Clandestino.

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—Ya no puedo continuar, lo siento...

— ¿Qué sucede?

— ¿No te das cuenta?

La mirada oscura de aquel joven se clavó en la castaña que lo miraba con los ojos brillantes, cristalinos, mas no respondió nada.

—Me enamoré...

El silencio congeló la habitación ambos solo se miraban ella con arrepentimiento y dolor por la confesión que acababa de hacer, él con desconcierto y dureza.



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Cuando SoHyun y MyungSoo se conocieron, enseguida encajaron sus formas de ser y se habían convertido en buenos amigos pero eso no duró mucho pues entre ambos existía una tensión tangible que los dos mantenían a raya sobre todo porque SoHyun tenía novio y este, era amigo de MyungSoo.

Dicen que cuando tensas una cuerda llega un momento que pierde resistencia y se rompe y eso fue lo que pasó.

Entre halagos y muestras de cariño demasiado dulces e insistentes y claro, sutiles insinuaciones de ambas partes, un día aquella barrera que ambos ponían simplemente fue derribada por aquella atracción que ambos sentían.

— ¿Myung?

Se encontraban caminando a unos pasos de la casa del mayor después de haber ido por un par de cafés y una rebanada de pastel de fresa.

— ¿Mh? —el pelinegro la miró de reojo y ella solo veía hacia enfrente, el camino.

— ¿Está bien que quiera besar a alguien que no sea WooHyun?

Aquella pregunta le dio risa al chico porque era rara y no la esperaba pero sobre todo le causaba algo extraño como una punzada en la boca del estómago.

—Supongo que no está bien, ¿te gusta alguien más? —preguntó en tanto abría la puerta de su casa ya que habían llegado y le dio el paso a la joven quien no respondió hasta estar ya dentro.

—Emh... Sí —confesó en tono bajo y después dio media vuelta al estar en el recibidor para quedar frente a él —. Pero bueno, solo tengo ganas de besarlo.

MyungSoo enarcó la ceja pero respondió enseguida.

—Pues deberías hacerlo... —se encogió de hombros con desdén— ¡Infiela!

SoHyun rio con ganas y asintió un par de veces al oír al mayor.

—Myung... cierra los ojos, te voy a besar.

El chico quien también reía solamente cerró los ojos siguiendo el juego.

Sintió las delicadas manos de la menor sobre sus hombros, esta se puso de puntitas acercándose más a él hasta presionar suave sus labios sobre los impropios, solo fueron un par de segundos.

Cuando MyungSoo abrió los ojos con sorpresa lo primero que vio fue el rostro sonrojado de SoHyun alejándose de él y viendo las intenciones de huir de la chica, la tomó de la muñeca antes que esta saliera corriendo.

— ¿Por qué lo hiciste? —no estaba enojado, su tono lo decía, más bien solo era sorpresa y aquella media sonrisa hablaba que al contrario aquello le había gustado.

—Dijiste que lo hiciera...

El rostro de la menor estaba totalmente enrojecido pero MyungSoo no podía verlo pues ella miraba al suelo.

—SoHyun... mírame.

—Mh...

La mencionada levantó la vista, estaba nerviosa aunque solo hubiese sido un roce de labios tenía miedo a haber arruinado su amistad pero lo que continuó la dejó completamente anonadaba, el mayor volvió a juntar sus labios a los propios comenzando a moverlos sobre esto, le costó unos cuantos segundos corresponder pero lo hizo.

El beso de un momento a otro se hizo demandantes y es que en realidad ambos lo deseaban desde hace ya tiempo atrás.

Las manos de MyungSoo tomaron la cintura ajena no solo para atraerla hacia sí sino para cargarla y llevarla al lugar más cercano que tenía, el comedor. Una vez ahí, la dejó sobre la mesa sin dejar de besarla separándose apenas para que la falta de aire en los pulmones no los hiciera alejarse por mucho tiempo, las manos de la chica se enredaban libremente en la negra cabellera masculina y rozaba apenas su nuca.

—No hagas eso —siseó aun sobre los labios contrarios, su voz era un susurro ronco —o no respondo de mí.

SoHyun retiró lentamente sus manos de donde las tenía llevándolas tras su espalda y le sonrió picara.

