Capítulo 54.

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«Si tuviera otra vida, definitivamente elegiría vivirla contigo...»

Corría y corría sin poder detenerse, del cielo nocturno caía la lluvia más fuerte nunca vista, sus piernas flaqueaban por el miedo y su llanto solo le impedía aumentar la velocidad.

Se detuvo en un callejón sin salida, desesperado por buscar la manera de escapar de aquel hombre de felinos ojos negros y frívolos que lo estaba persiguiendo. El joven de cabello rosa pastel sollozó y lanzó un grito ronco de angustia, golpeando la pared con sus puños, frunciendo su ceño hasta cerrar sus ojos, apretando fuertemente sus párpados hasta el punto del dolor. Comenzó a deslizar sus manos en la pared de ladrillos viejos mientras se dejaba caer al suelo, estrellando sus rodillas en él y salpicando el agua. Sentía la interminable lluvia golpeando en su cabeza y resto del cuerpo, no percibía ningún otro sonido debido a la intensidad con la que caía. Sentía frío, dolor, pánico, muchas cosas, pero nada bueno... Todo estaba yendo de mal en peor.

Sin embargo, el joven de cabello rosado notó cómo el agua dejaba de caer sobre su cuerpo, pero continuaba haciéndolo a su alrededor, cosa que llamó su atención. Volvió a fruncir su ceño, esta vez con confusión, e inclinó su cabeza hacia arriba para observar de qué se trataba. Vio lo que parecía un paraguas de color negro que lo cubría de la lluvia. Sintió un cosquilleo en su pecho al verse resguardado por alguien, por lo que se dio la vuelta para agradecer. Ya nadie lo perseguía.

Una cabellera de color platinado se encontraba de pie frente a él, sosteniendo un paraguas en su mano derecha y otro en la izquierda, con el cual cubría su débil cuerpo. En medio de la penumbra de la noche, logró ver una preciosa sonrisa de parte del otro, quien hizo un ademán con su cabeza para indicarle que se levantara. Algo en el ambiente había cambiado, ya no se sentía frágil, vulnerable o solo. No sentía pánico ni dolor, Jimin estaba feliz después de tanto tiempo.

—Suga hyung... —Susurró—. Gracias por venir, lo necesitaba.

El joven de cabello grisáceo parecía hablar, pues su boca se movía, pero ninguna palabra salía de él. Jimin escuchaba su voz distorsionada, como si se encontrara debajo del agua. Frunció el ceño con confusión, ladeando su cabeza e intentando entender lo que le decía. Comenzó a ponerse de pie, tomando el paraguas que le había dado entre sus manos lastimadas por haberlas golpeado en la pared. Jimin sintió un escalofrío al ver cómo la mirada del otro se tornaba cansada, lúgubre.

—¿Hyung? Se ve mal, ¿por qué no vamos a casa? —Preguntó con preocupación.

Él volvió a responder, pero Jimin no lo escuchaba. Solo veía sus labios moverse al ritmo de sus palabras y eso solo le impacientaba más, pues el ruido de la lluvia seguía intacto.

—No puedo escucharlo, hyung... —Su voz tembló al sentirse al borde de la desesperación—. ¿Qué sucede?

Una mirada llena de tristeza fue expresada por el pálido rostro de Suga, quien frunció sus labios y ceño con dolor. Parecía a punto de llorar y eso angustiaba a Jimin, quien quitó una de sus manos del paraguas para dirigirla hacia la mejilla derecha ajena. Sin embargo, en cuanto estuvo a punto de tocar, él corrió su rostro, soltando un suspiro lleno de melancolía. Evitó cruzar miradas con Jimin, quien ahora estaba completamente preocupado y herido por su comportamiento.

—¿Qué sucede...? Sabe que puede decirme, hyung —ahora pudo escuchar un poco de la respuesta del otro, pero seguía sin entender—. Vamos, confíe en mí.

—S... Lo... —se percibió—. Lo siento... —parecía que hablaba muy a la lejanía, sin embargo, pudo entenderlo.

—¿Por qué se disculpa...? —Tragó saliva en seco.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora