Capítulo 8
"Midnight Stories"
Cuando Niklaus se adentró a la casa comenzó a mirar a su alrededor, Ameliia supuso que comparaba su lujosa y maravillosa mansión con su sencilla vivienda.
-¿Vino hasta aquí para juzgar mi casa?-preguntó con el ceño fruncido llamando la atención del híbrido, estaba exhausta, apoyaba ambas manos en una silla.
-Tal vez-atravesó la cocina y no notó cuando Ameliia rodó los ojos con fastidio, la chica se dio la vuelta y se dirigió hacia las estrechas escaleras, si aquel hombre solo había ido a su casa para regodearse, bien podría hacerlo solo.
Al estar en el tercer escalón sintió un agarre en su brazo, aquel tacto le causó un escalofrío, no sólo por sentir la mano fría del hombre en su piel sino por otra cosa que no se podía explicar.
-Quedate-dijo con un tono tan diferente al que solía usar, este se escuchaba tranquilo, la chica se soltó del agarre y se dio la vuelta sin darse cuenta que el híbrido estaba demasiado cerca de ella, gracias a su enorme falda dio un paso en falso pero afortunadamente el hombre estaba ahí para sostenerla de la cintura y de nuevo tuvo aquella sensación extraña, Niklaus sintió la respiración acelerada de la chica, quien segundos después y con el apoyo de Klaus volvió a recobrar el equilibrio.
Regresaron a la cocina sin decir palabra alguna, como Niklaus había sido quien se había presentado en su puerta exigiendo entrar, Ameliia esperaba a que este explicara el motivo de su visita pero no decía nada.
La chica aún sentía sus mejillas enrojecidas por lo que se dirigió al fregadero para tomar un vaso y llenarlo con un poco de agua para refrescarse, al terminarse el líquido volvió a dejar el vaso donde estaba.
Niklaus estaba sentado en una de las sillas del comedor, Ameliia se sentó quedando frente a él. Pasó una mano por el puente de su nariz y cerró sus ojos, preguntándose si aquello era todavía parte de un mal sueño.
-No es un sueño, si es lo que estás pensando-la chica abrió los ojos y lo miró sorprendida.
-¿Ahora también lee mentes?-levantó ambas cejas, cuestionando al híbrido, el cual comenzaba a exasperarla.
-No, pero puedo notarlo por tu rostro-respondió con una arrogante sonrisa que Ameliia quería quitar de su rostro en ese mismo instante.
-¿Qué es lo que quiere exactamente?-quiso aclarar todo el asunto-Como es evidente, no he tenido el mejor día y en realidad necesito descansar.
-Tengo muchas cosas que contarte, no es eso lo que quieres ¿respuestas?-la chica lo miró detenidamente, aún no había pensado si en realidad quería saber la verdad o prefería ignorarla.
-Así que ¿está dispuesto a contarme todo?-enarcó una ceja-¿Justo ahora? Siento informarle que es tarde y mañana tengo que ir al trabajo de nuevo.
-Eso lo sé, pero ya lo arreglé-la interrumpió con una gran sonrisa, al ver que no tenía idea a que se refería prosiguió a explicarle-Alguien le avisó a tu jefe que mañana no estarías disponible.
-¿Qué hiciste?-preguntó dejando la formalidad y en el fondo preocupada por su jefe.
-¿Dónde quedaron esos modales?-recibió una mirada de fastidio de la chica-No le hice nada a tu jefe si es lo que te preocupa. Solo use la compulsión con él.
Ameliia soltó un suspiro de alivio.
-Esta es tu oportunidad de resolver todas tus dudas.
-¿Así que me contará todo lo que deseo saber?-jugaba con el pliegue más corto de su falda, poco a poco el sueño se desvanecía siendo reemplazado por la curiosidad.
