Capítulo 43: Soga al cuello

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No alcanzo a abrir la puerta de mi casa cuando esta se abre de golpe y aparece Dakota enfurecida.

— ¡Estúpida! Te odio.

En otra ocasión me hubiese reído pero al ver la seriedad de su rostro me contengo. Después de recibir su mensaje apagué el teléfono, Harry consiguió que me quedase por más tiempo con él, petición que sin duda no pude rechazar. Hice caso omiso a mi hermana y ahora me arrepiento ya que puede tratarse de algo realmente gordo.

— Yo, esto, me quedé sin batería y el autobús no venía... - empiezo a excusarme cosa que aparentemente le molesta mucho más.

— ¿Serás mentirosa? Te vi salir de su casa - dice señalando la dirección de la que vengo.

Entra en casa y repito su acto, preparada para lo que esté por venir. Una vez dentro, en el salón, diviso a mi madre sosteniendo un atuendo para después meterlo en una maleta. Mierda. Todo este tiempo había olvidado solucionar el viaje, tenía una vaga idea de como hacerlo pero no el plan y ya ni tiempo. Mi madre me mira con una sonrisa y un mensaje oculto en su mirada que puedo descifrar, está esperando a que no reproche y suba a hacer mi maleta de la misma manera que hace ella.

— Hope, espero que ya tengas lista tu maleta.

— La haré esta noche, aún nos quedan dos días.

Dakota me mira, con el ceño fruncido, estoy esperando a saber qué demonios va mal con ella porque me tiene inquietada. Si tan importante era, ¿no podía venir a buscarme?

— No, nos vamos en una hora.

Ahora sí que estoy perdida, tengo menos de una hora para solucionar este problema. Podría rechistar y quejarme ante su injusta decisión pero lo único que conseguiría con eso sería perder tiempo porque conozco a mi madre y sé que nada le hará retrasar esto un minuto más.

No transcurre ni un segundo y salgo disparada cogiendo a mi hermana por el brazo y arrastrándola a mi cuarto. Cierro detrás de nosotras asegurándome de que mi madre no está cerca. Dakota se sienta en mi cama con los brazos cruzados y una sonrisa irónica en sus labios. Era ésto de lo que se trataba, no hay duda y tampoco cabe duda de lo estúpida que soy por no haber regresado antes. El hecho de haber pasado tiempo con Harry me restó tiempo para pensar un modo de no ir a ese viaje programado por mi madre con el fin de alejarme de ésta ciudad en luna llena. El alejarme lo único que haría es condenar a Harry más de lo que está, en hundirle una vez más pero el alejarme,me salvaría de caer con él. Me estoy poniendo en peligro por alguien que aún no he acabado de conocer, alguien por quien tengo dudas sin saber si me traicionará de la misma manera que hicieron con él o velará junto a mí, por mí.

— Estás con la soga al cuello.

Sus palabras me despistan del transcurso de mi mente y todos los pensamientos que divagan en diferentes direcciones.

— Siempre la he tenido en el cuello.

Y todo sabiéndolo hago malabares en el borde del acantilado.

— Llamé a Kelly para seguir con lo planeado, ¿recuerdas como era?

Hace un par de días llamé a Kelly proponiéndole ir de viaje a California durante un par de días, haciéndole creer que Nathan vendría con nosotras ya que ese era el único modo. Ella ya no es la persona que conocía, no es mi Kelly, su mente ha sido moldeada por Nathan, quitándole toda su capacidad de razonamiento interiorizando la ideología de éste. Le había lavado el cerebro, había vaciado su cuerpo para instaurar parte de su mente en él. Comprendía que estaba intentando hacer con ella, la preparaba para poseerla en luna llena, iba a matarla con tal de salvarse él.

Desde el principio es todo lo que él ha querido de ella y yo, como estúpida que soy, no había sido capaz de darme cuenta de que no había empezado a perder a Kelly sino que ya la había perdido. Si quedaba algo de ella, por más mínimo que fuese estaba más que oculto en un pequeño rincón de su mente, donde no alumbra la luz, donde me va a costar acceder. Mi egocentrismo no me ha permitido salvarla a tiempo pero aún estoy por luchar por ella y salvar del mismo desencadenamiento a mi hermana y mi madre, todo lo que tengo ahora. Y de mí, no sé quién se encargará de mí pero es un riesgo que debo asumir. La única persona que está intentando protegerme es mi madre, es capaz de todo con tal de que yo esté bien y no estoy tomando su mano, estoy caminando en dirección contraria adentrándome en el peligro, en lo desconocido.

Esa era la primera parte de todo este quebradero de cabeza, hacer que Kelly venga. La segunda era la más compleja, de la que se iba a ocupar Dakota tal y como habíamos acordado, modificar la percepción mental de mi madre para hacerle creer que Kelly soy yo y así que sea posible que ella vaya en mi lugar para yo quedarme aquí. En cuanto mi amiga, no era necesario jugar con su mente ya que había sido vulnerada anteriormente y solo era necesario palabras con fuerte poder de convicción por un ser sobrenatural para que ella aceptase las decisiones. En este caso, hacerle creer que el viaje había sido ideado por Nathan, a quien iba a ver posteriormente.

— ¿Sabrás como hacerlo? - pregunto.

— Ya lo he hecho otras veces con mamá. Tal vez ésta sea algo más difícil, pero podré.

— ¿Cuando aprenderé yo?

— Hope, tu sabes hacer esto y más. Tienes un poder que desconoces en estado latente.

Mi cara de confusión a su explicación le hacen proseguir.

— Tu poder no saldrá hasta que lo necesites realmente, están en estado latente, adormilados, solo la situación idónea les hará despertar. Como los puños calcinadores.

Me rio ante ese recuerdo y el gran impacto que supuso en mí el descubrimiento. Recuerdo como odiaba a Dakota en ese tiempo, ella apareció de la nada siendo presentada por mi madre como mi hermana. El asimilar que todo estos años había tenido una hermana sin saberlo fue abrumador y por alguna razón canalicé ese sentimiento en forma de odio hacia ella. El día que apareció esa característica de perditam estaba en uno de los pocos entrenamientos que hice con Harry para sacar mi poder a la luz. Él me hizo golpear un saco, recuerdo como estaba parado delante de mí, inexpresivo, con mi hermana odiada por ese momento. Lancé un primer golpe que más que golpe parecía una carícia cosa que provocó la risa de Dakota. Después de ese fallido intento abandoné mi cuerpo para adentrarme en mi mente, en mis fustraciones, mis miedos, mis inquietudes. Dejé mi cuerpo batallando con un inanimado saco para adentrarme y batallar contra mi realidad. Esa pequeña batalla interna fue la que activó el detonante para que se activasen mis puños calcinadores. A día de hoy no he encontrado un mejor nombre.

Esos entrenamientos cesaron por la poca eficacia ya que por mucho ejercicio que hiciese estos no iban a salir si no se daba el momento. Esa justificación no me convenció del todo y sigue sin hacerlo porque, ¿qué pasa si en su momento no funciona? ¿Qué pasa si en un momento decisivo me fallan? Eso es algo que no sabré si no se da el momento y a la vez, lo que más temo.

Cuando vuelvo a la realidad estoy de pie encima de la cama, con mi hermana riéndose estruendosamente en el suelo.

— ¿Dakota?

— Te vi tan sumamente concentrada que decidí practicar contigo.

Aparto mi mirada de ella, quitándole importancia a su juego, y la centro en la ventana ya que la llegada de un coche familiar capta mi atención. Seguido de eso miro el reloj que se encuentra encima de mi mesa, tenemos 40 minutos.

— Manos a la obra, Kelly ya está aquí.

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HELLOOOOOOO

Después de un buen tiempo estoy de vuelta por aquí.

Disfruten de la lectura, nos leemos pronto! <3

+25 votos y sigo.

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