Él (Marco Asensio)

Capítulo 47

La Liga terminó hace nada y ya ha pasado una semana desde que ganamos la Champions. No ha pasado nada interesante estos días, Marco viajó este fin de semana a Mallorca con los niños yo iré el miércoles ya que trabajo y aún no me dan vacaciones. Además, Carla está pasándolo algo mal con lo del embarazo, es el primero, lo entiendo, el médico le ha dicho que necesita mucho reposo pero Carla nunca puede parar quieta.

— Carla. No puedes, haz el favor de hacerle caso a Isco por una vez en tu vida, limítate a levantarte solo para mear — regaño a Carla, ya que Isco me ha dicho que la llamara porque no le hacía caso.

— Pero es que me aburro — refuta.

— Pues dile a Isco que juege al parchís contigo.

— Vale.

— Hablamos en otro rato que tengo que entrar a trabajar. Te quiero y cuídate — le digo.

— Vale, pesada — me responde y cuelgo. Está de dos meses y ya no hay quien la aguante. Dios, dale fuerza a Isco, estoy segura que está más cansado que si jugara un partido cada día.

Entro en el edificio de las noticias y subo al ascensor. Nada más llegar a la planta que quiero veo a Antonio, el director.

— Buenos días — le saludo.

— Hola Irene. Ven conmigo tenemos que hablar — le sigo y nos vamos a su despacho. Él se sienta y después lo hago yo. — Verás, se supone que tus vacaciones empiezan el miércoles pero Ignacio — Nacho es mi compañero — se ha puesto enfermo y no puede viajar a hacer la entrevista que teníamos prevista. Te necesitamos.

— ¿Qué? ¿No puede ir otro? — pregunto.

— Por favor Irene — me pide.

— Está bien.

— Tranquila, tendrás más días de vacaciones por esto, lo prometo.

— Vale, voy a prepararme — le digo.

Presento como todos los días pero sin dejar de pensar que tengo que llamar a Marco para decirle que tardaré en llegar a Mallorca, dos días más de lo previsto.
Cuando acabo me meto en el coche y me voy a casa, ya tranquilamente cojo el móvil y llamo a Marco.

— Hola — responde.

— Hola Marco. Oye, que hasta el viernes no llegaré a Mallorca, me tengo que ir a Londres porque mi compañero ha caído enfermo.

— Bueno tranquila, al menos llegas a la boda de Igor.

— Sí — la boda no había pensado en eso, lo había olvidado por completo.

— ¿Quieres hablar con los peques? — me pregunta.

— Vale — digo y escucho como Marco los llama.

— Mami — dicen los tres a la vez. ¿Cuándo vienes? Te echamos de menos.

— Dentro de dos días — les digo y hablamos un rato más, ojalá pudiera estar con ellos. — Os quiero — me despido.

Mañana a las cinco de la mañana tengo que coger el avión a Londres, que madrugón, menos mal que no viajo sola y algunos compañeros vienen.