Ganar o perder

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Quiero agradecer a la divina @ZitaBlackM por la hermosa portada que hizo para la historia! (Pueden verla arriba). Es el primer fanart que recibo y me lo obsequió, por pura coincidencia, el día de mi cumpleaños !Sos una genia chica! 😍

Éste capítulo es especial y va dedicado a la pequeña @comedoraofeat que hace tiempo me pidió uno narrado desde otra perspectiva 😉 

Espero que les guste 💕💕



Si había algo que más detestaba en mi vida, era estancarme.

Porque estancarse implica perder.

Y yo tenía que ser un ganador.

El triunfo fue siempre tan importante para mí, que todos los años elegía a la chica más increíble de mi entorno y la llevaba al cumpleaños de mi tío Jack, solamente para recordarles a todos que yo era el mejor. Y siempre lo era.

Ganar era algo que tenía que hacer, en todo sentido.

Durante años me lo había exigido mi tío Norman, con cierta crueldad algunas veces, porque así mismo se lo había transmitido a él mi abuelo. Y luego de mucho esfuerzo, pude decir que me convertí en una persona preparada para superar lo que fuera.

Siempre me repetía a mí mismo que, sin importar lo que pase, tenía que seguir adelante.

Fui capaz de sobreponerme a la frustrantemente vacía relación que habían llevado mis padres. Cuando sólo era un niño y los veía pelear a menudo. Porque papá trabajaba demasiado y mamá se sentía sola.

Mamá se había sentido sola desde el comienzo.

Muchas veces intenté ser esa compañía que tanto parecía necesitar. La cuidé, me ocupé de ella y procuré hacerla feliz lo mejor que pude. Pero no fue suficiente.

Cuando crecí entendí que ellos habían dejado de amarse probablemente incluso antes de que yo naciera. Que a mi padre sólo le importaban los negocios. Y que mamá estaba ya demasiado rota como para seguir esforzándose por los dos.

Los últimos años con ella fueron lo más parecido a una pesadilla. Empecé a sentir su desprecio de un día para el otro.

"Te pareces demasiado a tu maldito padre", comenzó a decirme, como si fuera culpa mía. Sin embargo, con papá era todo lo contrario. Se esforzaba demasiado por recuperar la relación que habían arruinado. Con él era la esposa perfecta, o al menos lo intentaba, tanto que se perdió a sí misma. Así que entendí que sólo descargaba conmigo su propia frustración, y la perdoné. Yo podía soportar cualquier cosa, después de todo. Siempre fui capaz de superarme.

Entonces, la perdí de la peor manera.

No me quedó otra opción que obligarme a mí mismo a reponerme de su muerte. A borrar de mi cabeza la imagen de la última vez que la vi con vida. Y de la primera vez que la vi sin ella... Que fue lo más difícil.

También me recuperé del hecho de haber sido abandonado por mi padre en el peor momento, cuando más lo necesitaba.

Superé mis propios problemas económicos, siendo un joven sin mucha experiencia y sin la más mínima idea de cómo ganar un centavo.

Dejé atrás cada uno de mis líos amorosos. Relaciones con chicas que exigían más tiempo del que yo estaba dispuesto a darles. Noviazgos vacíos, que al culminar dejaban solo la sensación de estar replicando los mismos errores que habían cometido mis padres.

Fui derrotando todo eso, enfocándome siempre en abrir mi propio camino. Alcancé la cima de la empresa familiar, y no por mi apellido, sino respaldado por todos los proyectos que había concluido con esfuerzo, planificación y excelencia.

Casa NO en venta (completa✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora