54: Hasta luego

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La música de Ofiuco y su banda inunda aquel gimnasio. Algunos chicos bailan otros platican haciendo un ambiente bastante animado.

—La banda de Ofiuco es muy buena—le comenta Cáncer a Escorpio quiénes están recargados en la pared con un vaso de refresco mirando alrededor.

—Lo es, oye salgamos al patio a caminar, me está doliendo la cabeza por el ruido—Escorpio comienza a caminar hacia la puerta y Cáncer lo sigue.

Ambos chicos caminan por uno de los oscuros pasillos de la escuela. Escorpio trata de abrir la puerta en cada uno de los salones esperando que haya uno que esté abierto.

—¿Qué haces?—le pregunta el cangrejo después de verlo hacer lo mismo en varias puerta.

—Estoy viendo si tengo suerte—sonríe al encontrarse uno abierto—. Y sí la tengo.

El mayor agarra al cangrejo del brazo y lo mete con él al salón. Al cerrar la puerta lo empuja a la pared y comienza a besarlo como si hubiera pasado años desde la última vez que lo hicieron.

—Este traje te queda muy bien—le susurra.

Cáncer ríe apenado.

—¿No vamos a hacer eso aquí o sí?

—No hasta el final—le dice el mayor—. Solo tenía ganas de estar a solas contigo.

—Yo también.

—No digas eso o no seré capaz de contenerme hasta que lleguemos a la casa.

—Entonces no lo hagas—le dice cáncer abrazándolo del cuello—. Será nuestra última vez aquí así que...¿porqué no lo hacemos?

—Cáncer, eres un pervertido.

—¿P-pervertido?

Escorpión sonríe en grande y comienza a desabotonar su camisa con fervor.

...

—¿Dónde están Tauro y Acuario?—voltea a todos lados.

—Dejalos en paz—le dice Libra levantándose de la mesa para jalar a Arthur de la mano—. Vamos por algo de tomar.

—Pero es qu-

—Cállate y toma algo—Libra le dice molesta.

—¿Estás enojada?

—Si genio—ella rueda los ojos sirviéndose algo de refresco—. ¿Me invitaste al baile solo para estar cuidando a tu hermana?

—No, no es así—él suaviza su expresión—. Lo siento, de verdad te invite porque me agradas.

—Claro—ella frunce el ceño dándole un sorbo.

—De verdad, lo siento, es que no puedo evitarlo.

—Está bien, entiendo que estés preocupado por ella, es tu hermana menor después de todo—suelta un suspiro—, pero no puedes estar siempre con ella, ahora tiene a alguien que la cuide todo el tiempo, y deberías estar contento de que sea Tauro.

—Pero ese tipo es un idiota—él gruñe.

—No negaré eso, pero es un idiota que la ama y nunca la va a abandonar—le asegura.

—Quizá tienes razón—él baja la mirada avergonzado—. Siento hacerte pasar un mal rato, espero y aceptes salir conmigo más adelante, prometo compensarlo.

—Bueno, eso ya lo veremos, según cómo te comportes esta noche y qué tal bailes—ella le guiñe y sonríe levemente.

—Espero no fallarle más señorita— extiende su mano hacia ella y le regala una sonrisa.

La casa del Zodiaco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora