•Despedida•

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En cuanto Mark se echo a correr, Evan marco con el teléfono de Nataly a una ambulancia, sus manos le temblaban, su corazón no sabía si estaba muy rápido o tan lento por la preocupación, sudaba frío y lo único que podía mantenerlo con los pies en la tierra era la mano de su novia, la cual se estaba desangrado.

¿Por qué no se interpuso entre ella y la bala?, ¿por qué fue tan lento?, ¿por qué ella y no él?

Todas esas preguntas rondaban en su cabeza mientras esperaban la ambulancia.

— Quiero... que sepas que te amo— pronunció Nataly, sus palabras eran arrastradas como si el simple hecho de hablar le doliera como el infierno.

Y lo hacía.

— También quiero que sepas, que no es tu culpa, y que serás el mejor arquitecto del mundo— Nataly le enseñó una sonrisa tan débil que el ya tenía los ojos llenos de lágrimas, el solamente le dio un apretón a su mano, como diciendo que ahí estaba el y que no se iría de su lado— también te quiero pedir que cuides a mi hermana, ya sufrió bastante como para agregarle esto, dile que yo me tuve que ir...

Entonces Evan se dio cuenta de que ella se estaba despidiendo, Nataly no quería luchar.

— No te despidas, tu aún tienes vida que recorrer, no puedes dejar a tu hermana sola. No me puedes dejar a mi.

Para este momento los 2 ya estaban llorando, pero la verdad, Nataly ya estaba lista para irse, ella sentía como su cuerpo cada vez se sentía más pesado.

— ¿Recuerdas que Derek te dijo que ya nos conocíamos desde niños?— Nataly sólo asintió —pues era cierto, fuimos mejores amigos y cuando pasó el accidente, te golpeaste la cabeza tan fuerte, que te dio algo así como amnesia, solamente que la única cosa que no recordabas era a mi, por eso llegue contigo a los casilleros como si te conociera y cuando tu me preguntaste "¿quién eres?", simplemente no podía estar cerca de ti y saber que no me recordabas, dolía mucho.

》Y se que fue egoísta de mi parte, tu necesitabas a alguien que te apoyará, en verdad lo siento tanto.

Nataly solamente lo miraba, y entonces recordó, el es el chico de ojos miel que aparecía en sus sueños.

Nataly lo agarró por el cuello y junto sus labios por última vez.

Te amo— le dijo Evan al finalizar el beso. Nataly sonrió y entonces sintió sus párpados pesados a tal punto que por más esfuerzo que hiciera no los podía mantener abiertos.

Y lo último que escucho fueron los gritos del pelinegro diciendo su nombre y que los paramédicos ya estaban ahí.

Pero tal vez ya era demasiado tarde.

Oye, ¿estás leyendo un libro? (#EM1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora