Capítulo 43: Los casos de Steiner

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***Steiner***

Estaba esperando fuera de la estación de radio. La madre de Lyra dio su mensaje. Ambos padres estaban destruidos. Ambos salieron del lugar, y ella se dirigió hacia mí.

—Agente Steiner —sollozó—. Por favor... encuentre a mi hija.

—Estamos haciendo todo lo posible —aseguré—. Yo... estoy haciendo todo lo posible por encontrar a Lyra y Quinn. Por el momento sabemos que Duke la tiene viva, eso es lo más importante en este momento.

No podía hablar mucho de Vincent, pero la culpa me seguía carcomiendo. La debilidad de no tenerlo a mi lado era evidente... mi más fiel compañero estaba en garras de algún desconocido, o muerto. ¿Cómo afrontar una incertidumbre tan ácida? ¿Cómo dormir sin saber si alguien estaba vivo o muerto?

—¿Qué podemos hacer para ayudar con todo esto? —Su padre me miraba atento. Sus ojeras eran enormes, y su energía había sido totalmente consumida desde la última vez que lo había visto.

—En este momento les pido que mantengan la calma, y descansen. En cualquier eventualidad los necesitaremos fuertes. Recuerden asistir a las citas de terapia psicológica para poder afrontar esta situación de la manera más llevadera posible. Sé que es duro, pero esta investigación está en buenas manos —afirmé—. Los llevaré a casa ahora.

•—Empezar Música—•

Estuvieron algo desanimados durante todo el camino. Su madre seguía llorando, y con razones más que justificables. Los pude dejar en su hogar y me dirigí hacia la estación.

En mi oficina tomé la computadora e investigué un rato, pero no pude sacar nada provechoso. Me quedé sentado, viendo hacia el escritorio, con un cigarrillo encendido. La oficina era oscura, la tarde había estado algo nublada y decidí no encender las luces del lugar. Quería estar solo, reflexionando sobre el caso y haciendo anotaciones importantes. Las tenues luces de las afueras, por la puerta que daba hacia el pasillo, se veían interrumpidas por el pasar de las personas, atendiendo casos, buscando documentos, recibiendo llamadas...

Y yo estaba solo, con la silla de Vincent vacía, con sus pertenencias ahí, intactas, esperándolo luego de meses. ¿Cómo yo, el agente que resolvió el caso del Asesino Astral, no podría resolver unos estúpidos secuestros? ¿En quién me podría refugiar ahora? Años después, un solitario y amargo adulto... jamás esperé terminar así... y a pesar de crear fortalezas que se habían sellado con mi edad, el dolor seguía más presente que nunca.

De repente un policía se asomó por la puerta.

—Agente Steiner, necesitaremos su ayuda con algo. —Se veía algo serio... más de lo usual.

Caminamos hacia la sala de reuniones. Ahí se encontraba Robert, el jefe de la policía, discutiendo con varios otros hombres. Muchas radios sonaban a la vez.

—Steiner. Toma asiento. —Él señaló—. Está pasando una batalla entre las pandillas de la ciudad en este momento. Se encuentran en el centro, y necesitaremos atenderlo a la mayor brevedad.

—Entiendo. ¿Cuál es la otra pandilla? He escuchado rumores, pero quisiera asegurarme —respondí.

—Los Desvaríos están empezando a combatir, a tomar fuerza. Este es un gran problema. Estábamos logrando dominar a los Oníricos, pero con dos bandos... —Robert veía los reportes—. Tenemos que hacer un operativo para desvanecer esto de una vez por todas.

—Los Desvaríos —repetí. Los recuerdos empezaban a ahondarse en mi cabeza. Desde aquellos tiempos, hacía veinticinco años... ellos existían, y se habían estado expandiendo.

El Desfile Macabro (#1 ¡EN FÍSICO YA!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora