C I N C O

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—I'm losing you

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—I'm losing you. I'm losing you —canto mientras relleno un pan con jamón y queso.

Estoy de buen humor últimamente, no sé si es la medicación haciendo efecto o el hecho de que he podido ir al parque con mi hermana; tampoco he tenido ataques de pánico, así que supongo que es una combinación de todo. Pongo la comida sobre la mesa y estoy tan distraída que recojo la bolsa de basura para sacarla. Me dirijo a la puerta, la abro, y me detengo en seco. ¿Qué estoy haciendo? No puedo salir sola.

Aprieto el asa de la bolsa en la mano, observando el exterior como una amenaza; aquí estoy a salvo, no puedo salir, si tengo un ataque de pánico afuera nadie va a ayudarme y se van a burlar de mí. Cierro la puerta y devuelvo la basura a su lugar. Mi buen humor desaparece; supongo que no soy una persona normal después de todo.

Seguiremos con la lectura de mensajes de hoy, hemos tenido días muy activos con todos los que estamos recibiendo —dice la voz de Kang.

Tengo que admitir que he estado enviando mensajes al programa desde aquel día. A veces los lee, a veces pasan desapercibidos entre el montón; ya he ganado fama de ser una seguidora fiel, como Liliana. Claro, Kang ni siquiera sabe que soy una chica, solo firmo mis mensajes con K.

—Liliana hoy nos manda muchos abrazos, y queremos darle las gracias por las donas que nos ha enviado a mí y a todo el equipo del programa. Reitero que no se sienta obligados a enviarnos nada, escucharnos es el mayor regalo, pero apreciamos sus detalles. —Hace una pausa—. Hoy también tenemos un mensaje de K para compartir. —Me siento derecha en la cama—. Es una frase de Benjamin Disraeli y dice: «Nada revela tan fiablemente el carácter de una persona como su voz». ¿Será eso cierto? Y si es cierto, ¿ustedes deben conocer mi carácter mejor que nadie? Creo que eso fue lo que nuestro o nuestra K quería dar a entender; lo que me trae a preguntar, K, ¿eres un chico o una chica? No sabemos cómo dirigirnos a ti. Todos en el equipo tenemos curiosidad, sobre todo por las frases que compartes: pareces un amante de libros como yo, tenemos eso en común.

«¿De verdad?», pienso.

Quiero enviarle y decirle que soy una chica, aunque a la vez no quiero que lo sepa, quiero que siga pensando en K como una persona lejana que nunca conocerá; porque no lo hará.

—Bueno, antes de irnos con la última canción del programa, quiero hacerles saber que estaré ausente una semana por asuntos personales.

—¿Qué? —exclamo en voz alta.

—El programa quedará a manos de Erick, mi compañero locutor del programa de las 6 p.m., no me extrañen mucho.

—No. No. —Sacudo la cabeza.

—Yo sé que los extrañaré. Disfrutemos ahora de la buena música y que pasen una feliz semana. Se despide, su amigo y compañero, Kang.

«No».

Antes de que pueda pensar lo que estoy haciendo, escribo un mensaje al programa:

Por favor, Kang, no te vayas.

-K

Cuando lo envío, me doy cuenta de lo que acabo de hacer y me cubro la boca con la mano. ¿Qué estoy pensando? Él tiene una vida y cosas que hacer. Pero ¿qué haré durante una semana? Kamila tenía razón, no debí enfocar todo mi bienestar en una sola cosa; ahora que no estará, me siento perdida. Casi pego un brinco cuando el teléfono me vibra en las manos, anunciando un mensaje. Me quedo en shock cuando veo que es una respuesta del programa:

No te preocupes, K, Kang volverá pronto.

Una semana pasa rápido.

No puedo creer que me hayan respondido. ¿Quién lo hizo? ¿Kang? No, hablaron de Kang en tercera persona, no fue él. Tal vez alguien del equipo lo hizo. Inquieta, escribo una respuesta.

K:

Lo sé, disculpen. Envié ese mensaje sin pensar.

Espero que le vaya bien a Kang esta semana.

Programa:

Muchas gracias por tus buenos deseos, mantente en sintonía.

Dejo salir un largo suspiro. Soy un desastre. ¿Qué me pasa? Necesito volver a mi realidad. Nunca debí intentar interactuar con Kang, ¿a dónde llegaría con eso? Nunca podré conocerlo, de todas formas, así que no sé por qué estoy haciendo estas cosas. Me estoy dejando llevar y eso es peligroso, solo me haré más daño a la larga.

Salgo de la habitación, caminando con la cabeza baja hasta la cocina. Abro la nevera, tomo una botella de agua y estoy a punto de volver a mi cueva cuando escucho unos pequeños ladridos, ¿o son quejidos? Me acerco a la puerta principal, pegando la oreja a la misma. ¿Son mini ladridos? Abro la puerta, un poco nerviosa, el frío de la noche colándose en la casa. El corazón se me aprieta; dos cachorros de golden retriever están jugando en la acera. Son tan hermosos, Dios, ¿de dónde han salido?

«¿Recuerdas a Drew, la perrita del vecino? Tuvo unos cachorros preciosos». Las palabras de Kamila resuenan en mi cabeza. Cierto, son los perritos del vecino, pero ¿qué hacen fuera tan tarde? Mi corazón da un vuelco cuando uno de ellos cae de la acera a la calle y un carro le pasa por el lado, casi pisándolo.

—Oh no.

Mi instinto hace que me mueva hacia adelante, sin embargo, en el momento en el que doy un paso fuera de la casa, recuerdo que estoy sola. No puedo salir sola, nadie va a ayudarme si algo me pasa. Pero nadie va a ayudar a esos perritos tampoco. Aprieto las manos a los costados, sintiéndome inútil, idiota y defectuosa por no poder ayudarlos.

El otro cachorro también cae a la calle, siguiendo a su hermano. Miro alrededor, buscando a alguien a quien pedir ayuda, pero no hay nadie. Mi respiración es un desastre, y cada vez que pasa un auto, miro hacia otro lado.

«Puedes hacerlo, Klara, aun si tienes un ataque de pánico; esos perritos valen la pena», me digo.

Y entonces, corro. Rápida y desesperadamente.

Los perritos están en medio de la calle ahora, y sé que viene un auto. Voy en contra de todo mi ser y me atravieso frente a los cachorros, levantando las manos en el aire.

—¡No! ¡Espere!

El vehículo se detiene a unos cuantos pasos de mí.

—¡Quítate! ¡Loca!

Agarro a los dos perritos y salgo de la carretera, deteniéndome en la acera, con el corazón en la boca. Siento ojos sobre mí y, cuando levanto la mirada, veo a Kamila y a Andy, que vienen con bolsas en las manos de la tienda de la esquina, observándome en shock.

¿Qué acaba de pasar?


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