—Prometo no moverme.

Ambas bocas se buscaron de nuevo, ambos cuerpos se exigían y reclamaban sentirse mutuamente.

Esa vez lo hicieron en el comedor después en el baño y finalizaron en la cama.

A pesar de que solo era un inocente beso al principio, aquello desencadenó una relación clandestina que duró muchos meses.

Ambos se buscaban, salían juntos. Ante el mundo eran amigos, buenos amigos pero solo había oportunidad de estar a solas y se devoraban, se entregaban, se hacían suyos, la única regla establecida desde el principio sin necesidad de decirla abiertamente era no enamorarse, a MyungSoo no le gustaban los compromisos y SoHyun tenía un noviazgo con WooHyun, era una relación seria, WooHyun hablaba de matrimonio y SoHyun le amaba aunque cualquiera que llegase a saber lo que tenía con MyungSoo lo dudaría.

MyungSoo prometió robarle muchas de sus primeras veces y lo fue cumpliendo a lo largo de esos meses, su primera vez siendo infiel, muchas de las experiencias que vivió SoHyun con él eran nuevas para ella, se acoplaban a la perfección no solo en la cama, no solo en la amistad, eran distantes sin sentirse rechazado y tan dulces como golosinas de leche cuando lo necesitaban, se entendían tan bien que podrían llegar a ser la pareja perfecta, lo eran aunque fuera así, en las sombras, a escondidas.

La convivencia continua, los pequeños detalles y demostraciones espontáneos de ternura por parte de MyungSoo la empezaron a confundirla, de repente comenzó a extrañarlo de sobremanera, a celarlo de quien le coqueteaba abierta o sutilmente al pelinegro. Le pensaba mucho cuando el mayor tenía carga de trabajo y no se podían ver aunque varias veces ella iba e irrumpía el despacho del chico y terminaban haciéndolo sobre el escritorio.

SoHyun entendió que había infringido la única regla que había entre ellos, se había enamorado y aunque nunca se atreviera a dejar a WooHyun, tampoco podía dejar ir a MyungSoo ya pero sabía que el pelinegro tarde o temprano notaría cambios en su forma de tratarlo y le aterraba que MyungSoo la rechazara y se alejara de ella. No podría ver en su rostro un gesto de desagrado hacia ella por lo que decidió que era mejor que ella pusiera el punto final a ello.

Aquella tarde MyungSoo le había pedido verse en casa de ella pues llegaba de un viaje y la casa de la menor le quedaba más cerca que la suya. SoHyun sabía que era el momento para decirlo.

Lo primero que hizo el chico al llegar fue rodearle la cintura y comerle la boca, SoHyun en ese momento se olvidó de todo, habían sido 5 días sin verle, lo había extrañado, se perdió en las caricias, los besos y demás.

Ambos se encontraban acostados, MyungSoo de espaldas sobre la cama, ella sobre él con su cabeza recargada en su pecho, relajada gracias a las caricias que dejaba el mayor sobre su espalda desnuda.

—Myung, debo decirte algo... —susurró sin abrir los ojos quizás para tomar valor pues a pesar de todo no quería dejar eso que tenía el mayor, le necesitaba.

—Dime.

Se incorporó para mirarlo a los ojos y él la imitó al ver la aflicción que reflejaba su rostro.

—Ya no puedo continuar, lo siento...

— ¿Qué sucede?

— ¿No te das cuenta?

La mirada oscura de aquel joven se clavó en la castaña que lo miraba con los ojos brillantes, cristalinos, mas no respondió nada.

—Me enamoré...

El silencio congeló la habitación ambos solo se miraban ella con arrepentimiento y dolor por la confesión que acababa de hacer, él con desconcierto y dureza.

—Y, ¿piensas dejarlo hasta aquí?

—Sé que no te gustan los dramas y las complicaciones...

—Pero no me gusta que decidan por mí.

Fue todo lo que dijo antes de atraerla por el mentón para besarla.

MyungSoo nunca dijo si él también se enamoró o solo era capricho. SoHyun quiso creer que era mutuo el amor.

Un amor clandestino. 

Fiction 15'DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora