! —exclamo con todas mis fuerzas. Desgarro mi garganta, el sabor a sangre se hace presente, estoy muy deshidratada.

—¿Duele? —pregunta, acercándose—. Tranquila, luego te traeré agua. En fin... de lo que quería hablar. —Se rasca la cabeza, mientras camina en los alrededores—. Esto de mi tío me tomó por sorpresa.

—¿De qué hablas? —pregunto. Me siento terrible.

—¿Quién diría que mi tío secuestraría a una chica? —Hace un gesto de sorpresa, señalando a Quinn—. ¡Eso sí que está de psicópatas!

El Desfile Macabro (#1 ¡EN FÍSICO YA!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora