Capítulo 14: Delirios de esperanza

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***Lyra***

Duke trae un vaso de agua para nosotras.

—Hora de tu preciada agua. —Se acerca.

Está distinto, tiene aún más energía. Sus pupilas jamás se quedan quietas, y habla más rápido que antes. Él me acerca el vaso y tomo al fin... Luego le da a Quinn, quien la recibe con muchas ganas. Observo las gotas de agua caer por sus mejillas, limpiando la suciedad acumulada.

—¿Suficiente? Bien, que empiece lo bueno. —Él se aleja.

Camina, y pone el metal en un crisol. El calor del horno está a su máxima potencia, y se siente aún más al abrirlo. Siento el miedo incrementarse, mi corazón late interrumpidamente. Cada movimiento que hace Duke causa sonidos que me espantan. Estoy en constante estado de defensa.

Luego de un tiempo, se empieza a escuchar un sonido de un artefacto con un motor, el cual no es la cortadora de cabello. Me paralizo, no puedo voltear, no quiero hacerlo. Quinn grita, al ver una sierra eléctrica pequeña que nuestro enemigo está cargando en la mano derecha.

—Esto va a doler un poco... —dice él—. Tendremos que abrir un poco de espacio en tu cráneo para poder poner el molde.

El impacto de sus palabras me marea por unos segundos. Quinn está anonadada, todo esto se va convirtiendo más y más en una irreal pesadilla.

—¡¿Estás loco?! —exclamo con todas mis fuerzas—. ¡Ella morirá si haces eso!

—La belleza cuesta. Aquí tengo una guía de cómo hacer el proceso sin que Quinn muera. Si ella coopera, todo saldrá perfecto. —Él sostiene los papeles arrugados. Está sudando, su sonrisa tiembla, y su mirada no deja de moverse hiperactivamente.

Quinn grita agresivamente, y lo único que puedo hacer es cerrar los ojos con fuerza, mientas me aferro a la horrible realidad. Escucho el cráneo de Quinn ser perforado por la sierra. Es un sonido terriblemente tétrico. El sonido de la sierra se fusiona con los espeluznantes alaridos de Quinn.

Duke continúa el proceso por treinta minutos, limpiándole el cráneo con agua tibia y un poco de sal, para que no se infecte. Además, sopla con una máquina de aire para que esté seco y listo para el resto del proceso.

•—Empezar Música—•

Quinn ya no grita, simplemente se ha desmayado del dolor. Mis lágrimas y alaridos no han servido de nada... Duke desconoce la piedad, y está absorto en el proceso. Él está cansado, sudoroso, y su pierna se ve fatal. Decide sentarse en las gradas unos minutos. Está en silencio.

—Ella no va a aguantar este proceso... —Necesito intentar convencerlo, no es demasiado tarde. ¡Ella podrá sobrevivir!

Él ve hacia el vacío, hacia el horno. Las luces naranjas se reflejan en sus ojos negros, sin ánima, sin presencia alguna de identidad, de empatía, de humanidad...

—Ella es fuerte, puede que sí. ¿De qué me sirve si no aguanta? Esto del desfile no se ganará solo. —Él revisa el horno—. Queda media hora más...

Sube las escaleras, lentamente. Su energía se ha acabado. Estoy sola con Quinn de nuevo. Ella despierta a mis llamados, pero está terriblemente mal... ya no es ella misma. Veo la mesa con el molde de la corona. La sangre sigue saliendo por las grietas de su cabeza.

El molde es negro, con aproximadamente medio centímetro de espacio, justo el mismo espacio que tiene Quinn en su cráneo. El pensar en los posibles escenarios a futuro me perturba. Es imposible que él piense en poner el molde, y luego el metal fundido en él. Es la idea más estúpida que a alguien se le podría ocurrir... a menos de que quisiera matarla.

El Desfile Macabro (#1 ¡EN FÍSICO YA!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora