¿Qué pasaría si toda la tercera generación viaja a la segunda? Y más concretamente al año 1996, en el quinto año de nuestros protagonistas. ¿Evitarán muertes? ¿Cambiarán pensamientos?
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El siguiente encapuchado se levantó con parsimonia y se movió lentamente hacia el escenario, como si no estuviese nervioso y hacer eso fuese la cosa más normal del mundo. Se colocó de cara a todos los alumnos y se quitó la capucha dejando ver a una réplica de Draco Malfoy, aunque con el cabello más oscuro. Sus ojos eran grises, como buen Black que era.
—Hola pasado —saludó arrastrando las palabras, costumbre que había heredado de su padre—. Me llamo Scorpius Hyperion Malfoy y soy el segundo y último hijo de Draco y Emily Malfoy.
Los dos mencionados se miraron asombrados. Solo había un Malfoy en cada generación, no dos.
—Bueno, tengo 14 años y estoy en cuarto año en Slytherin.
La casa de las serpientes comenzó a aplaudir muy animada por su nuevo miembro.
—Mi asignatura favorita es Pociones y odio Encantamientos, nunca se me ha dado bien lo de mover objetos. Soy el último miembro del Trío de Oro. Y juego como cazador para el equipo de mi casa. ¿Preguntas?
—¿Eres amigo de Potter y Weasley?
—Sí, pero tú lo aceptaste en el futuro papá.
Éste asiente aunque no muy convencido de que su hijo sea amigo de esos traidores a la sangre.
—¿Tienes novia?
—Bueno, sí, pero en el futuro lo aceptasteis bien.
—No mientas —dijo riendo la misma encapuchada que reprochó a Rose—. El tío Draco se quiso suicidar cuando se enteró.
—Cállate, Ginger —dijo Scorp mirándola mal—. Quiero prolongar esto todo lo que pueda.
—Oh, si quieres lo anuncio yo —hizo el amago de ponerse de pie, pero otra encapuchada la paró antes.
—Déjalo Gin, es tu primo, sé considerada con él. Déjalo disfrutar de sus últimos momentos de vida.
—¿Estás de broma? —saltó Scorpius enfadado— ¿Tú también te vas a poner en mi contra, Mia?
—Acéptalo, pequeño Malfoy, siempre vamos a estar en tu contra.
—Vete a la mierda, Nott.
—Eh, renacuajo, con mi pequeña Mery no te metas —le dijo su hermana.
—Eso, todos contra Scorpius —se quejó el aludido.
Todos empezaron a reir por la pelea que habían montado los chicos.
—¿Quieres decir ya quién es tu novia?
—¿Quiéres que arda Troya, Meg? —recibió una mirada dura de su hermana—. De acuerdo, estoy saliendo con Rose Weasley.
Cerró los ojos, esperando los gritos de su padre, pero no llegó nada. Al abrirlos lo vio desmayado. Y cuando se fijó mejor, Ron Weasley también estaba desmayado. Suspiró aliviado. Al menos se había librado por el momento.
—¿Quiénes son tus padrinos? —preguntó Emily.
—Son tía Lyra y tío Blaise —contestó sonriendo a los aludidos.
Scorpius bajó del escenario. Se acercó a saludar su familia, sentándose junto a su hermana.
