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Aria:

-¿Cuándo crees que Andrew regrese?

Ya amaneció, y estoy un tanto  preocupada, Callum no para de dar vueltas por la pequeña habitación y ya me está desesperando.
Dijo que tenía que dar un par de ordenes a los médicos en batalla, y me explicó que si perteneces a una manada tienes esta conexión psíquica o algo así donde podías comunicarte mentalmente a unos cuantos kilómetros, y que yo aún no pertenezco a esta manada formalmente, por lo que sigo teniendo mi mente para mí. O algo así.

-Ya está por terminar, Luna, relájate.

Una parte de mí quiere que no regrese, y poder ser libre y volver a casa, pero cuando pienso en él, muerto, mi estomago se revuelve y siento ganas de vomitar.

-Bien, eso es todo- dice Callum para si mismo tomando asiento en el sillón café.

-¿Salió bien? ¿Andrew...?

-Todo está en orden, el Alfa tiene que ordenar unos asuntos pero volverá. Cálmate Aria, Andrew puede sentir tus nervios y se altera.

-¿Cómo puede sentirlos?

-Por que es tu compañero. Todos los compañeros tienen esa particularidad, y después de la marca incluso se pueden leer el pensamiento, si cada uno lo consiente, claro.

-Es como si mi cuerpo y mi mente no fueran solo míos.

-Exacto.

-¿Y tú, estás emparejado?

-No aún Luna- suena triste ante tal confesión.

Noto que me falta toda una vida para entender el mundo licántropo, todos sus poderes y reglas extrañas, como creen que la diosa de la luna es de algún modo su madre y sobre todo como están tan seguros que ella les da un compañero al que amarán de por vida.

Estuve encerrada cinco años y sé que ni siquiera estoy preparada para el mundo real, pero menos para un mundo donde las leyes que conozco de toda la vida cambian.

Dos películas y media más tarde siento un olor a jengibre a la vuelta del pasillo que me hace sentarme en la cama contenta y aliviada. No puedo entender mi extraña reacción, lo quiero conmigo, siendo que hace unas horas no quería verlo nunca más en mi vida. Es tú lobo. Dice una voz en mi cabeza.

Andrew entra a la habitación con el pelo mojado y ropa limpia. En dos zancadas ya se encuentra a mi lado y noto en su cara el debate de abrazarme, alejarse o tomarme la mano. No hace ninguna de estas y se sienta junto a mí en la cama mirándome profundamente y con una sonrisa de alivio.

-Estoy bien - susurro a centímetros de su rostro antes de alejarme un poco, su olor me encanta, me hace querer tirarme encima de él, abrazarlo y embriagarme con su aroma. Pero no puedo, lágrimas de impotencia salen de mis ojos.

-Aria, hermosa ¿Qué sucede? - pregunta y limpia con su pulgar las lágrimas de mi cara.

-Yo estaba preocupada, y... Esto, tú- Andrew me abraza, y me abraza más fuerte cuando intento apartarlo, luego de un par de segundos me relajo y lloro en su cuello, mientras me dice que todo irá bien y me mece junto a él.

-Vamos a casa cariño -asiento.

...

-No puedo creer que tengan un hospital entero solo para licántropos- comento a Andrew mientras me acomodo en un piso de la cocina.

-Ten- me entrega un gran plato de tallarines con salsa Alfredo que había preparado mientras yo me daba una ducha.

-No creo que sea capaz de comer todo esto - digo después de dar un bocado - Está delicioso de todas formas.

-Aria tu peso ideal es de 60 kilos, y pesas 37, apenas te mantienes en pie. Tienes que intentar comer ¿Está bien? entiendo que no estas acostumbrada a tanta comida pero come hasta que puedas -asiento con la boca llena - Callum también trajo unos batidos proteicos para aumentar tu masa muscular.

-¿Qué haremos hoy? - Pregunto después de un par de bocados, Andrew ya terminó su plato y me mira fijamente.

-Yo tengo un montón de papeleo que hacer pequeña - responde algo cansado - Con el conflicto que tuvimos ayer lamento que con las manadas vecinas tendremos que unirnos para combatir contra los lobos que se unieron con los murciélagos.

-¿Te irás? -Siento que me encojo.

-Trabajaré en el computador y tu puedes ver un par de películas.

Andrew pone los platos en la lavavajillas y yo me voy a sentar en el sofá de la sala de estar, tomo el control de la televisión de la mesa de centro, que es de madera con unas incrustaciones de vidrio templado y me tiro al sillón a hacer zapping.

-¿Qué estás viendo? - Pregunta Andrew con su computador y unos papeles en la mano.

-No lo sé, ¿Tienen un canal de licántropos, así como tienen el hospital? -ríe.

-No Aria, no tenemos un canal de licántropos -dice mientras se sienta a mi lado y se pone a trabajar.

Lo observo un largo rato, como sus largos y finos dedos escriben rápidamente en el computador, como un mechón de pelo se le escapa de su pequeño moño y se lo pone detrás de la oreja, como sus ojos verdes miran rápidamente de un lado a otro en la pantalla, como distraídamente marca el ritmo con su pie.

Quiero verlo, ver en lo más profundo de su mente, quiero tocarlo, sentirlo y quiero ver junto a el amanecer mientras compartimos nuestros pecados.

O al menos una parte de mí lo quiere.

-¿Disfrutando la vista? - sonrie mientras sigue mirando la pantalla, y siento como mis mejillas se enrojecen.

-Tengo miedo de lo que quiero hacer contigo -cierra rápidamente su computadora y se gira para quedar de frente.

-¿Por qué lo dices Aria?

-Por que no puedo hacerlo -bajo la mirada.

Nuestra Frágil Luna Where stories live. Discover now